Billions, la serie que no deberías ignorar
Es llamativo el caso de algunas series. Tenemos casi todas las semanas múltiples reacciones sobre el último episodio de The Handmaid’s Tale, o casi tantas o más con el correspondiente de Westworld; The Good Fight ha dado que hablar mucho estos últimos meses, e incluso ficciones de menor calado ocupan más comentarios o artículos en las diferentes partes de Internet. Sin embargo, hay muchas que quedan relegadas a un segundo plano, quizá porque no son tan mediáticas y, por lo tanto, no las sigue tanta gente; o tal vez porque su temática no arrastra tanto público como otras con una trama más llamativa. Creo que este es el caso de Billions, puede que una de las series más maduras y de mayor calidad que, como muchas otras, no recibe la atención que merecería.
Llevamos ya tres temporadas con la ficción de Showtime (que en España podéis ver a través de Movistar Plus), y en todo este tiempo, los que la seguimos la hemos visto crecer poco a poco, hasta llegar al punto en el que concluye la tercera entrega. Yo en un primer momento la subestimé, tengo que reconocerlo. No pensaba que con el tiempo llegaría a disfrutar tanto como lo he hecho semanalmente con la serie que protagonizan Damian Lewis (Homeland) y Paul Giamatti, acompañados por una Maggie Siff (Sons of Anarchy) en un papel de lo más interesante. Y lo cierto es que su primera entrega me dejó un buen sabor de boca, pero nunca llegó a convencerme tanto como a otras personas, que enseguida vieron el potencial que tenía, aunque reconozco que dudar de la calidad del elenco y el nivel interpretativo es de tontos; las cuatro patas de la mesa que componían Billions en sus inicios (los tres mencionados anteriormente más Malin Akerman) eran unos cimientos sólidos en los que basar una serie importante.
Decía que eran cuatro patas. Con el paso del tiempo, la importancia del personaje de Lara Axelrod (Malin Akerman) ha quedado relegado poco a poco a un segundo plano, casi testimonial diría yo, aunque se ha hecho más patente en esta entrega que acaba de finalizar. Sinceramente, de los cuatro personajes principales, era el que menos me interesaba, por lo que no es que la haya echado de menos precisamente en este 2018. No obstante, hay algo que demuestra lo mucho que ha crecido esta serie en esta temporada, no solo por el hecho de ver dónde estaban Bobby y Chuck al comienzo de la misma y dónde terminan (y si ya miramos hasta los inicios de la serie alucinamos), sino por algo muy básico que muchas ficciones olvidan o menosprecian y es el ABC que creo que debe seguir una serie si quiere llegar a ser ambiciosa y convertirse en un producto referencia: sus secundarios.
Ha habido dos incorporaciones y un ascenso en esta temporada. En la trama de Chuck, hemos recibido nada más y nada menos que al Fiscal General de los Estados Unidos, Waylon “Jock” Jeffcoat, interpretado por Clancy Brown (Carnivale), que sin duda ha sido un fichaje magnífico y ha dado mucho juego durante esta entrega, poniéndole en algún que otro aprieto, y haciendo que se preocupe de salir airoso en su día a día. Por parte de Bobby, aunque quizá haya sido algo más testimonial que Jock, también ha llegado una gran alta, encima esta de campanillas: John Malkovich dando vida a Grigor Andolov, un multimillonario ruso que se asocia con la empresa de Bobby. Aparece pocos episodios, pero se hace notar en todos y cada uno de ellos, y ver sus interacciones con Damian Lewis puede que haya sido una de las cosas que más he disfrutado este año; ninguna de sus escenas tiene desperdicio. Y decía un ascenso. De la segunda a esta entrega, promocionaron al personaje de Asa Kate Dillon, Taylor Mason. Ellos han protagonizado la mayor evolución de esta tercera entrega de Billions. Sus personajes se incorporaron el año pasado en la segunda temporada, y siempre estuvieron en un plano más secundario, con su cuota de importancia pero ensombrecidos por las figuras de Bobby y Chuck y su particular guerra. Este año, pondría a Taylor a la altura de los protagonistas, casi sustituyendo a Lara por sus personajes. Su relevancia en la trama ha sido clave a la hora de desarrollar la temporada y en el desenlace de la misma, dejando un escenario fantástico para la próxima. Lo mencionaba antes: cuando una serie trata bien a sus secundarios, es más fácil que crezca para convertirse en algo a tener en cuenta.
De los principales protagonistas, bueno, qué decir a estas alturas de Bobby Axelrod y Chuck Rhoades, además que si entro a mencionar algo en concreto puede que acabe soltando algún spoiler y no quiero hacerlo. Simplemente diré que, para mí, esta temporada ha sido mucho más relevante Bobby y su trama que la de Chuck, aunque cuando han interactuado ambos han dejado nuevamente momentos de altísima calidad y escenas de lo más disfrutables. Bueno, y no me olvido de Wendy, otra que ha tenido casi más relevancia que su marido y que ha vuelto a demostrar lo buen personaje que es, ya que siempre se ha movido en una fina línea entre defender los intereses de su jefe y amigo Bobby, y apoyar a su marido Chuck en las decisiones que vaya tomando, a pesar de que en muchas ocasiones ella está en el medio de ambos y, de una forma u otra, podría salir perjudicada. Es fascinante ver cómo desde la serie sí, la sitúan en medio, pero saben hacerlo de tal manera que en lugar de ser un estorbo o un personaje carente de importancia, la convierten en la piedra angular de las decisiones de uno y otro y parte fundamental en cómo se desarrollan los acontecimientos de cada temporada, además con sentido y sin recurrir a medidas extrañas o forzadas.
El año que viene tendremos una nueva temporada, por lo que si no la habéis visto todavía o no estáis al día, es el momento perfecto para hacerlo. Tal vez no sea la más mediática, o de la más se hable, o la que más seguidores arrastre, pero Billions es una joya de nuestro panorama televisivo actual que merece que le deis una oportunidad.