Review Doctor Who: Rosa
Ya hemos tenido la presentación de personajes y de la nueva protagonista, el primer capítulo en el espacio y ahora es turno del primer viaje en el tiempo para trece y la tropa de companions que lleva detrás. ¿Habrá cumplido?
Arrancamos con escena en la Alabama en los años 40, en el cual una mujer es obligada a dejar su asiento en el autobús por ser de color; de ahí saltamos una década para adelante, por lo que ésta introducción podía quedar un poco artificial teniendo en cuenta que la trama pega un salto de 12 años y que prácticamente la trama gira en torno a un día en concreto, pero sin embargo esa primera escena me parece la entrada perfecta al episodio.
Tenemos a la Doctora y demás atrapados en una Alabama totalmente racista porque a la TARDIS no la da la gana moverse de ahí, lo cual no es la primera vez que ocurre en la serie y como casi siempre, se debe a que hay algo haciendo interferencias. Esas interferencias giran sobre todo en la figura de Rosa Parks, la mujer de la escena inicial que al día siguiente dará un primer paso en la lucha contra el racismo al negarse a ceder su asiento en el bus a una persona blanca. Imagináis por dónde irán los tiros ¿No? Toca asegurarse que nada interfiere en ese momento de la historia.
A parte de la tóxica comunidad de personas de Montgomery, contamos con un villano de turno que quiere evitar que suceda ese pequeño gesto tan importante en la lucha contra el racismo, un ex-convicto de una prisión del futuro llamado Krasko y que está interpretado por Josh Bowman (Revenge), quien me parece lo peor del episodio. Al final su aportación a la trama es nula: aparece, descubrimos su pasado y sale a la palestra la prisión de Stormcage (que ya ha aparecido en anteriores ocasiones en la época de Matt Smith) y de una forma algo cutre se va, con Ryan utilizando su propio arma contra él. No entiendo la necesidad que había para meterle en la trama si prácticamente no ha aportado nada, a no ser que en un futuro puedan tener algo de importancia la prisión y en inhibidor neuronal que tiene el propio Krasko y que no le deja matar o herir a nadie, pero ya serían demasiadas migas de pan las que habrían soltado los guionistas si nos ceñimos a estos tres episodios: los Stenza, el chico atemporal, la prisión…
Sin ninguna duda el eje central de capítulo es el racismo, se lo juega todo a esa baza y bajo mi punto de vista lo hace bien, pero he echado en falta algo de tensión durante el desarrollo, el tocar un tema serio y profundo de buena manera no la exime de tener que entregar un episodio que no sea tan sumamente predecible, todo el capítulo va sobre raíles y no hay lugar para la sorpresa en ningún momento.
Cierro con un tema que en términos generales de lo que llevamos de temporada me está empezando disgustar bastante, la nueva banda sonora. No había comentado nada antes en la reviews porque soy buena persona y tenía ciertas esperanzas, pero para mi con la marcha de Murray Gold Doctor Who ha perdido parte de su alma. Puedo llegar a entender que forma parte del lavado de cara que le quieren dar a la serie y que a lo mejor es cosa de acostumbrarse, pero noto mucho en falta ese toque especial que tenía escuchar los temas de Gold de fondo ambientando las escenas.
El episodio aunque algo simplón y ante todo predecible, para mi cumple. No espero tan pronto un Blink o un The Girl in the fireplace, porque la serie sigue buscándose un poco a sí misma en esta nueva etapa, pero echando la vista atrás es bastante mejor que muchos episodios “normales” de las últimas temporadas.