Stranger Things 3: ¿La mejor peor temporada o la peor mejor temporada?
Ya llegó la nueva temporada de Stranger Things y como todos los años la hemos visto en tiempo récord. Algo tiene esta serie que da igual cuándo se estrene (en verano, sin apenas competencia; o en pleno otoño, coincidiendo con todos los regresos) que siempre es capaz de anteponerse como un producto prioritario en el momento en el que Netflix decide colgar otros 8 episodios. Voy a ser sincero, no sé cómo saldrá esta revisión a la temporada ya que me ha dejado muchos sentimientos encontrados, los cuales ni siquiera ahora con el teclado delante sé cómo expresar; lo que sí que estoy seguro es que quitando ideas generales no encontraréis spoilers en estas líneas.
No sé si estamos ante la mejor temporada de Stranger Things o la peor, me tiene muy confuso. La serie ha madurado y en muchos de sus aspectos ha roto el listón, superando por mucho cualquier expectativa que pudiera tener; sin embargo, hay otros aspectos que, aunque son menores en cantidad, han empeorado mucho lo visto en años anteriores en la propia ficción. No es un producto sobresaliente con algunos fallos que hacen que luzca menos, es un oque debería haberlo sido con errores de bulto que te hacen preguntarte “¿había alguien al volante?“
La serie ha aprendido unas cuantas cosas con el paso de los años, y si ya en la segunda consiguieron estructurar mejor evitando dar la sensación de relleno en la parte intermedia, en esta están a otro nivel, pues pese a repetir la forma en la que plantean la historia de esta tercera entrega, lo hacen en pos de poner un foco mayor en el gran baluarte de la temporada sacrificando un poco su ritmo: sus personajes.
Sí, durante los dos años anteriores la serie se ha preocupado de que le cogiéramos cariño a los niños, pero en esta ocasión me parece esencial y un acierto mayúsculo lo que han hecho con ellos: hacerlos evolucionar … Para un momento Iván ¿No hacen eso prácticamente casi todas las obras que tengan una historia? Sí, pero hay que tener en cuenta que Stranger Things bebe de la nostalgia de los 80 como si hubiera barra libre y bajo esa premisa, habría sido más sencillo traernos de vuelta a los mismos personajes que vimos en el pasado y seguramente la gran mayoría lo habría comprado igual; sin embargo, han optado por hacerlos madurar y eso es algo que me parece brillante y coherente no sólo por las subtramas que se generan entre ellos, sino porque pese a ser niños ya es la tercera vez que se enfrentan al mismo enemigo (bueno, la segunda si nos ponemos exquisitos) y lo afrontan no como niños superados por la situación, sino como soldados veteranos en una guerra que parece no tener fin.
Mike, que ejercía el rol de líder en el pasado, prácticamente lo tira por tierra al centrarse en sus sentimientos por Eleven y cuando llega el momento de la verdad y de formar piña frente al enemigo se vuelve incapaz de retomarlo al ser ahora un pre-adolescente enamorado y no el niño de 10 años que era cuando comenzó todo; Dustin, aunque siga pareciendo el mismo crío de antes que se abraza a una conspiración salida de la nada, durante toda la temporada se comporta con mucho más temple que cualquiera de los adultos; Will pasa de ser una persona frustrada por los nuevos intereses de sus amigos, en los cuales él no tiene cabida, a enfrentarse a la realidad de que la gente cambia y que los años de jugar a dragones y mazmorras en el sótano de Mike están llegado a su fin; Lucas nos muestra una faceta real de cómo éramos cuando teníamos esa edad, idiotas; y, por último, Eleven pasa de ser una persona que desconocía cómo era el mundo al haber vivido toda su vida como una rata de laboratorio a una muchacha normal y corriente (olvidemos los poderes) que sabe que aunque no quiera y sea peligroso, ella es la única que puede salvar a todas las personas que la importan: ella no quiere ponerse la venda tantas veces durante la temporada, sabe que Mike tiene razón y se está poniendo en peligro, pero también es consciente de que si no lo hace todos morirán. Ojalá pudiese decir que Max tiene un desarrollo parecido, pero al ser un personaje introducido no hace mucho lo que hacen más que nada es presentarla más en profundidad al espectador. No es que Max haya cambiado, simplemente la conocemos mejor.
Cómo han manejado la trama y los niños es sensacional, marcando para mí un nuevo tope en la serie. Pero si dejase esto aquí no tendría sentido lo que dije al arranque de este análisis, porque la temporada tiene un lastre que arrastra todo lo anterior: los personajes adultos.
Aquí no sé por dónde empezar, si por las formas lamentables en las que se ven envueltos en la trama o por el retroceso que pegan como personajes. De esta sangría voy a dejar fuera a Steve y a Robin, que a lo mejor se salvan por efecto rebote al estar relacionados con la subtrama de Dustin y por ello se ganan un mínimo de evolución y presencia dentro de la misma, pero el resto dan la sensación de que están metidos únicamente por contrato y que debían darles minutos en pantalla.
Empecemos primero por Hopper y Joyce, cuya presencia este año no tiene explicación alguna (lo de los imanes es ridículo y siendo Hopper el padre adoptivo de Eleven podría haberse metido su presencia infinitamente mejor) y se vuelven más planos que una baldosa lisa: Hopper es un policía con problemas de autocontrol y Joyce una neurótica que se obsesiona con cualquier mierda, ya está, y con estos arquetipos tiran durante toda la temporada. Hay un amago de explorar cómo lleva Joyce la pérdida de Bob y su negativa a pasar página, o de la forma en la Hopper afronta que ahora es padre de una niña que va a entrar en la adolescencia … pero esas semillas se las lleva el viento a partir del tercer episodio. Algo parecido ocurre con Nancy y Jonathan, que aunque sí se nota que intentan mostrar la forma en la que llevan su relación y los problemas que tienen siendo ellos personas más maduras (en contraposición a los noviazgos que surgen entre los más pequeños), su presencia en la trama también es infinitamente mejorable y básicamente no aportan nada al desarrollo de la misma.
Puede gustar más o menos la historia, la cual creo que es más de los mismo pero cada vez mejor contada y no puedo negar que en muchos apartados (incluido los técnicos, que no había hablado de ellos) barre a las temporadas anteriores, pero ese salto atrás que da al no saber qué hacer con casi la mitad de su plantel de personajes mata a una Stranger Things que en condiciones normales habría entregado su mejor tanda de episodios de toda la serie.