Review Legends of Tomorrow: The Good, The Bad and The Cuddly
Llegó la hora de despedirse de Legends of Tomorrow hasta el próximo otoño. Ya comenté la semana pasada que la serie había renovado por una cuarta temporada, por lo que veremos de nuevo al equipo junto al resto de series del Arrowverse a partir, presumiblemente, de octubre. Entretanto, toca analizar qué ha sucedido en la Season Finale, que quizá no haya tenido el nivel de otras temporadas, pero que me parece que es el mejor episodio de la serie en 2018, por lo tanto, una despedida a la altura.
Y creo que empezar un final de temporada por todo lo alto ya suma puntos para lo que vendrá a continuación, porque la intensidad del episodio es bastante alta desde el inicio, dado que asistimos al sacrificio de Rip Hunter, un personaje al que hemos conocido desde el principio de la serie, que confeccionó el Team Legends y que hemos podido disfrutar gracias al buen hacer de Arthur Darvill. La acción se retoma justo donde quedó el pasado capítulo, con Mallus (perdón, Malice, o Fallus, o lo que sea) liberado de su prisión por la decisión de Sara y el resto del equipo, y el primer intento de detenerle fracasa estrepitosamente, ya que individualmente los tótems no tienen la fuerza suficiente para frenarle, y ahí interviene Rip para darles tiempo y que puedan huir. Sinceramente, el adiós de este personaje era algo que también se podía prever, dado que su presencia ha sido testimonial durante este curso, y su historia ya no tenía la misma fuerza tras la conclusión del arco de Vandal Savage en la temporada de debut. Poco a poco, le han ido ganando terreno las historias del resto de integrantes de la Waverider y él ya no tenía ese rol protagonista, incluso entre el resto de compañeros de reparto, dado que la mayor parte de apariciones suyas eran bajo la etiqueta de “Special Guest Star”, que se le da a actores cuya presencia es testimonial. Que desde la serie hayan decidido darle este adiós me parece correcto. Irse por la puerta grande en lugar de malgastar un personaje así con tramas secundarias o de menor importancia me parece mejor decisión. Lo que queda por ver es si volveremos a tener a Rip Hunter en el futuro, ya que recordad que estamos ante una serie de viajes en el tiempo, así que no descartéis que en alguna otra ocasión veamos de nuevo al británico. Pero ya sabéis qué se dice: a británico muerto, británico puesto… ¿o no era así? Bueno, ya entraremos en ese tema.
También “parece” que nos hemos despedido de otro personaje; y entrecomillo por la misma razón que he dicho con Rip: viajando en el tiempo, nunca digas nunca. Damien Darhk ha completado su camino de redención, ya que gracias a un plan urdido por Ray para ayudar a Nora, la salva de ser el receptáculo de Mallus, sacrificándose él en su lugar y que así el demonio pueda adoptar su forma final. Esta temporada hemos ido viendo cómo el archienemigo de Sara Lance ha ido cambiando de parecer poco a poco a medida que el plan de Mallus iba avanzando y era testigo de que su hija iba a ser un daño colateral de su llegada. Si tuviera que elegir una de las redenciones de este curso (ya he comentado en varias ocasiones que no soy fan de que a los villanos últimamente se les dé la oportunidad de redimirse), me quedaría con la de papá Darhk en lugar de la de Kuasa, entre otras cosas porque ha tenido una mayor presencia en la trama, hemos visto más ese conflicto interno que tenía el villano durante varios episodios, y en cambio la de la nieta de Amaya era algo que podíamos prever desde un principio, ya que su tótem debía acabar del lado bueno al final, y cuando se produjo fue bastante previsible. Si este es el final de Damien Darhk, me parece también buen final al igual que el de Rip.
Tras el primer intento fallido, el equipo se retira a un lugar en el que se supone que debían estar seguros, Salvation, el pueblo del Lejano Oeste que es un punto ciego temporal y que ya hemos visitado en otras ocasiones, por lo que hemos vuelto a ver a Jonah Hex, que ahora es sheriff. No obstante, la alegría termina pronto dado que Mallus envía un ejército para detener al equipo, comandado por Julio César, Barbanegra y la vikinga que conocimos en el 3×09. Con un límite para entregar los tótems, Zari envía una señal a través del tiempo para ver si pueden conseguir algo de ayuda, mientras ellos resuelven cómo usar mejor estos artefactos. Al igual que hemos visto marchas, hoy hemos asistido a algún que otro regreso destacable, como por ejemplo el de Jax, que acude a ayudar a sus amigos, y del que nos cuentan que ahora tiene una familia, un final que también me gusta para su personaje; Helena de Troya, a la que conocimos en el 3×06, y ya convertida en una amazona de pleno derecho tras su estancia en Temiscira; Kuasa, que tras alterar los acontecimientos que llevaron a la caída de Zambesi en 1992, pasó a compartir el tótem con su hermana y es Vixen, ocupando el lugar de su abuela; y por supuesto Ava, que también acude al rescate. Asistimos a una refriega muy interesante entre los ejércitos de tres épocas tan distintas y las tropas del Team Legends, pero LA batalla es otra muy distinta.
Gracias a un viaje psicodélico de Amaya y Nate, descubren que la forma de usar los tótems es conjuntamente, para crear un campeón que haga frente a Mallus y le detenga. Todas las escenas previas a la formación, tanto del primer y horroroso intento, como la del segundo y definitivo me parecen para enmarcar, igual que las intervenciones de Mick que nunca defrauda. Finalmente, el que crean para enfrentarse a Mallus es, ni más ni menos, que Beebo, ese peluche que hemos conocido esta temporada y que ha sido protagonista de muchos capítulos, como por ejemplo el 3×09. No voy a analizar lo que vemos en pantalla, no haría justicia nunca al resultado. Solo dos cosas: me ha gustado el guiño a la ya archiconocida chilena de Cristiano Ronaldo de la semana pasada (aunque la de Beebo ha molado más, obviamente) y que me ha resultado imposible parar de reírme durante la pelea; mira que una batalla final contra un poderoso enemigo debería ser solemne, seria e intensa, pero es que tras ver todas esas escenas, no ha sido capaz de contener mi risa. Un diez para Legends.
Una vez derrotado Mallus, asistimos, por tercera vez en el episodio, a una marcha, aunque en esta ocasión no sea con los dos pies por delante. Amaya decide regresar a su línea temporal y cumplir su destino, dejando al Team Legends, y por ende, a Nate. La relación entre estos dos no ha sido de mis favoritas del Arrowverse, y creo que ha lastrado más que ha contribuido al buen hacer de la serie, y ojalá este capítulo sea el cierre a la trama de ambos, aunque, nuevamente, utilizo el argumento usado en los casos de Rip y Darhk: con viajes en el tiempo, nunca digas nunca. Quién sabe si Amaya volverá a la Waverider o no, pero si por mí fuera, la cosa se quedaría así y listo.
Para romper la dinámica de tanta marcha, tenemos un regreso, y tengo que deciros que ha venido para quedarse. En caso de renovación, Matt Ryan, que interpreta a John Constantine, volvería en la cuarta temporada de Legends of Tomorrow como parte integrante del equipo. Dado que ya se la ha renovado oficialmente, podemos decir que vamos a tener al exorcista como miembro del equipo a partir del próximo otoño, y lo hace advirtiendo de un nuevo peligro: todo aquello que escapó cuando Mallus fue liberado, presentándonos una cabeza cortada de dragón. Tengo mucha curiosidad por ver a qué se enfrenta el Team Legends la próxima temporada, y estoy muy contento de que vayamos a tener a Constantine en el equipo.
Como balance final de este curso, creo que no ha sido la mejor temporada de Legends of Tomorrow, principalmente porque la trama de los tótems bajo mi punto de vista ha sido desaprovechada, y algo que podía tener potencial se ha quedado reducido a unos cuantos episodios en los que han resuelto el problema casi gratuitamente, y que cuando se aproximaba el desenlace, han acelerado los acontecimientos para que las fichas estuvieran posicionadas donde les correspondía. Todo ello ha provocado que la segunda mitad de temporada, donde brilló la serie el pasado año, quedara deslucida y causara que el global de esta tercera entrega se viera perjudicado. Mallus no ha sido un enemigo tan brillante como la Legion of Doom, y casi diría que tampoco está a la altura de Vandal Savage, que aunque terminó siendo cansino, causó numerosos problemas al equipo y su trama dio mucho juego al comienzo de la serie. Las incorporaciones de Zari y Wally me han gustado (la de este último un poco con calzador), al igual que la participación del alter ego de Snart de Tierra-X tras el crossover, y por descontado, el fichaje de Constantine para la próxima temporada, tras haber participado en los mejores capítulos de este año. No me olvido de la marcha de Firestorm; su pérdida fue un palo muy gordo, y al menos ver a Jax de nuevo en la Season Finale ha estado bastante bien.
Lo bueno que tiene esta serie es que todavía tiene crédito para confiar en que en la cuarta temporada encauzará el rumbo hacia algo mejor que lo ofrecido este curso. No ha sido una entrega mala del nivel de otras de sus compañeras del Arrowverse, pero sí la menos buena de su trayectoria en pantalla. No obstante, tiene mimbres de sobra para rehacerse y traernos para el próximo otoño algo mucho más interesante de lo visto en los últimos meses. Con esto me despido, y nos vemos en medio año con la nueva temporada de Legends of Tomorrow.