Review The Walking Dead: Chokepoint
Chokepoint tiene dos tramas claramente diferenciadas, una de ellas es brillante y la otra no lo es. Por alguna misteriosa razón quieren presentarnos a personajes nuevos que no necesitábamos conocer y contarnos una historia lamentable que no nos aporta nada. Lo cierto es que hubiera preferido ver la pelea de Jerry con estos bandoleros a la negociación posterior que nos hemos tenido que tragar. Después de la tanda tan magnífica de episodios que llevamos, me aterra pensar que volvemos a ver a los personajes tomando decisiones absurdas e inconsistentes tanto con los propios personajes como con la tónica general de la serie.
En Chokepoint asistimos a uno de esos momentos ridículos tan característicos de la serie, un momento sin sentido de los que llevábamos tiempo sin ver en The Walking Dead: en un mundo donde impera el terror y donde los hombres visten la desconfianza como una segunda piel (o una tercera piel para Los Susurradores), vemos como una superviviente tan dura (e incluso psicópata) como Carol decide abrir los brazos a unos señores que se presentan a si mismos como bandidos, que asaltan a los supervivientes y les roban y que se presentan a ellos mediante amenazas. Lo coherente con la trama, con el momento en el que viven y con la evolución que han tenido es que los hubieran aniquilado, ya que les superaban en número y tuvieron la oportunidad de matarlos, pero no lo hacen, por alguna misteriosa razón optan por confiar en ellos.
Afortunadamente la otra subtrama del episodio ha sido genial. Daryl, Connie, Lydia, Dog y Henry son los protagonistas del episodio, con una trama sólida e interesante. El plan de Connie es bueno, suben a una posición segura, cortan el paso a los walkers y se cargan a los susurradores de uno en uno. Parece que Connie es una superviviente muy astuta, lo cual tiene sentido, si a estas alturas del Apocalipsis sigue viva no es por casualidad o suerte.
Asumimos que durante estos seis años de elipsis los personajes se han enfrentado a peligros mucho mayores que estos bandoleros nacidos de la nada y que se venden por la promesa de una sesión de cine. No hay ni una escena destacable en la subtrama del Reino, aunque es siempre agradable reencontrarnos con Carol, Ezekiel o Jerry. Pero mientras que verlos preparar una incursión en una sala de cine repleta de zombies tuvo su magia, verlos negociar tontamente con una panda de ladrones no tiene nada de interés.
Estos nuevos tipos están liderados por un curioso personaje con rollo cowboy interpretado por Angus Sampson (un actor que me gustó bastante en la malograda Nightflyers) y parecen ser una banda de asaltadores de caminos que ya no tienen gente a la que asaltar. Puede que Carol no se tome en serio la amenaza de esta gente, puede que el Reino esté realmente necesitado de guardias para los caminos o puede que sientan la extraña necesidad de simpatizar con todo el mundo, pero me parece raro que acepten en su importantísima feria a unos desconocidos que más que probablemente sean peligrosos… cualquiera que éste vivo en ese mundo plagado de amenazas ha conseguido convertirse a si mismo en un peligro peor que aquellos que le rodean.
Creo que es incongruente con la serie la forma en la que alegremente los miembros de la realeza de Kingdom han confiado en estos desconocidos. Posiblemente terminen por no ser peligrosos, probablemente esta presentación no lleve al nacimiento de ningún conflicto y si es así, si no me equivoco, tengo la sensación de haber perdido la mitad del tiempo de un episodio con una historia absurda, cosa que la serie había dejado de hacer desde otoño…
Pese a todos los puntos negativos de esta subtrama, creo que es preciso recalcar la importancia que se le está dando a la dichosa feria, a cada momento que pasa parece más claro que la Feria significará un punto álgido en la temporada, quizás la muerte de algún personaje importante del Reino o quizás sólo veamos a Los Susurradores matar a algunos red shirts, pero parece obvio que algo muy dramático vuela sobre la feria.
Pero como ya he dicho antes, la historia de los otros personajes salva el episodio. Me gusta mucho la dinámica que se está estableciendo entre Connie y Daryl, incluso me ha parecido percibir un atisbo de interés romántico que podría funcionar (no como el los de Rosita). Por su parte el romance de Lydia y Henry está bien dibujado, es un encaprichamiento adolescente entre dos personas que necesitan compañía y afecto. Me puedo creer que Henry pierda la cabeza por esta muchacha, cosa que no me hubiese creído de Carl, que era ya un adulto desde muy niño. Así que por el momento, estos cuatro personajes juntos me parecen un enorme acierto.
Beta es un enemigo a la altura del héroe en el que Daryl se ha convertido. La escena de lucha es sensacional, Ryan Hurst es un tipo enorme y Norman Reedus no lo es tanto, pero la pelea funciona perfecta como batalla entre iguales, porque frente a la brutalidad de Beta y su indiscutible fuerza física, tenemos la inteligencia y picardía de Daryl. En cuando vemos a Beta aparecer sosteniendo una puerta como escudo queda claro que la escena será divertida, y lo es, una de las mejores escenas de lucha de la serie, o al menos una de las mejores de los últimos años. Es genial como Daryl usa el ardid de esconderse para sorprender a Beta y lanzarlo al hueco del ascensor, pero más genial aún es ver a éste gritando al final del episodio, con la boca ensangrentada y repleta de ansias de venganza, ya no sólo quiere recuperar a Lydia, ahora también quiere matar a Daryl y eso suma puntos a cualquier reyerta.