Y como no podría ser de otra forma cerramos el arco de los 70 con un episodio que continúa con buen montón de frentes abiertos que dejó el anterior, es decir: el Zephyr siendo detectable para la tecnología Chronicrom, los padres de Mack secuestrados en el faro, May y Coulson capturados en la base y Daisy y Sousa lo mismo pero otro lado.

¿Cómo afronta Mack la situación delicada en la que terminó el capítulo anterior? Pues dándole el timón de la nave a Simmons y yendo a rescatar a sus padres junto a Yo-Yo. Esta trama quitando los momentos finales poco o nada aporta al episodio, lo único que muestra es más o menos como era la relación de Mack con sus padres. Lo realmente importante lo trataremos más adelante en la review.

Vayamos al otro foco más alejado de los eventos del faro, y es con la primera pareja capturada de la noche: Daisy y Sousa. Lo verdaderamente importante aquí no es que estén prisioneros, sino por quién: Nathaniel Malick, quien sabe quien és Sousa y conoce los poderes de Daisy. Las intenciones que tiene con ellos son simples, experimentar con ellos siguiendo una agenda totalmente distinta a la de los Chronicroms o su propio padre. Esta parte de la trama no termina con final feliz, pues aunque logran escapar, consiguen realizar su propósito con Daisy quedándose ella en un estado bastante deplorable y con Nathaniel intentando robarle los poderes, pues aunque la serie deje caer que muere durante el escape, yo estoy casi seguro de que ha sobrevidido y que le volveremos a ver como una amenaza mayor.

De vuelta al faro, May y Coulson intentan convencer al general Stoner de la existencia de los Chronicroms y de que estos están manipulando SHIELD junto a Hydra estándo infiltrados dentro de la organización, cosa que evidentemente no cree ¿Como le convencen? Fácil, salvándolo cuando los Chronicroms intentan suplantarle, ya que debajo de las instalaciones hay un gran almacén de estos seres y poco a poco han ido matando al personal de la base para colocar uno de ellos en su lugar.Tras esta revelación, Coulson decide bajar al lugar dónde están en letargo los cientos de Chronicroms para poder asentarles un duro golpe, pero se ve interrumpido por Sybil, la Chronicrom que lidera las acciones de su raza quien le explica la situación global en la que están sus compañeros en ese momento en el enésimo intento de convencerlo para que se alíe con ellos. Coulson vuelve a negarse y se sacrifica a sí mismo volando por los aires todo el almacén en el que estaban los Chronicroms en letargo.

¿Y qué ocurrió en Zephyr durante todo el episodio? Al final la situación tan complicada que nos vendieron la semana pasada se solventó con un misil que dañó la nave obligando a Simmons, Enoch y Deke a trabajar juntos para que la nave no haga pedazos con el próximo salto. Lo verdaderamente importante de esto no es la nave, sino que Simmons sabe arreglarla cuando no debería, ya que recordemos que su especialidad es la biología y el tema mecánico era más materia de Fitz y creo que esto lleva a la teoría más obvia de todo el universo ¿Es posible que Fitz como tal ya no exista pero que su conciencia esté dentro de Simmons gracias a la “garrapata mecánica” que tiene en la nuca?

Empecé con la review con Mack salvando a sus padre y la terminaré volviendo a ello, pues es en los momentos finales cuando esta trama gana peso. En un giro más que evidente, gracias a May descubrimos que los padres de Mack en realidad son Chronicroms y que sus verdaderos progenitores llevan tiempo ya muertos. Tras una pelea destruyen a ambos pero esto deja a Mack en un estado emocional bastante duro, una vez realizado el siguiente salto Deke intenta hablar con él pero cuando va a hacerlo la nave vuelve a saltar en tiempo dejando a sendos personajes varados en una época la cual desconocemos todavía.

¿Dónde estarán Deke y Mack? Y lo más importante ¿Se reencontrarán con el resto de miembro usando el método Enoch de esperar? Eso supondría que ellos si envejecerían durante todo el tiempo que tengan que pasar en el pasado. Todo esto lo sabremos la próxima semana.