Final Fantasy VII Remake: Las dos maneras en las que empieza una leyenda
Lo prometido es deuda, dije que habría una segunda parte de mi entrada sobre el Final Fantasy VII Remake analizando más a fondo la parte argumental y aquí está. Como escribí en la otra mitad, aquí habrá spoilers y no sólo del remake. Para que quede claro, he escrito esta líneas pensando en gente que se haya pasado ENTEROS tanto el remake como el original. Si no habéis completado alguno de los dos aconsejo no pasar de este párrafo.
Supongo que haciendo de tripas corazón, Nomura ha decidido no caer en sus más bajos instintos e inventarse medio juego y en su lugar mantener la historia original profundizando en todo aquello que no se pudo tratar en su día. Cambia la perspectiva respecto a cómo afronta toda esa parte introductoria del primer juego, siendo seguramente Avalancha los principales beneficiados.
Ya lo comenté, personajes que habían sido pié de página hace 23 años en este al poder tener un desarrollo le da un empaque a la historia a que se quiere contar en esta primera parte del Remake que la ayuda a poder ser una obra autoconclusiva dentro de una mayor, como si fuera un entrega dentro de una saga que engloba todo Final Fantasy VII. Wedge, Biggs y Jessie se convierten en actores reales dentro de la historia; por fin les conocemos y descubrimos que Wedge es un amantes de los gatos, que Biggs tiende a darle demasiadas vueltas a todo y que Jessie tiene una personalidad, que aunque si que se podía llegar a vislumbrar en el original, nunca tuvo la oportunidad de enseñarla.
Del trío que he mencionado antes quiero recalcar sobre todo a Jessie, que es la que más trasfondo con su pasado, sueños y motivos que la llevaron a meterse en un grupo Eco-terrorista. Sí, también destaca por su forma exagerada de tirarle fichas a Cloud (cosa que en menor medida intentó en las apenas 5 escenas que tenía en el de PSX), pero a parte de eso también crece como personaje en general y consigue que su muerte, la cual era casi irrelevante en el pasado, ahora es uno de lo momento emocionales más duros de remake. Sí, la escena es mucho más espectacular, pero en esencia son muy parecidas, con sentimiento de culpabilidad por la bomba del reactor del Sector 8 incluido; la mayor diferencia está en que ahora si que conocemos a Jessie.
Algo parecido pasa con el Sector 7, cuyo derrumbe de la plataforma cobra un significado mucho mayor, comprensible al ser ahora el gran giro del juego y no solo un evento que ocurre en las primeras 4 horas. También está que la escena está realmente bien llevada haciendo que todo el capítulo 12 sea probablemente el mejor momento de todo el Remake.
¿Pero cómo ha tratado a los protagonistas? Sorprendentemente bien, sobre todo en el caso que más miedo me daba: Cloud. Os comenté en el artículo anterior que no me gustó la película Advent Children, siendo para mi la versión tan estereotípica que daba de Cloud y la cual no tenía ningún sentido siendo una secuela del juego. Cloud es un personaje poco sociable y desconfiado, que intenta no mantener ningún tipo de relación personal con nadie; pero en el original era algo que se justificaba al descubrir que su mente era una amalgama de eventos vividos por él y por Zack, se smantiene distante porque en el fondo no sabe ni quien es el mismo. Todo esto se descubre a lo largo de original ¿Pero cómo trasladas todo esto un historia que solo narra el comienzo del viaje? Pues alterando un poco la personalidad del personaje dándole un punto de ironía que le sienta de fábula.
Se que si habéis entrado en este artículo es por Nomuradas, para ver a un “pollavieja” criticar toda la ida de oya que se montó al final con los ecos, un elemento que se ve a la legua que casi no encaja con la historia y que se convierte en un Deus Ex Machina para que Nomura toque pero no mucho, además de generar un capítulo final salido de la nada cuyo único fin es darle al juego el clásico combate final trascendental de JRPG. Creo que los ecos son cosas que se podían haber ahorrado, pero tampoco lo considero algo que pueda desviar mucho el rumbo del original (que también tenía su dosis de misticismo).
También veo lógica la presencia constante de Sefirot a pesar que en esta parte apenas era mencionado un par de veces durante la parte de Midgar del juego clásico. Este villano se ha convertido una figura dentro del mundo de los videojuegos en general y es muy probable que gente que apenas conozca Final Fantasy VII si que sepa quien es Sefirot. Tampoco es que su presencia esté mal introducida y mantiene la lógica dentro de la historia: él controla a todos aquellos infectados con células de Jénova, se aparece usando los sujetos utilizados en el proyecto Jénova y Cloud tiene visiones con él ya que fue tratado con esas mismas células tras el incidente de Nibelheim. No hace nada que choque con el canon de Final Fantasy VII y viniendo de parte de Nomura, casi que me sorprende que quiera mantener ese continuismo respecto al original.
En cierto modo, creo que las decisiones más polémicas se han tomado por dos motivos: el generar ruido e interés en ver que han cambiado para los jugadores veteranos y poder darle a un introducción un clímax más cercano al esperado por alguien ajeno al juego antiguo. Puede que estos cambios no sean del agrado de todos, pero si me paro pensarlo: ¿Si me hubiera tocado la papeleta de llevar un título tan legendario a nuestros días habría hecho algo distinto? Obviando las nomuradas seguramente no y eso creo que es la bola de partido de este Remake, el haber conseguido coger un fragmento minúsculo de una historia de hace más de dos décadas y conseguir ampliarlo y cerrarlo a perfección.