Disney+: un lanzamiento extraño en tiempos extraños
Desde hace unos cuantos días ya tenemos en España disponible Disney+, la esperada plataforma de streaming de la compañía dueña de Marvel, FOX y los derechos de Star Wars. Su lanzamiento era bastante esperado y desde que se supo de su existencia la acompañó el runrún de poder ser la elegida que tumbase a Netflix de su trono dentro de esta serie de servicios. Tras unos cuantos días pudiendo disfrutar de Disney+ estas son mis primeras impresiones sobre lo que ofrece.
Digamos que la aparición de este servicio ahora y como lo ha hecho, tiene cierto paralelismo con la extraña situación que nos toca vivir día a día. Al igual que la gran mayoría tenemos que ir lidiando con un cambio brusco en las rutinas que nos está obligando a acostumbrarnos a tener que buscar una forma de adaptar nuestro día a día con la imposibilidad de salir de casa, Disney+ tiene que acostumbrarse a lo que significa ser una plataforma de streaming, y por el momento hay que decir que tiene muchas lecciones que aprender.
Para empezar está el catálogo, el cual seamos sinceros, es pobre. Hay ausencias llamativas, y aunque por cantidad no está mal teniendo en cuenta el poco tiempo que lleva, su mayor hándicap es la homogeneidad de este. Era predecible que si iba a tener el catálogo de Disney, la mayor parte de sus películas y series estarían cortados por el clásico patrón de la compañía de Mickey Mouse, pero no habría sido mala idea aprovechar el amplio catálogo de FOX para engrosar los títulos. Sí, puede quedar extraño ver a Alien al lado de Toy Story, pero la ficción es como la comida: por mucho que te guste la pizza no puedes alimentarte únicamente a base de ella.
Sin irnos más lejos, HBO al lanzar su servicio entendió que necesitaba más si quería competir con Netflix y Amazon. Es inteligente ofrecer productos de terceros que le den algo de fondo a tu catálogo de cabecera o hacerse directamente con los derechos de emisión de series de otras cadenas a nivel internacional. La Casa de Papel se ha convertido en un éxito internacional, pero no hay que olvidar que empezó como una serie de Antena 3 con unas audiencias bastante pobres, y fue el buen funcionamiento de estos derechos internacionales lo que llevó a Netflix a arrebatarle la serie a su cadena original.
La censura tampoco ayuda, aunque sea algo de la cual ni siquiera Netflix se salva, se hace mucho más sangrante cuando lo sumas a todo lo que he comentado anteriormente. ¿De verdad es necesario meter el tijeretazo en una película de los 80 solo por que aparece un culo? Posiblemente el de 1,2,3 Splash sea el más sonado, pero no es la única que se ha visto afectada por las medidas de la compañía.
Tampoco son comprensibles decisiones como la de emitir The Mandalorian, la serie estrella de lanzamiento, a un ritmo semanal cuando su emisión original fue a finales del año pasado. Si no fuera una producción propia podría pensarse que es por culpa de algún fleco en el contrato, pero no tienen esa excusa y ellos mismo saben que quien la hubiera querido ver ya lo ha hecho, pues esperarse meses a la plataforma era una locura (recordad el hervidero de spoilers que eran las redes sociales con cada nuevo capítulo) y ellos mismos se han lucrado sólo con el merchandising de Baby Yoda. Lo único que veo plausible es que sea un intento de tener a la gente suscrita más allá del boom inicial y del factor nostalgia en un medio-corto plazo.
No me parece que vaya mal la plataforma, funciona bien (a Amazon le ha llevado años no tener problemas y HBO actualmente todavía sufre un montón de ellos) y si quisieran la propia Disney dispone de derechos que darían mucha más variedad de contenido, pero sí que me queda la decepción de saber que podrían haber sido una competencia real de Netflix y no han querido dar ese salto. A día de hoy, sólo la recomendaría a fans acérrimos de Disney o a quién haya estado un bunker y no haya visto ninguna de las obras de la productora.