Review The Originals: The Tale of Two Wolves
Queda tan solo un episodio para que The Originals se acabe. Cuesta creerlo, que tras tanto tiempo, ya queden menos de siete días para ver el final de una serie, que sin ser la mejor que he visto en mi vida, sí que va a dejarme (junto a The Vampire Diaries) un grato recuerdo cuando finalice. Y curiosamente, en este capítulo que ha sido el que más me ha gustado de toda la temporada (y cuidado que no sea el que más de la serie), se ha acercado muchísimo a su predecesora en multitud de aspectos. Volvemos a Mystic Falls.
Básicamente, la ciudad que conocimos allá por 2009 con los Salvatore y Elena ha sido la única que hemos visto en el capítulo de esta semana, porque Nueva Orleans apenas ha tenido relevancia, solo al inicio y poco más. Casi podríamos decir que ha sido un episodio crossover entre ambas, con Klaus, Elijah y Hope viajando a la ciudad natal de los protagonistas de The Vampire Diaries, para encontrar la forma de salvar a la joven, y encima hemos recuperado muchísimas cosas de esa serie, junto a muchos guiños: la clínica de Elena, la placa conmemorativa para Matt (qué cosas tiene la vida), la mención directa a Bonnie, la plaza de Mystic Falls, y quizá, el mayor guiño de todos, la mansión Salvatore. En Legacies tendremos todos estos escenarios, pero utilizarlos en la recta final de The Originals es un gran gesto, apelando directamente a la nostalgia que muchos de nosotros sentimos por la serie de los Salvatore. La que fuera la casa de Stefan y Damon servirá de localización para la mayor parte de episodios del spin off de Hope, y este episodio casi que ha servido también para empezar a introducir elementos de la futura ficción de The CW, como la renovada residencia Salvatore, las gemelas de Alaric y Caroline, este chico llamado Landon, los chavales que van al instituto que fueron los protagonistas de la serie madre… Pero no solo eso, dentro de la propia casa, volver a ver el diario de Stefan, las celdas donde casi todos los personajes de The Vampire Diaries pasaron alguna vez, las memorias de la ciudad escritas por Alaric, o los pasillos que tanto frecuentaron Damon y su hermano. Todo ello ha sido esencial para que el episodio fuera tan especial como ha sido, además de la propia trama, que alcanza aquí su punto álgido.
Sin un alarde de acción constante, un villano brutal al que batir, o los métodos habituales en multitud de ficciones que se acercan a su final, The Originals ha construido su última temporada sobre una base: el legado de Klaus y la familia Mikaelson, que no es otro que Hope (de ahí el nombre de Legacies, tal y como contó Julie Plec en la pasada Comic-Con). Esta familia haría lo que fuera por conseguir que la joven perdurara y se convirtiera en ese faro de esperanza que tanto anhelaban tras siglos de autodestrucción, así como esa salvadora que tanto veía Elijah cuando nació. Tal vez por eso también es sumamente importante la escena que comparten Danielle Rose Russell y Phoebe Tonkin en esa especie de paraíso en el que está el personaje de Hayley, con su familia y seres queridos (cameo de Jackson incluido), en el que la madre de Hope la convence para salir adelante, y que sirve para que Hope encuentre la forma de perdonarse por lo acontecido con Hayley episodios atrás. Demandaba un rival formidable a comienzo de la temporada, pero ya con un vistazo más global a todo lo que nos ha deparado esta última entrega de The Originals (a falta de un episodio), me quedo conforme con lo que Julie Plec y el resto de responsables de la serie han querido mostrar, y espero con impaciencia el desenlace. Ah, por cierto: nueva mención a ese baile que Elijah le debe a Hayley. ¿Alguien más tiene dudas de que esa puede ser la última escena que veamos de ambos en la ficción?
Y claro, el más preocupado por el bienestar de la joven no es otro que su padre. Tenemos que valorar enormemente la evolución de Klaus Mikaelson desde que apareció por primera vez en The Vampire Diaries hasta ahora. Prueba de ello son las diversas menciones a que él era ese “big bad wolf” de todas las historias. Así fue como llegó a la ficción de The CW, y quisieron lanzarle al fondo del océano muchas veces pero, tal y como indica Alaric (este hombre sabe entrar en una escena) y el propio Klaus, no habría océano tan profundo como para retenerle por mucho tiempo. El híbrido de las leyendas, que aterrorizaba a todos aquellos que osaban cruzarse con él, ha acabado siendo un padre cuya principal tarea es salvaguardar el futuro de su hija. No sé si es en este episodio o en uno anterior, él mismo lo dice, que al principio él solo quería dejar un reino a Hope para que se convirtiera en su soberana, tal y como él fue tiempo atrás. Pero esa perspectiva ha cambiado, como podemos ver en la escena en la que observa cómo su hija disfruta de un baile con un joven lugareño en la plaza de Mystic Falls. Él es suficientemente feliz solo con ver a su hija disfrutar de la vida, a él le basta esos minutos que Hope comparte con Landon, al igual que ver cómo corre libre en su forma de loba en lugar de estar enjaulada en las celdas de la residencia Salvatore. Eso sí, aunque muchos creo que querrían ver un Klaroline al final de The Originals, dudo seriamente de que vaya a darse. El hecho de que The Hollow está dentro de su cuerpo y que está decidido a sacrificarse para acabar con ese mal y poner fin a esa amenaza potencial que sería un Klaus Mikaelson con semejante poder imbuido en él, le acerca bastante a convertirse en cadáver en el episodio final, y sinceramente, yo compraría ese final para este personaje. Creo que cerraría un círculo tras todo lo que ha vivido y lo haría en el punto más noble que probablemente haya tenido en toda su existencia: estar dispuesto a sacrificarse para asegurarse de que su hija tenga un futuro, como cualquier padre haría en semejantes circunstancias.
Eso sí, yo sinceramente pensaba que Elijah sería el que realizaría el sacrificio final, tal y como hemos visto durante el episodio, cuando ha intentado convencer a Klaus de ser él quien absorbiera la energía de The Hollow. Ojo, no descarto que Elijah termine muriendo, ya sea de esta forma o de otra, porque sigo pensando que ese baile entre Hayley y Elijah lo vamos a ver antes de que acabe la serie, pero ahora mismo, el más próximo a morir es Klaus… aunque igual les toca a ambos, vete a saber. Voy a dejar de hacer apuestas porque suelo equivocarme. También quería destacar las escenas compartidas entre el propio Elijah y Hope, cuya relación no atraviesa por el mejor momento pero creo que esa conversación con su madre ha hecho que la hija de Klaus no sienta tanto dolor al mirar a su tío, y todas sus conversaciones durante el episodio me han parecido fantásticas, cada una en su contexto. La maldita Julie Plec ha sabido toca la fibra sensible con este episodio y nos sirve para mentalizarnos de que el final está próximo, y más que curvas, va a haber que echar mano del clínex. Se avecinan momentos duros en el final.
Tras volver a las raíces y despedirnos de Mystic Falls (salvo si vais a ver Legacies), la semana que viene tocará despedirse de Nueva Orleans y de la familia Mikaelson. ¿Estáis preparados? Porque un servidor pensaba que sí, y tras ver el episodio de esta semana, lo empiezo a poner en duda. Nos vemos la semana que viene con la review del último capítulo de The Originals.
PD: Podéis ver en nuestro canal de Youtube el programa sobre el universo vampírico de The CW.