Review The Flash: Enter Flashtime
Llevamos unas cuantas semanas en las que, a mayor o menor medida, la trama principal de DeVoe ha ido avanzando de una forma mucho más continuada a lo que nos tiene acostumbrados, con episodios que sin ser la panacea al menos se los podía considerar entretenidos ¿Habrá seguido The Flash por ese camino en esta ocasión?
Ya en la primera escena dejan más o menos claro qué tipo de episodio nos vamos a encontrar, con Barry reconociendo que no tienen ni una sola pista sobre el resto de meta-humanos del autobús o de cómo llegar a la dimensión de bolsillo de DeVoe. Partiendo de esta base, es evidente que estamos ante un capítulo de relleno en el que poco o nada se va a tocar la trama principal, y eso es algo que visto el nivel de dichos capítulos en este último año y medio (con horrores del averno durante la temporada pasada o el abuso de los chorrisodios en esta) a mi personalmente me daba algo de miedo.
Estamos ante una premisa sencilla, en la que el Team Flash junto con Jesse van a impedir un atraco en un almacén de ARGUS, para descubrir que la intención no era robar nada, sino detonar una bomba nuclear … y llegan tarde. ¿No deberían estar todos muertos? Sí, pero la gracia está en que la mayor parte del episodio transcurre a velocidad Flash y podemos ver todos los intentos de Barry, Jesse y hasta de Jay de evitar que la bomba detone y arrase Central City.
Debo reconocer que me ha gustado lo que han hecho, me ha parecido una forma interesante de cumplir con el cupo de episodios sin recurrir a esos capítulos reciclados en los que prácticamente solo cambia el nombre del meta-humano y sus poderes. Salvando alguno detalles de ponerse quisquillosos respecto al “Flashtime”, como que puedan meter gente en ella si está Barry en contacto físico con ellos, que puedan correr a velocidad Flash dentro de ella (lo cual es el sinsentido padre teniendo en cuenta que ya de por sí están corriendo) y un montón de cosas del estilo que me hacen pensar que no habían pensado muy bien el concepto del “Flashtime” o bien han sido lo suficientemente perezosos para que les dé igual que sea algo que al analizarlo un poco se caiga como un castillo de naipes; pero independientemente, negar que al menos han afrontado el temido relleno de una manera más original me parecería poco objetivo por mi parte.
Estamos ante 40 minutos de ensayo y error por parte de Barry, en los que a medida que les aguantan las fuerzas intentan cualquier cosa para evitar una muerte segura utilizando al resto de miembros del equipo (el cual, detalle curioso que sí me ha gustado, al no ser velocistas les afecta el estar un periodo de tiempo prolongado en esa velocidad). Un desarrollo repetitivo pero que no ha quedado precisamente mal, otra cosa es la resolución, la cual me ha parecido totalmente sacada de la manga: usar el cebo que dejaron dentro de la Speedforce para hacerle creer que Barry seguía dentro de ella. No me voy a detener en lo ridículo que es que la Speedforce sea idiota y decida ir a por el cebo teniendo al propio Barry más cerca, lo único que deseo es que esta decisión tenga alguna repercusión en el futuro.
Otro tema que tocamos esta semana es la relación entre Wells y Jesse. Empezamos a tener una idea más clara sobre el motivo por el que Jesse le dio la patada y Wells tuvo que emigrar a Tierra-1; parece que es algo relacionado por la forma que tiene Wells de afrontar la muerte de su mujer más que a su relación con Jesse, quien quiere que su padre pase página de una vez y al menos intente ser feliz de nuevo.
Cerramos un capítulo de transición en el que por lo menos hemos podido ver algo distinto al meta-humano de la semana o el chorrisodio, con otra escena más en la cafetería en la que hace acto de presencia esa extraña chica que ya pudimos ver tanto en la boda de Barry e Iris como a finales de enero y con cada aparición es más evidente que va a tener un papel relevante o bien a lo largo de la temporada o directamente en la siguiente.