Review Legends of Tomorrow: Freaks and Greeks
Otro episodio lamentable que nos recuerda que, salvo contadas excepciones, esta serie va cuesta abajo. Los dos últimos capítulos no estuvieron del todo mal y algo en mi interior quiso atisbar un rayo de esperanza, pero Freaks and Greeks ha matado toda ilusión y afronto la recta final de la temporada con una mezcla de miedo y tedio insuperable.
Pocas cosas hay más fastidiosas en las series que ese ambiente de niños ricachones propio de las fraternidades de la ficción. En este episodio nos vamos al entorno de estas fraternidades universitarias donde nuestros héroes intentan pasar desapercibidos siendo igual de idiotas que los nativos del lugar. Algunos momentos han sido divertidos, pero el global del episodio no, que ha navegado entre lo tonto, lo lamentable y lo ridículo. Lo peor ha sido la idea de disfrazar a Ava de mascota, algo que intentó ser gracioso, pero es ridículo y en absoluto gracioso.
El rol de Astra como elemento cínico y violento me encanta, es quizás lo único salvable de Freaks and Greeks, pero en cambio, su arrebato de niña incomprendida me ha resultado muy aburrido. Me cuesta creer que un personaje con su recorrido vital y dueño de esa personalidad se sienta ofendidita porque las demás chicas de su sororidad quieren que cambie, no la aceptan tal como es, no hacen que se sienta integrada y la miran de forma de forma diferente. Quiero pensar que Astra pasa de esas minucias. No sé si quiero que sea una villana a secas o una villana en un camino de redención, pero sé que no quiero que sea la versión que se siente incomprendida cuando sus amigas no la tienen en cuenta.
Me alegra que John haya quedado casi totalmente ajeno de esta estúpida trama. Me hubiera gustado que Sara quedase al margen también, pero eso no ha podido ser y ha tenido su momento de estrella de popularidad jugando al tenis de mesa y participando en toda la promoción de la sororidad. Por otro lado sí que me parece aceptable que de existir un Dioniso viva como un universitario en una fiesta continua. Nate-tonto es lo habitual, no presenta ningún cambio respecto al personaje, pero sí que hay cierta novedad en que desbarate el plan de todos yéndose de la lengua ante el enemigo. Si bien tampoco importó mucho, la única diferencia entre que Dionisio supiera la verdad o no la supiera es el duelo de tenis de mesa con Sara.
La trama de Mick y su hija no aporta nada nuevo, pero el nexo padre-hija es algo que se está construyendo a través de unos pocos minutos en cada episodio y eso está bien, me gusta mucho que la construcción de la relación sea paulatina y espero que esto siga creciendo y termine funcionando a la perfección y nos regale algún arco argumental bueno o un personaje nuevo que merezca la pena.
Las hermanas del Delta Ji Sigma han tenido sus momentos divertidos pero la idea no termina de gustarme, quizás porque ese universo de fraternidades o sororidades es algo muy lejano y chocante fuera de la cultura americana y quizás no sabemos entenderlo del todo desde nuestra cultura, quizás para muchos espectadores estadounidenses ha sido gracioso ver a los personajes envueltos en algo que aviva la nostalgia de su juventud. Pero para mí no ha funcionado en lo más mínimo.
Me sabe mal criticar con dureza, otra vez, a Legends of Tomorrow, pero tras el repunte de calidad de los últimos episodios creí que habíamos superado el bache y da rabia comprobar que no ha sido así.