Review The 100: Nevermind
Parte del episodio transcurre en el palacio mental de Clarke y parte en el de Josephine, de manera que descubrimos los secretos de la segunda y ahondamos en los de la primera. La serie nuna había sido tan instropectiva y aunque este episodio se alejé del ritmo y la acción habituales, cree que es un experimento de lo más interesante que ayudan a potenciar una de las líneas que los guionistas están explorando esta temporada: Clarke cara a cara ante sus elecciones pasadas. En episodes anteriores asistimos al mismo concepto a través de los comentarios de Raven o Murphy, pero en esa ocasión es la propia Clarke quien se mira en el espejo de sus acciones.
Ha sido viaje por la memoria, las experiencias, los sueños y pesadillas de Clarke. Pero sobre todo la culpabilidad. Ya sabíamos que la culpa era un elemento clave en el dolor que atormenta a Clarke, pero creo que su relación con Madi la ha hecho madurar de una forma en la que cada vez es más consciente del daño que ha provocado con sus acciones.
También se enfrenta a sus miedos, a sus pecados, a lo que siente su conciencia por haber abandonado a Bellamy o por haber permitido que Octavia se convirtiera en un monstruo, quizás por haber tomado las decisiones que no le permitieron estar a su lado vigilándola.
Me encanta que en los recuerdos haya aparecido Maya y que la culpa por su muerte aún esté presente en la mente de Clarke, pero sobre todo Maya como personificación de los errores, de los sacrificios que atormentan el cerebro de Clarke. Los recuerdos que no le permiten conciliar el sueño, el arrepentimiento y el peso de las personas que han quedado atrás representados por esa chica dulce que tuvo la desgracia de pertenecer al bando perdedor. Si Maya, Octavia o Finn representan los errores del pasado, Monty representa la esperanza, pero también la ética, la conciencia que recuerda que el fin no justifica los medios, que hacer el bien es siempre la opción correcta.
Por cierto, me ha encantado que traigan de vuelta a la serie a estos actores, el episodio no sólo ha sido un viaje por la memoría para Clarke, también para los espectadores de The 100. También es una paradoja muy divertida que sea precisamente ALIE quien salve el alma de Clarke.
Visualmente me parece muy interesante los escenarios que han elegido y en particular que Clarke vaya cambiando de aspecto (ropa y peinado) conforme entra en las distintas parcelas de su cabeza. De alguna forma vemos que no es la misma, que ha cambiado, que ha ido transformándose en otra mujer.
Hemos conocido muchísimo sobre la vida de Josephine en este episodio, sobre sus diferentes vidas e ideas. Y es interesante el paralelismo entre ambas mujeres, pues Clarke ve con claridad que Josephine es una asesina egoísta, pero también asiste a la justificación de la mujer, que es exactamente la misma que usa Clarke: sobrevivir. Ambas mujeres diferencian entre el grupo en el que están y las personas que están fuera de ese circulo y ambas mujeres sopesan la situación y deciden que cualquier cosa, cualquier acción es aceptable para sobrevivir, para que sobrevivan quienes ellas creen que deben sobrevivir.
Josephine no sabe lo que hace al enfrentarse a su oponente, es evidente que dos cerebros en un cuerpo es algo que no puede terminar bien, pero la Prime es muy arrogante pensando que tiene el control. Se enfrenta a una guerrera, a Wanheda, a una líder sanguinaria incapaz de abandonar a su pueblo. Clarke una luchadora y no dejará de pelear nunca, ni siquiera dentro de la cabeza de otra mujer, ni siquiera como conjunto de recuerdos reprimidos.
El cliffhanger deja claro que Clarke tiene decidido sobrevivir también en esta ocasión.