Review The Mandalorian: Chapter One
Era uno de los días que tenía marcado en rojo en mi calendario seriéfilo. La llegada a nuestro país de Disney Plus está programada para marzo, pero eso no significa que podamos recurrir a otros métodos para poder ver su contenido, y creo que el más esperado por todos los fans de la saga Star Wars era The Mandalorian, la primera serie de acción real de este universo y que llega en la plataforma streaming de Disney. La expectación era máxima, las ganas de verla aumentaban con cada semana, y aquí tenéis mis impresiones de su piloto, y la tendréis semanalmente, porque vamos a dedicar un espacio a sus reviews, porque estamos ante un producto que va a dar mucho que hablar en el futuro próximo, y se postula como una firme candidata a uno de las ficciones más potentes de esta recta final de año.
Es una afirmación bastante contundente la que hago al final del párrafo de apertura, pero todo lo que podáis imaginar que ibais a encontrar en el primer episodio de The Mandalorian, lo tiene, y mucho más. Creo que es uno de los mejores pilotos que he visto en tiempo, con una calidad soberbia, y con una trama que solo ha asomado un poco su patita, que te deja con ganas de más (de mucho más) y que es una apuesta altísima de Disney Plus en su debut… pero le va a compensar de sobras.
El primer episodio, dirigido por Dave Filoni y escrito por Jon Favreau (Iron Man) es un arranque excelente de una ficción con un bagaje detrás enorme, porque estamos hablando que, a sus espaldas, lleva el peso de toda una saga ya asentada y tremendamente famosa. Apostar por una ficción de acción real acerca de un personaje completamente nuevo conlleva su riesgo, pero a la vez es una liberación, porque llevamos viendo a casi el mismo conjunto de personajes en un montón de películas, series y videojuegos, y siempre dando vueltas a los mismos períodos temporales de la cronología de la saga.
The Mandalorian nos sitúa en los años entre la caída del Imperio en el Episodio VI y el surgimiento de la Primera Orden, ya en el Episodio VII y la trilogía actual. De entrada, no conocemos al personaje que la encabeza, no tenemos un nombre, simplemente su apodo, el Mandaloriano. Es un cazarrecompensas, que viaja de un lado a otro de la galaxia para recolectar su recompensa, pasando por encima de quien tenga que pasar. Acepta trabajos arriesgados, tiene una reputación labrada de años en la profesión, es parco en palabras, pero un experto en su labor. Todo eso nos lo van dando con pinceladas de información, pero creo que, realmente, lo podemos deducir con el cold opening de la serie. Potentísimo, escueto en cuanto a diálogo, al menos por su parte, pero intenso y directo al grano. No necesitamos ver el rostro de Pedro Pascal (y creo que lo veremos poco) para que nos transmita peligrosidad y la sensación de ser alguien letal. Todo esto, en un espacio de tres minutos escasos. Porque esa es otra de las sorpresas con las que me he encontrado cuando he empezado a ver el capítulo: tiene una duración de 38 minutos. Algo poco habitual en la mayoría de dramas de servicios streaming, que suelen aproximarse más a la hora de extensión más que a los cuarenta minutos. Aun así, apostaría porque su duración variaría dependiendo del episodio; unas veces será mayor, y otras rondará lo de este piloto.
Con su recompensa ya capturada, se dirige a reunirse su contacto, en otro planeta. Otro detalle: no se nos dice en ningún momento los nombres de los planetas que visitamos en el piloto, que son varios. Me ha parecido curioso, porque en cada película de Star Wars tenemos la referencia del sitio que visitan los protagonistas. Eso sí, las reminiscencias a sitios ya clásicos como Tatooine son constantes, y no solo por los paisajes, sino por alguna que otra escena, que recuerda a momentos icónicos de la saga. En ese aspecto tampoco defrauda The Mandalorian; sabe tocar la fibra nostálgica a los fans que aprecian tanto el universo Star Wars. El contacto del Mandaloriano se llama Creef Carga, y está interpretado por Carl Wheaters, actor con un currículum extensísimo y que no voy a descubriros a estas alturas. Tiene diferentes opciones para él, pero una muy atractiva, a la par que peligrosa: una eliminación que conlleva una recompensa alta, pero supone una tarea complicada, que solo alguien de su reputación podría llevar a cabo.
Nuestro protagonista se embarca hacia su destino, conociendo a un lugareño, que le ayuda a alcanzar la posición en la que un grupo de rufianes custodia el objetivo que persigue, encontrándose, no solo con un número elevado de rivales que eliminar, sino con otro cazarrecompensas enviado por el Gremio de Cazarrecompensas (necesito saber más de esto ya mismo): un droide, que, como deja claro en repetidas ocasiones, no son precisamente de su agrado, por razones que todavía no comprendemos. Toda esta parte final, que se inicia con ellos llegando a un acuerdo sobre cómo repartirse el botín, hasta que el Mandaloriano se queda cara a cara con su objetivo, creo que son de los minutos que más he disfrutado yo en una obra de Star Wars en tiempo. La acción es brutal, toda la escena está repleta de momentos geniales e integra de forma genial el humor en una situación un tanto comprometida, y nos deja una sensación de epicidad sobre la figura del Mandaloriano que ya nos habían transmitido antes, pero que comprobamos en este espacio de tiempo, para corroborar lo que ya sospechábamos: estamos ante un personaje que acabará siendo de los favoritos del público en menos que canta un gallo.
Tenemos acción, momentazos, una calidad visual increíble, un protagonista magnético y que atrae muchísimo con cada escena suya, ya sea con un diálogo o con los combates… ¿qué podría faltar para acabar de redondear esta mezcla tan brillante que ha sido el piloto de The Mandalorian? Pues su cliffhanger de rigor, claro está. Cuando el droide y el Mandaloriano acceden a la cámara donde permanece custodiado su objetivo, ya empezamos a darnos cuenta de que no vemos a la persona o criatura que deben eliminar los cazarrecompensas, para luego continuar incrementando nuestras sospechas cuando vemos una cápsula que se supone que lo resguarda, dando por hecho que estamos ante un bebé, pero no de humano o de otra raza nimia: se trata de la raza de la que es Yoda. Vamos, estoy convencido de ello, y si no es, que me lo aclaren, porque se parece muchísimo a un mini Yoda. Por si no tuviéramos suficiente con ver al Mandaloriano en acción, la escena final nos abre un universo de posibilidades que ardo en deseos de explorar.
Antes de acabar, quiero hacer un inciso para hablar de Dave Filoni, el director de este capítulo, y que está muy involucrado en todo el desarrollo de la ficción. Si alguien merecía dirigir y crear su propia trilogía, era él; no Rian Johnson, JJ Abrams o Benioff y Weiss. Es un fan irredento de la saga, tiene muchísima relación con George Lucas, y conoce el universo al dedillo y, además, creó dos de las obras con más calidad de Star Wars: Clone Wars y Rebels. De hecho, uno de los momentos que más he disfrutado en la saga ha sido en cierto capítulo de Rebels (que en su día destaqué en la sección que tuvimos durante un tiempo, Lo Mejor de la Semana) y en esa serie tenemos como una de sus protagonistas, precisamente a una mandaloriana, Sabine Wren; por si fuera poco, en esas dos series se desarrolla mucho la mitología mandaloriana, algo que igual acaban aprovechando en esta serie también, así que si alguien está interesado en conocer el planeta que lleva en el nombre nuestro protagonista, ahí tenéis mucha información. Ahora que Disney Plus va a llegar a muchísimos hogares en unos pocos meses, creo que es una oportunidad de oro para que conozcáis estas dos series, porque asumo que estarán integradas dentro del servicio streaming. Espero que The Mandalorian sirva de lanzadera para Filoni y se reconozca el trabajo de alguien que ama de verdad la saga, y que tenga suerte en su aventura con esta serie que, por cierto, tiene su piloto completamente impregnado de guiños al género western, algo que también adora Dave.
Tenía grandes expectativas con esta serie, y me alegro de que me hayan dado la razón en todo lo que pensaba que podría llegar a ser. Con un piloto de altísimo nivel, sientan las bases de una historia que yo estoy deseando que desarrollen, tanto explorar el pasado del protagonista y sus orígenes, como lo que le deparará la decisión de no acabar con la vida de ese “bebé” y qué otras aventuras tendrá de ahora en adelante. Por suerte, para ver lo próximo de The Mandalorian no tendremos que esperar mucho: el viernes habrá nuevo episodio, y en Casa Spammer publicaremos la review correspondiente. Si queréis acompañarnos en esta nueva aventura por la galaxia, aquí estaremos.