Review The 100: Sanctum
Sanctum nos presenta a un grupo de personas que podrían ser la semilla de una nueva humanidad. Es el grupo formado por la amalgama de individuos producto de los restos de distintos tipos de grounders, mayoritariamente leales a Octavia; algunos reclusos y tripulantes del Eligius; algunas personas del Arca e incluso varios de esos 100 jóvenes que metieron en una nave rumbo a Tierra en la primera temporada. Un grupo formado por las cenizas de varias civilizaciones que entienden el mundo de forma diferente. Un montón de personas que no sólo son diferentes entre si, sino que han sido enemigas gran parte del tiempo y en algunos casos lo continúan siendo.
Sanctum nos dibuja una nueva oportunidad para nuestros personajes, de hacer lo de siempre o de hacerlo mejor para variar. Pero en cuanto los personajes ponen los pies en ese nuevo planeta comienzan a ser ellos mismos y desconfían de los nativos, allanan sus moradas e incluso roban alguna pertenencia. Mucho antes de que los persigan insectos asesinos o que el aire los convierta en monstruos violentos, ellos entran pisando fuerte en ese nuevo planeta y quizás pisando de la forma errónea, como hacen siempre. Aunque por el momento sólo hemos visto a Emori caer en las garras del veneno, los demás terminarán haciéndolo y si no se matan los unos a los otros esta vez, lo harán otro día … y quizás sin venenos que nublen su juicio. Porque así son estos supervivientes. Asumamos que los locales usaban las cadenas para quedarse atrapados en sus casas, en un lugar seguro, cuando la rabia del cielo los poseía, asumimos que nuestros personajes tomaran medidas similares, pero aún así, si no dejan de ser ellos mismos también destruirán esta nueva civilización con la que acaban de encontrarse.
La atmósfera es tensa, han pasado 125 años pero ellos no lo sienten así, los personajes sienten que las heridas que se han infringido los unos a los otros aún no han curado. Raven no está por la labor de perdonar a Abby, quien a su vez no está preparada para enfrentarse a Octavia. Muchos se sienten incómodos con Clark; Niylah es más leal a Octavia que a Abby o a su faceta médica. Todos están aún conviviendo con las heridas sin sanar. Es importante que aprendan a convivir y se perdonen, pero también deberían ganarse ese perdón y hacerse merecedores del nuevo comienzo que Monty y Harper querían para ellos. Ahora que Zeke ha muerto va a ser aún más difícil para Raven, pero quizás entienda que pese al fatal desenlace, el piloto de Eligius era querido y respetado por lo que queda de skykru.
Me parece tremendamente interesante el momento en el que Octavia se encara a Kane y le dice a la cara las cosas que ambos han hecho mal apoyándose en la idea de sacrificar algunos para salvar a los demás. La verdad es que tenemos más o menos frescas en la memoria las veces en las que Octavia justifico los medios para conseguir el fin, pero Kane no se queda atrás en cuanto a crueldad y utilización del pueblo. También es muy interesante otra conversación, esa en la que Clarke recuerda como habló a un Bellamy que no escuchaba fue preciosa, vino a raíz de la imposibilidad de comunicarse con radio con Eligius. Fue una forma de hacernos caer en la cuenta de la importancia de la comunicación, no sólo para hacer un informe de lo descubierto en el planeta, sino también para resolver conflictos entre las personas.
La dinámica de los personajes que convivieron en el espacio tras el Praimfaya está repleta de confianza y cariño, pero la presencia de Clarke y los últimos acontecimientos en la tierra han roto esa familia y esto se percibe, sobre todo, en el rol de Emori y Murphy ahora que la gran amiga de Bellamy vuelve a escena. Monty y Harper fueron tan encantadores como de costumbre e incluso dejaron preparada una poción de algas para operar a Kane, no entiendo muy bien por qué no prepararon más reservas de ese poderoso analgésico ni por qué las algas sentaron de forma tan diferente a Octavia o Kane, pero no son agujeros importantes.
Por lo demás, creo que el colorido rojizo del planeta es una propuesta muy original junto con toda esa estética de parque temático o de módulos habitacionales de los 70s. Por ahora la flora y la fauna difieren poco de la de la tierra, hemos conocido un insecto enloquecido, pero nada más. El agua parecía estar limpia y no había criaturas terribles bajo las olas. El ritmo del episodio ha sido el habitual de la serie, presentando una temporada que tengo muchas ganas de seguir viendo.