Review The 100: Shifting Sands
Otro episodio frenético repleto de grandes momentos de tensión, angustia, miedo y acción. La temporada no baja el ritmo y los espectadores asistimos ojipláticos a una temporada excelente que pone altísimo el listón para las cadenas que presumen de tener más calidad que la CW. Ahora mismo The 100 es una de las propuestas más valientes que existe en la pantalla. Una serie que aborda con naturalidad y sin miedo múltiples cuestiones que otras alardean de bordear. Personalmente no podría estar más contenta con la temporada y me encanta que una serie llegue a su quinta temporada en un momento tan bueno de forma, porque lo paso genial y me lleno de esperanza en que la época dorada de las series está lejos de terminar.
Imagina que pasas seis años en un búnker, donde piensas que quizás tengas que pasar toda la vida, o al menos tú no sabes si podrás salir de allí algún día. Asumes que las personas en el búnker son todo lo que queda de la humanidad y te acostumbras a eso. Imagina que en el búnker convives en una secta de gladiadores obsesionados con la sangre y una reina tirana que no quiere a nadie, también te acostumbras a eso. Soportas la escasez de alimentos y recursos, consideras una vida horrible como tu cotidianidad. Te fanatizas e idolatras a tu reina. Evidentemente eres un luchador, si no lo fueras no hubieras sobrevivido, porque o eres wonkru o eres un enemigo de los wonkru. Un día, consigues salir a la superficie sin entender muy bien ni cómo, ni porqué y al momento de sentir la luz del sol en tu piel, estás inmerso en una guerra con unos criminales que llevan un siglo criogenizados. Estos criminales apuntan misiles hacia tu ciudad, tu territorio, tu campamento… pero si esto no fuera poco, te encuentras con una tormenta de arena de cristal que se mete en tus pulmones y unas extrañas criaturas que se adentran bajo tu piel. En estas circunstancias es posible que en algún momento se te pase por la cabeza que hubiera sido mejor arder en el Praimfaya. Pero nuestros personajes no pierden la esperanza, que es lo único que se quedó en la caja de Pandora y quizás también en el búnker.
Como viene siendo habitual con los humanos… el invasor cree que tiene derecho a lo mejor de la tierra y percibe a los nativos como salvajes. Lo que hace esto más interesante, es que los habitantes del Arca se sintieron exactamente con los mismos derechos que los pasajeros de Eligius y trataron a los grounders como ahora los colonialistas tratan a wonkru: como enemigos sin permiso a habitar la tierra. The 100 también aborda, con mucho acierto, que los invasores tengan mejores armas y una tecnología más sofisticada. Dejando de lado todo debate colonialista, la serie no podría ser más certera en sus posiciones. Sobre todo cuando humaniza a Charmaine y la vemos como una superviviente perseguida por el sistema que tuvo que pasar por cualquiera saber cuánto para sobrevivir. Pensándolo bien no está muy alejada de Octavia, una mujer que con una mirada le dice a su hermano que lo mataría si percibe en él un atisbo de rebelión. Ni los invasores son tan malos, ni los invadidos son tan buenos. Los supuestos malos sólo quieren escuchar música después de haber sido perseguidos por la justicia y dormir durante cien años. Los supuestos buenos se dirigen directos a matar a los supuestos malos, sin cuestionar otras opciones, porque no cuestionan a su líder.
Por su parte, Charmaine es dura, pero también es cuestionada continuamente por sus hombres. Si McCreary discute con ella veladamente porque la ve demasiado blanda, Shaw la desobedece porque la ve demasiado dura… y porque nunca estuvo en su grupo. Podemos asumir que Shaw ya ha cambiado de bando, aunque aún no se haya desplazado fisicamente lejos de Diyoza. Las escenas con Raven han sido estupendas, ha estado genial que como viene siendo habitual Raven sea la más lista e idee un tercer plan cuando las opciones eran todas malas.
Y Raven, Kane y Abby continúan en el campamento de los criminales, la primera atando lazos con Shaw; el segundo atando lazos con Charmaine y la tercera peleando contra la adicción e intentando descifrar la enfermedad que aqueja a los antiguos reclusos. Murphy y Emori están por ahí, presumiblemente arreglando su relación mientras intentan seguir con vida. Los demás se han reunido, lo que implica que Echo se tendrá que enfrentar a una cuñada que quizás no la acepte y … y Madi tiene sangre negra, igual que Clarke y por lo tanto son las únicas personas que podrían derrocar a Blooderina si se lo propusiesen. Pero están pasando demasiadas cosas en este momento como para adelantar acontecimientos.
Nuestros personajes están rodeados de enemigos y peligros allá donde miren. Sobre sus cabezas: el ojo en el cielo que tiene el adversario y sus misiles. Bajo sus pies: atroces seres que reptan, penetran en el cuerpo y te devoran desde dentro. Alrededor: tormentas de arena cristalizada. Y un grupo de fanáticos como compañeros y un grupo de criminales desesperados en el único lugar habitable de la Tierra. Esto no podría estar peor para nuestros chicos ni más interesante para nosotros.