Intentemos no llegar a Years and Years
Son tiempos extraños y difíciles. La población mundial se enfrenta a una pandemia global, que está infectando y afectando a muchísima gente, y obligándonos a permanecer en nuestras casas confinados, a la espera de que la situación mejore y podamos reanudar nuestra vida habitual. Para salir adelante, muchos recurren (y recurrimos) a la televisión y las series, para amenizar las largas veinticuatro horas que tienen los días, que tan cortas se nos hacían antes pero que ahora pesan, en ocasiones, demasiado. Y una que puede serviros a muchos es Years and Years… aunque tiene su miga.
Creo que si hay una serie que me arrepiento profundamente de no tener incluida en la lista de mejores ficciones del pasado 2019 y, por ende, en liza en la competición que estamos desarrollando actualmente en nuestra cuenta de Twitter, es esta miniserie británica. Casi todos los miembros del staff de la web la hemos visto, pero la vimos demasiado tarde como para mencionarla en nuestros análisis mensuales, aunque sí estuvo presente en el recopilatorio de los estrenos más destacados del pasado año. Fue cuestión de timing, pero cumplimos nuestro deber como seriéfilos con cierta experiencia, más tarde o más temprano, y Years and Years ya ha pasado a ser una de esas series que siempre que sale una conversación de series que la ciudadanía debe ver, por lo buena que es.
Pero tengo que ser sincero: no es una serie sencilla de ver. En cuanto a su extensión, sin duda: historia cerrada, con seis episodios, de una hora de duración cada uno, y se acabó. A lo que voy con que no es fácil visionado es que su trama distópica nos muestra un futuro de nuestro planeta que podría ser perfectamente el que nos espera a todos si las decisiones que toman las altas esferas no empiezan a cambiar, y la ciudadanía no empezamos a actuar de forma distinta en ciertos aspectos de nuestra vida. A través de los ojos de una familia británica, la miniserie de Russell T. Davies (creador de una de las mejores etapas del Doctor Who actual, y con un más que destacado currículum en la televisión inglesa) nos cuenta qué pasaría si la deriva actual se va de madre y evoluciona negativamente, adoptando un cariz apocalíptico que asusta demasiado, por lo real y factible que es.
Realmente, cuando estás viendo la serie, y los caminos que toma la narración a través de ciertos momentos en cada episodio (acompañados de una música de lo más lúgubre y siniestra, a la par que estridente), en que un conjunto de noticiarios nos ponen al día de lo que va pasando en el mundo en cada salto temporal (cada tanto la trama avanza un tiempo hacia delante en el futuro), todo ese torrente de actualidad te va golpeando de lleno y te asola una desazón interna tan grande, que te entran unas ganas locas de coger un cartel y escribir “el final está próximo” a lo Homer Simpson. Pero todos esos sentimientos negativos que van apareciendo durante cada episodio valen la pena experimentarlos. Es como esas series, películas y libros que no destilan alegría, pero el mensaje que contiene es necesario escucharlo, e interiorizarlo, y en eso Years and Years sobresale.
Cuestiones como el racismo, la homofobia, el fascismo, las fake news, el clasismo, la demagogia, la inmigración, la identidad de género, las crisis financieras y sus consecuencias… todas esas y más las trata de lleno esta serie. Temas de rabiosa actualidad y que ocupaban la mayor parte de noticiarios antes del COVID-19, y que ahora parecen secundarios, pero cuando la sociedad vuelva a la “normalidad”, seguirán estando ahí. Porque todo eso no ha desaparecido con el coronavirus, permanece latente, y dará que hablar en el futuro. Considero que el trabajo realizado por el creador británico narrando la historia de la familia Lyons, y entrelazando todos estos temas con los miembros que la componen, es magnífico, y si nos acojonaron lo real y factibles que podrían llegar a ser algunos de los episodios de Black Mirror, porque podíamos llegarnos a imaginar que la tecnología pudiera alcanzar esos puntos que nos ofrecían en sus episodios, esto es más escalofriante, porque este potencial futuro no es dentro de cuarenta o cincuenta años, o cien o doscientos: es en cuestión de una década, de cómo se podría ir todo a la mierda con una facilidad pasmosa si dejamos (todos) que la decadencia de grandes sectores de la sociedad continúen degradando nuestro planeta en todas sus facetas y en todos sus niveles. Years and Years da más miedo porque lo notas cerca, es más próximo el peligro y la crudeza con lo que te lo retrata. Sin entrar en detalles, puede que todo el tema que más me impactó a mí fue la cuestión de los inmigrantes y el enfoque que eligen darle. Pelos de punta.
Tras leer esto diréis: oye Dani, con todo lo que estamos viviendo, ¿cómo nos recomiendas una serie tan “malrollera”? Mi contestación es que es una serie tan buena y tan extraordinaria a tantos niveles, que es una lástima que no le deis una oportunidad. Estoy plenamente convencido que os sorprenderá a todos los que la veáis, y acabaréis impresionados ante aspectos que jamás pensaríais que llegarían a daros pie a la reflexión o a la autoevaluación. Desde luego, entiendo y comprendo que ante el día a día de confinamiento, lo último que apetece es empaparse de negatividad, pero os dejará con muchos mensajes a los que merece la pena dedicarles un poco y valorar si realmente estamos haciendo las cosas bien, para que, cuando volvamos a nuestro día a día, podamos cambiar la perspectiva de cómo hacíamos las cosas, y empezar a predicar con el ejemplo para que, entre todos, no lleguemos jamás al punto que nos relata Years and Years. Y la otra contestación sería que hay mucho masoquista que le mola sufrir con un gorrino en la matanza y que todo este tipo de producciones ante una situación semi extrema como la que nos encontramos le pone a tono enseguida.
Bromas aparte, la tenéis completa a vuestra disposición en HBO España, y es de esas series que han dado que hablar, y con razón. Years and Years es de este tipo de producciones que permanece en las conversaciones seriéfilas durante mucho tiempo, porque se ha ganado con todo merecimiento ese respeto. Todo cambiará cuando la veáis. Os parecerá que el coronavirus es una patochada al lado de las movidas que nos relatan, y muchas no son tan disparatadas o distantes como podrían parecer en un principio, y ahí está el quid de la cuestión.