Otro episodio más de esta serie sin complejos que igual te planta a una pareja superando retos en un Ikea como a unos amigos venciendo a un demonio.

La relación de Sara y Ava ha pasado por múltiples baches, a veces coherentes y a veces incongruentes con el carácter que han forjado los personajes. La última ruptura no tuvo sentido, recordemos que fue provocada porque Ava defendía a un torturador de criaturas mágicas frente a su novia, que quería salvar a dichas criaturas. A veces los guionistas nos meten historias que no tienen sentido y la pelea de las dos mujeres fue una. En este episodio lo intentan arreglar un poco, quizás Ava sí que estaba horrorizada por los malvados planes de Hank y simplemente se enfadó porque Sara tuviera tan clara su postura sin tener en cuenta la opinión de su novia, pero sea como sea, no me pareció coherente en su momento y sigo sin verlo bien del todo. Pues bien, después de todo el lio de Hank… que termina con el padre de Nate muerto, recuperamos a Ava, que llevaba desaparecida varios episodios… y la traemos de vuelta secuestrada por Neron. Y así esta semana sometemos a la pareja a otro reto que pone a prueba su relación. Esta vez el reto es pasar una jornada en Ikea, el purgatorio personal de Ava. La trama parece absurda porque lo es, pero ha tenido algún que otro momento divertido.

Aunque la trama principal del episodio sea la jornada en Ikea como prueba para parejas sentimentales, el episodio pegó algunos avances interesantes en tramas con más sustancia: Constantine y Nora versus Neron por un lado y la pareja formada por Nate y Ray por otro, también enfrentándose a Neron, pero sobretodo manejando los sentimientos de Nate al respecto de la muerte de su padre. Neron sirve como amplificador de los lados más oscuros y siniestros de cada persona y así logra que Constantie sea vasallo del dolor por la perdida de Des; Nora luche contra el control del poder maligno que tiene dentro y Nate siga sintiéndose confuso respecto a la muerte de Hank.

Y bueno, también tenemos momentos en los que Charlie, Mick y Mona insisten en que Zari y Nate tengan una relación… cosa que me horrorizaría porque los personajes no pegan en absoluto. Pero al menos estamos viendo cada vez más puntos de la humanidad de Mick, que es menos tipo duro y más sensible en cada episodio; también conocemos más a Charlie, que gana puntos en cada episodio que pasa y deja que Amaya se convierta en un recuerdo lejano de como desaprovecharon a Maisie Richardson-Sellers durante dos temporadas. También es agradable que Mona vaya ejerciendo de miembro del equipo, pues a diferencia de Gary, ella es mucho más que un alivio cómico. Y bueno… Zari me encanta, pero creo que esta relación forzadísima que nos quieren vender no le hace ningún favor al personaje.

Por lo demás, las cosas se presentan un poco más interesantes, cuando Ray en un intento de hacerse el héroe termina siendo poseído por Neron. Nora termina en estado comatoso o algo así y por el momento, parece que Des está salvado. Ya veremos como evoluciona todo esto.