Review The Mandalorian: Chapters 6 & 7 – The Prisoner & The Reckoning
Esta review es un poco especial, porque aglutina dos episodios en un mismo artículo, porque se han juntado mis circunstancias personales que no me han permitido tener la crítica antes, y que Disney Plus ha aprovechado para lanzar el séptimo capítulo en vez de este viernes como viene haciendo desde que empezó la ficción en noviembre, este martes, para no coincidir con el estreno del Episodio IX de la saga. Por lo tanto, hablaré del sexto episodio, The Prisoner, y del de hoy, The Reckoning. Veamos qué ha pasado con Mando.
Voy a empezar por señalar los cameos que hay en el sexto, porque son unos cuantos y merecen la pena destacarlos. Para empezar, dos de los criminales que vemos en el capítulo están interpretados por Mark Boone Jr., conocido, entre otros papeles, por ser Bobby en Sons of Anarchy; y Natalia Tena, que participó en Game of Thrones como Osha y en la saga Harry Potter. Además, el guardia republicano que se encuentran en la nave es Matt Lanter, que igual os suena de haberle visto en Timeless, pero es el que le dio voz a Anakin Skywalker en la serie (altamente recomendable) Clone Wars, que produjo magistralmente Dave Filoni, otro que protagoniza una de las apariciones estelares. ¿Os fijasteis en los pilotos de los Ala-X del final del capítulo? Pues son él, Rick Famuyiwa (director de este capítulo) y Deborah Chow (directora del episodio tres y del séptimo).
Entrando ya en materia, en The Prisoner, vemos al mandaloriano en busca de un nuevo encargo, esta vez con un grupo de mercenarios a los que ya conoce de otros trabajos en el pasado, y con los que debe colaborar para rescatar a un preso de una cárcel de la Nueva República, sistema de gobierno instaurado tras la caída del Imperio Galáctico en el Episodio VI, y que se iría al traste en el VII con el auge de la Primera Orden.
Creo que la moraleja del episodio es que no hay que fiarse del mandaloriano en espacios cerrados, ni poner en duda su papel como padre de Bebé Yoda. Uniendo las dos cosas, tenemos a un depredador letal, que podría parecer que mata a diestro y siniestro, pero no necesita acabar con sus presas para transmitir peligrosidad. Tras ser traicionado por estos mercenarios, se rehace con una habilidad increíble, primero saliendo de su celda a costa de un droide que pasaba por allí, y luego acabando uno por uno con el escuadrón criminal, con escenas excelentes y de alto nivel, rodadas de maravilla y que no dan miedo, pero sí la sensación de que este hombre es capaz de hacer cualquier cosa con tal de cumplir su objetivo, siendo capaz de engañar a los mercenarios y atrayendo al escuadrón republicano hasta su base, haciendo que les vuelen por los aires y saliéndose él con la suya. Además, asistimos previamente a otro de los grandes momentos del capítulo, cuando acaba con todos los droides que les cerraban el paso de una forma bastante cruenta y sin piedad, dejando claro que no es precisamente un fan acérrimo de estos robots, como ya se nos ha referenciado en capítulos anteriores.
Por supuesto, tenemos la cuota de protagonismo para Bebé Yoda, que tiene su particular pilla-pilla/escondite con Zero, el droide que acompaña a estos mercenarios y que me ha recordado un poco al que vimos en su día en Rogue One. La criatura va eludiendo al robot, hasta que le encuentra en esa habitación improvisada que tiene Mando para él en la Razor Crest, y parece que va a utilizar la Fuerza, pero antes interviene nuestro protagonista y acaba con él, dejándonos una expresión adorable más de este bebé al no creerse que ha sido capaz de matar al droide él solito.
Un par de cosillas antes de pasar al séptimo. La primera, es un guiño a los gungan. Sí, a la raza del infame Jar-Jar Binks. Esperemos que se quede ahí y no sea un adelanto de que igual los volvemos a ver en el futuro. Y la otra es que vuelve a jugar la serie con mostrar o no el rostro del mandaloriano, algo recurrente ya y que no tengo muy claro si llegaremos a saber alguna vez qué hay bajo el casco de nuestro protagonista. También os digo que el trabajo de interpretación de Pedro Pascal, y la dirección de cada episodio, consigue transmitir de sobra lo que piensa, siente y quiere el mandaloriano, sin necesidad de verle la cara, por lo tanto, a mí me basta por el momento.
Y bueno, si digo que The Reckoning es quizá el mejor capítulo de la serie, puede que no exagere. Una de las cosas que motiva que piense así es que han cogido elementos que nos fueron introduciendo todas estas semanas, y los han llevado hacia un punto en común, derivando en un cliffhanger de altura y una Season Finale que pinta de maravilla, apostando por hacer algo que no todas las producciones se atreverían a hacer: cargarse a un personaje. Suena exagerado, pero no todas las series están dispuestas a perder a uno de los elementos más apreciados de su trama, y Quiil había caído muy bien por ese “I Have Spoken” que tanto repitió en los dos primeros episodios, y el hecho de quitarlo de en medio en su siguiente aparición tras esas nos deja claro que en The Mandalorian no podemos encariñarnos con nadie. Me gusta el tono de la decisión, y demuestra que la peligrosidad de la serie no solo la transmite el protagonista: ante una situación límite, veremos consecuencias a la altura, o al menos eso podemos entender del final de este capítulo.
Porque hubiera sido sencillo que Quiil llegara a la Razor Crest antes de que le alcanzaran los imperiales, y les ayudara a salir de allí, y todo quedara muy bonito. Pero el escenario para la Season Finale es muy problemático para el mandaloriano y compañía, y pintaba mal desde el comienzo, porque olía a trampa que tiraba para atrás. Mando toma la decisión de confiar en la gente que hemos ido conociendo durante la temporada, Cara Dune y Quiil, y recurre a ellos para formar parte de la misión que ha elegido emprender en Nevarro, el planeta del que salió por patas en el tercer capítulo, cuando rompió lazos con el Gremio y se llevó al bebé con él. No solo eso, hemos recuperado para la causa al droide cazarrecompensas que le acompañó en el piloto y que él se cargó para proteger al crío. IG-11 ahora es más un droide de protocolo que otra cosa, gracias a la programación que realizó Quiil tras recuperarlo del lugar donde lo dejó Mando. Parecía que este episodio iba a ser el día para hablarnos un poco del pasado del mandaloriano, pero de nuevo, nos dejan con atisbos solamente. Las malas experiencias con los droides de nuestro protagonista le llevan a desconfiar de entrada de todos, pero no sabemos nada más. Lo mismo que Mandalore y su resistencia al Imperio, comentado por el imperial al que debían entregar a Bebé Yoda; se menciona, pero no se entra en el tema.
Algo muy interesante que también nos ha dejado el episodio es, de nuevo, el uso de la Fuerza por parte del bebé. Primero ahogando casi a Cara cuando echaba un pulso con Mando, lo que demuestra el vínculo que se ha creado entre él y su protector, ya que pensaba que la ex soldado estaba haciendo daño al mandaloriano. Y luego (y quizá el momento más importante), cuando cura la herida de Reef Carga. Este niño es una valioso activo, y también se nos deja claro con el comentario del malo de la película, o de la serie mejor dicho: Moff Gideon, interpretado por Giancarlo Esposito, al que conoceréis si habéis visto series como Breaking Bad o Better Call Saul (y si no las habéis visto, ya tardáis en ver al menos la primera). Pienso que la puesta en escena es muy importante para presentarnos a un personaje. La forma elegida para mostrar en pantalla que estamos ante alguien importante en el contexto de una obra de ficción dice mucho del producto en cuestión, y la presentación de este imperial creo que ha estado a la altura de las circunstancias.
Completamente rodeados, superados por mucho en número, Mando y compañía asisten a un despliegue de fuerzas imperiales que no recuerdo ni en la trilogía original, con todo un pelotón dispuesto a abrir fuego sin piedad y que los acribillaría en un abrir y cerrar de ojos. Todo ello, redondeado por la llegada de la nave de Moff GIdeon, que se posa en tierra para luego salir él, engalanado con ropas típicas del Imperio, para soltar un monólogo que pone la piel de gallina, y que deja claro que lo tienen crudo para salir de esta con vida; aparte de que ya tiene al bebé, lo que aumenta los problemas para el Mandaloriano.
Lo malo de que se adelante la emisión de este episodio es que ahora tenemos que esperar más para la conclusión de la temporada, que llegará el próximo viernes 27. La Season Finale promete ser movida, y tengo muchísimas ganas de verla. Mientras tanto, supongo que nos podemos conformar con el estreno del Episodio IX este viernes, que tampoco está mal. Nos vemos en nueve días con el final de temporada de The Mandalorian.