Review Legends of Tomorrow: The One Where We’re Trapped On TV
Esta ha sido una temporada bastante irregular, con notables altibajos en donde han destacado pocos episodios sobre una tónica general bastante mediocre. Pero, curiosamente, los mejores episodios han sido los últimos y los primeros, parece como si los guionistas los hubieran situado estratégicamente para que alguno de nosotros, pobres espectadores, se lo piense dos veces antes de decidirse a abandonar la serie. Si lo recordáis, la serie empezó bastante bien después del magno crossover del arroverso Crisis on infinite earth y ahora parece que termina de una forma bastante notable, pues a falta de un solo episodio para finalizar la temporada. esta semana hemos visto el que, a mi juicio, ha sido el episodio más sólido en Legends of Tomorrow desde hace bastante tiempo.
Que hayan elegido precisamente estas series: Downton Abbey, Star Trek y Friends no sé a qué obedece exactamente, pero es justo lo que cada personaje necesitaba para enfrentarse a los siguientes pasos de su vida. Astra necesita sentir que aunque ama a su madre, su vida transcurre más allá de los muros familiares; Constantine vive reprimiendo su magia como un secreto repleto de culpabilidad (referenciando a la homosexualidad de Thomas); Sara y Ava se quieren la una a la otra, pero viven rodeadas de androides a quienes no importan y aunque no pierden ninguna batalla, no ganan nada realmente hasta que deciden dejarse vencer; Behrad vive encerrado con su hermana y su mejor amigo, antes de descubrir que en una linea paralela de tiempo su mejor amigo se enamoró de su hermana… que vivió exactamente las mismas experiencias que él.
Todo recordaba un poco a Changing Channels, un episodio de Supernatural una serie de la CW que debería haber terminado esta primavera y que parece que probablemente termine el próximo otoño y que ya fue homenajeada en Legends of Tomorrow con algunas menciones directas al rodaje en Canada y la presencia del Impala (un vehículo que es casi un personaje de la serie) en Zari, Not Zari. En Changing Channels los personajes de Supernatural recorren algunas de las ficciones televisivas del momento haciendo que los espectadores lo pasen de maravilla mientras los personajes se lo pasan bastante mal intentando salir de ese laberinto televisivo. Finalmente el episodio resultó ser bastante serio en cuanto al contenido (aunque divertidísimo en la ejecución) o al menos su final fue muy serio. Creo que algo parecido pasa con The One Where We’re Trapped On TV, que es un episodio muy divertido pero que no deja de ser serio en la medida en la que afecta a cosas importantes. Esto es algo que llevo pidiéndole a esta serie varias reviews atraás y si alguien las ha leído, lo recordará.
La comedia es algo muy serio, escribir algo divertido que haga que los espectadores lo pasen genial y se rían no es una cosita simple que se despache en un momento. Es una tarea complicadísima que los guionistas deben tomarse muy en serio. Sin embargo, parece que durante esta temporada no lo han hecho muy bien y que han resuelto algunos episodios mientras tomaban unas cervezas en el bar y escribían cosas graciosas en una servilleta sin prestar mucha atención. En cambio en The One Where We’re Trapped On TV vemos que un episodio que nos divierte sobremanera y con el que nos reímos más de lo habitual es un episodio maravillosamente bien escrito, lleno de homenajes a la ficción, coherente con el desarrollo interno de los personajes, decisivo en la trama y que marca un punto de inflexión en la vida de todos. Pues todos y cada uno de los personajes tiene que renunciar a lo que más desea para abrazar la realidad de un mundo que quieren cambiar pero en el cual quizás no están las cosas que más anhelan.
El mensaje es muy bonito, el acto de Charlie es misericordioso, pero no deja de ser una esclavitud. Nuestros personajes prefieren ser libres aunque eso signifique abrir los ojos un mundo terrible en el que algunos de ellos ni siquiera consigan sobrevivir.
Normalmente, en esta serie, no menciono a nadie, pero creo que es necesario tener en cuenta el excelente guión de Grainne Godfree y James Eagan y la magnífica dirección de Marc Guggenheim.
Que sean, precisamente, Mona y Gary quienes descubran la verdad y salven a los personajes escribiendo un guion sobre los hilos del destino es curioso, porque nos hace recordar que a veces los seres más pequeños e insignificantes son quienes desempeñan las hazañas más heroicas. Las moiras los consideraron a ambos tan irrelevantes que ni siquiera habían escrito programas de adoctrinamiento televisivo para Gary y Mona. Él malvívia como uno de esos locos que grita cosas que nadie escucha y ella como un eslabón en una cadena encargada de destruir el pasado para reescribirlo anulando cualquier resquicio de libre albedrío.
Vivían sumidos en esa papilla gris de la humanidad dócil, ajenos completamente a la libertad humana. Es un destino terrible para ambos, pero ni para las Moiras ni quizás para Charlie son dignos de la prisión de los héroes así que son castigados con algo mucho peor: él como marginado y ella como un elemento más del engranaje del sistema. Pero en cuanto salta una pequeña chispa (llamada Zari) despiertan y pelean para salvar el mundo, como los héroes que siempre han sido.
No sé si al despertar en la realidad Sara será ciega o no, ni siquiera sabemos si estará viva. No sabemos si habrá una o dos versiones de Zari y si hay una, habrá alguien decepcionado y toda una personalidad enterrada o encerrada. Tampoco sabemos si su hermano Behrad vivirá o desaparecerá con su línea temporal o simplemente estará muerto. No sabemos qué pasará con Astra y su madre, ni con la culpabilidad que siente John, pero aún así, sentimos que hacen lo correcto al tomar el equivalente a la pastilla roja y dar un paso hacia la verdad y la libertad.
“Life is beautiful and terrible all at the same time. If we’re only living part of it, then we’re not living at all.”