Crítica: Once Upon a Time in… Hollywood
Coincidiendo con el quincuagésimo aniversario del asesinato de Sharon Tate a manos de un grupo de acólitos de Charles Manson, aquel criminal tan famoso que ha inspirado tantas obras sobre su figura, Quentin Tarantino estrena su novena película, que aborda ese tema, sí, pero que también explora otros aspectos relativos a la época a la que ha querido rendir homenaje, el final de la década de los 60 norteamericanos y el mundillo de las producciones audiovisuales de aquel entonces.
Once Upon a Time in Hollywood nos trae la historia de Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) y el crepúsculo de su carrera cinematográfica, prácticamente rozando los albores de la década de los 70. La película se centra en su figura, pero también tenemos una gran parte de protagonismo que recae en su especialista para las escenas de acción, Cliff Booth, interpretado por Brad Pitt. Margot Robbie da vida a Sharon Tate, cuya trama es algo más secundaria, porque la cinta no trata de la matanza a la que me refería en el párrafo de apertura.
Tarantino se deleita en mostrarnos cómo era el cine de aquella época, los entresijos del Hollywood de los años sesenta y producciones como las películas de vaqueros del Oeste, todo ello con un detalle y un cuidado que rozan la perfección, amenizado con una banda sonora excelente, con temas de sobra conocidos y que hacen las delicias de aquellos amantes de la música de esa etapa. En el apartado técnico, no hay nada que reprochar al trabajo realizado por todo el equipo detrás de la cinta. La estética, la dirección, el vestuario; todo consigue trasladarte al momento de la acción y notas el cariño que siente el cineasta hacia ese cine y esos años. Su novena película es una oda a todo aquello, y es una de las mejores bazas de la cinta.
No obstante, bajo mi punto de vista, no es la mejor obra de Tarantino, aunque tampoco la pondría como su peor trabajo. Quizá se ve lastrada por la excesiva duración; sobrepasar los ciento cincuenta minutos de narración lo veo excesivo, sobre todo teniendo en cuenta lo que vemos en pantalla, y tal vez hubiera funcionado algo mejor siendo más breve de lo que ha terminado siendo. Aunque, todo dicho sea de paso, el ritmo no me pareció lento, y apenas hubo momentos que notara que se me hacía pesado lo que estaban contándome; simplemente que tanta duración para la historia que nos traslada el cineasta puede que sea demasiado.
Sobre el papel de los protagonistas, yo destacaría por encima del resto a Brad Pitt, que sobresale en su rol, aunque también lo hace genial Leonardo DiCaprio; Margot Robbie no tiene un peso tan importante en la historia para mí, y cumple simplemente en su interpretación de la difunta actriz. Además, fui sin saber qué actores y actrices salían en la cinta (al margen del trío protagonista), y me sorprendió ver la cantidad de caras conocidas del mundo de la televisión y las series que van desfilando durante la cinta así que, para los seriéfilos, es un motivo extra para disfrutar todavía más de Once Upon a Time in Hollywood.
En conclusión, creo que todos aquellos que seáis fanes de Tarantino disfrutaréis con esta película porque tiene todos los elementos clásicos del cineasta, y si encima adoráis toda esa etapa de la sociedad estadounidense, es un plus añadido para disfrutar todavía más de la nueva película del director americano.