La vida extra de Verónica Mars
Creo que la mayoría de los que estáis leyendo estas líneas ya habréis visto algún “revival”, “reboot”, “remake”, o todos los mencionados. Bueno, realmente si ya visteis la cuarta temporada de Veronica Mars, habéis visto una de las categorías que destaco en este párrafo, el “revival”, así que, me ahorro el explicar en qué consiste cada una de ellas. Eso sí, podríamos abrir debate sobre lo necesario que es traer de nuevo una serie de entre los muertos para darle una vida extra, cuando hace años que terminó su recorrido normal, bien porque le llegó su hora de forma natural, o fue interrumpida por una cancelación inoportuna, inesperada o inmerecida.
En el caso que nos atañe, tuvimos en su momento la cancelación de una producción que, con el paso del tiempo, acabó siendo considerada como una serie de culto, a la que valía la pena dar una oportunidad por ser casi una joya escondida a apreciar por el gran público, especialmente por el papel de Kristen Bell, que hizo suya a Verónica. Gracias precisamente a esos fans que tenía repartidos por todo el mundo, la ficción volvió en forma de película, gracias a una campaña de micro mecenazgo (crowdfunding para los amigos), y años después hemos disfrutado de ocho episodios más, como consecuencia de que el servicio streaming Hulu le ha concedido una vida extra en una nueva temporada.
La pregunta es: ¿era necesario? Tras ver la entrega, creo que para los fans de la detective la respuesta es un sí rotundo. Si eres un espectador más o menos neutral, la contestación se aproxima más al no que a la afirmación positiva. Yo me ubico más próximo al sí que al no, pero si no la hubieran revivido, no me hubiera pasado nada; aunque con esto no quiero decir que no haya disfrutado con el nuevo caso de los Mars.
Creo que el traslado a Hulu ha dotado a la ficción de un tono mucho más maduro y complejo que el que tenía en The CW, algo evidente por otra parte. Estamos hablando de que han pasado más de diez años en la serie desde los acontecimientos que vimos en la tercera entrega, y todos ellos han crecido con el paso del tiempo, aunque podamos ver los rasgos más identificables de Verónica, Logan o Wallace. Pero tenemos momentos bastante más explícitos de los que podríamos haber tenido en otra temporada en la cadena network adolescente, y ese cambio ha favorecido mucho a la historia que han querido contar este año, también mucho más seria e impactante de lo que tuvimos durante tres años en la cadena en abierto estadounidense, aunque tampoco se andaran con chiquitas en su momento.
Además, Rob Thomas y el equipo de la serie ha repescado entre los personajes que ya conocimos en la ficción original y que hemos visto en iZombie, también del mismo creador y que ha concluido hace un par de semanas, y ha traído a dos fichajes que han tenido un papel destacado en esta cuarta entrega: Izabela Vidovic, a la que ya pudimos ver en series como Supergirl en el papel de la joven Kara Danvers, o en la cuarta entrega de iZombie, cuya irrupción acabaría siendo clave para el desenlace de la trama principal, interpreta a Matty, una chica que a todos nos habrá recordado a la joven Verónica, ya que el paralelismo entre ambas es claro; y al gran JK Simmons, que interpreta a Clyde Pickett y cuyo rol como ex convicto le pondrá en el punto de mira de Keith y Verónica cuando empiecen a indagar en el caso de la temporada.
Con esas incorporaciones, y los diferentes regresos que van apareciendo durante los ocho episodios que dura la temporada, la nueva entrega de Veronica Mars logra apelar a la nostalgia de los fans más acérrimos y consigue elevar el nivel de calidad, in my opinion, con respecto a sus temporadas anteriores. Falta ver si tendremos más entregas de la serie en el futuro, porque la sensación que me queda tras estos ocho episodios es de cierre definitivo. No obstante, si Hulu decidiera darle una nueva vida extra a Verónica, no me importaría en absoluto; siempre es un placer volver a ver a la detective más intrépida de Neptune en acción.