Review Arrow: Spartan
Suelo extenderme siempre; es algo que me pasa cuando escribo, y más si la temática del artículo en cuestión me da pie y me interesa. Normalmente, con Arrow suelo sacar punta a lo que se nos presenta semana tras semana, como hice por ejemplo en el episodio pasado, que si Sara Lance no llega a visitar Star City, me hubiera quedado una crítica más bien breve. Pero con su presencia, pude hilarlo con otros asuntos. La cuestión es que esta vez no va a ser posible. No suelo ser el breve, pero en esta ocasión, toca decir más bien poco de este decimonoveno capítulo.
Me cuesta recordar un capítulo de Arrow a falta de cinco o menos para la conclusión de la temporada que tenga tan poca chicha. Nuevamente, lo que más deja para la reflexión es el futuro, aunque tampoco es que haya sido el mejor flashforward de los que llevamos desde que arrancó la séptima. Hemos conocido que el hijo de John acabará liderando una banda criminal inspirada en Deathstroke, incluso siendo él quien recoja el testigo del mítico enemigo de Green Arrow, por lo que la ausencia continuada de sus padres durante sus primeros años de vida acabará formando a un villano de la futura Star City. Además, hemos descubierto algo que podíamos prever: que Galaxy One está formando un ejército de soldados dotados de la tecnología que vimos la semana anterior, cuando la red de Canarios cayó a manos de uno solo de ellos. Y quizá esto sea lo único que puede hilar medianamente con el presente, la tecnología.
Alena, la otra hacker que conocimos temporadas atrás y que nos introdujo a Cayden James, ayuda a Felicity desde hace un par de episodios con todo el tema de Archer, el sistema de inteligencia artificial que está desarrollando y que vemos que acabará convirtiéndose en aquello que teme en el presente, algo que servirá para subyugar a Star City y cayendo en manos equivocadas. Y digo que está la conexión, porque, aunque Felicity destruye su creación, Alena se guarda el código fuente del programa, y podría indicarnos que es ella la que retoma el proyecto a sus espaldas y se lo vende al tal Doctor Magnus, provocando que lo que vemos en 2040 sea resultado de este episodio, y las decisiones tomadas en el mismo, al menos en lo que respecta a Archer y qué hacer con este sistema informático.
Lo demás, pues tenemos nuevamente a Oliver relegado a un segundo plano, mientras la serie decide que, casi siete temporadas completas después, es un buen momento para meternos trasfondo de Diggle, personaje que hemos conocido desde sus inicios y que han tenido infinidad de ocasiones para indagar en su pasado, o en concreto, en sus relaciones familiares. Lo hicimos con su hermano Andy cuando formaba parte de la organización de Damien Darhk, pero esta vez ha tocado conocer a su padrastro, el general Stewart, que se convierte en objetivo del Noveno Círculo, ya que formó parte de un programa que diseñó un arma biológica. Al margen de que este grupo criminal acaba consiguiéndola, como se podía prever, me parece que sobraba a estas alturas de serie meternos tralla de este estilo. No estamos hablando de un personaje que ha llegado a Arrow hace un par de capítulos y que nos tienen que presentar. Conocemos a John casi desde el mismo momento que conocimos a Oliver, y rellenar minutos de la recta final de la antepenúltima temporada de la serie me parece frustrante e innecesario.
El protagonista, Oliver (sí, es Oliver, aunque parezca mentira), sigue en su misión particular de devolver a Emiko al lado de la luz, pero la información que le revela su hermanastro, parece que por una le entra, y por la otra le sale, porque parece que está en un punto de no retorno en cuanto a la organización se refiere. Asesina a Dante, y venga a su madre, ya que parece que sí, obró a sus espaldas para involucrarla por completo en el Noveno Círculo, pero hasta ahí llegan las consecuencias de que Oliver quisiera que su hermana volviera con los buenos. Ella elimina a Dante y parece que va a ser la némesis en lo que queda de temporada, y veremos si la siguiente. Eso, o hay alguien más en lo alto de la pirámide y con más rango que Emiko, aunque no se entiende eso precisamente tras tantos episodios… veremos si es así, o nos guardan una sorpresa para el final.
Quiero pensar que los próximos tres episodios pisarán el acelerador y nos conducirán hacia una resolución, cuanto menos, digna de la temporada. Igual soy demasiado optimista, pero todavía albergo esperanzas de que la conclusión de esta entrega esté a la altura. Nos vemos la semana que viene.