Crítica: Black Panther (2018)
La última película de Marvel que podremos ver antes del estreno de Avengers: Infinity War ya ha llegado a nuestras pantallas, y en ella podemos conocer mejor a T’Challa y a Wakanda, para calentar motores antes del gran evento de los superhéroes de la factoría de este año. A continuación os dejo mis impresiones sobre la misma.
Como decía, el protagonista de la película no es otro que el príncipe de Wakanda, o al menos así le conocimos en su introducción en el Universo Cinematográfico de Marvel en Civil War. No obstante, tras los acontecimientos de la cinta que llevan a la muerte de su padre, T’Challa (Chadwick Boseman) pasa a ser el heredero al trono de su país, y los eventos de este film comienzan aproximadamente una semana después de la conclusión de la tercera entrega del Capitán América, en la que nos encontramos al joven heredero dispuesto a ocupar el lugar que dejó su padre. No obstante, siempre hay dificultades como no podía ser de otra forma, que se van desarrollando durante Black Panther.
La película dirigida por Ryan Coogler nos presenta los orígenes de este superhéroe y nos acerca a la región de Wakanda, un país que se nos introduce en Civil War como una zona de África tercermundista y sin apenas recursos, pero que sin embargo podemos intuir que no es del todo cierto, ya que la tecnología que nos mostraron entonces en el traje de T’Challa y el despliegue de medios que realiza en la misma, nos daban a entender que había mucho de Wakanda que no habíamos visto, y así era. Nos la presentan como el verdadero Dorado, aquella legendaria ciudad que supuestamente se encontraba en América pero que en realidad, según la cinta, es realmente Wakanda, ya que su mayor tesoro es el vibranium (para los despistados, es el material del que está hecho el escudo del Capitán América), ya que milenios atrás, un meteorito de este material impactó en la que posteriormente sería esa región, dotándola de riquezas y avances que no tenían ningún otro rincón del planeta, lo que les permitió desarrollarse tecnológicamente durante siglos por delante de muchas otras súper potencias. Sobre el aspecto visual, he de reconocer que se ha hecho un gran trabajo en dar vida a este país, con algunos fotogramas espectaculares, proporcionándonos esa visión de zona avanzada en cuanto a lo tecnológico, pero también inmersa en un continente como es África, sin perder la esencia del mismo.
En cuanto a la acción, cumple sobradamente en este apartado, con varias escenas visualmente muy potentes y con muy buenas coreografías, dotando de agilidad a un superhéroe como Black Panther y aumentando esa sensación de felino que tiene este personaje. No obstante, hay algunos momentos que no sé si es por la iluminación de la sala en la que vi la película o de la forma en que estaban rodados, apenas se podía intuir lo que estaba pasando, y casi tenías que adivinar lo que sucedía. Tal vez esa era la intención del director en esos puntos en concreto de la cinta, o fallo de la sala, pero si era lo primero, creo que podía haberse mejorado ese punto.
Sobre los personajes, a T’Challa ya lo pudimos conocer en Civil War y en su película profundizamos más en su personalidad y forma de ser, viendo a un heredero que trata de encontrar la forma de gobernar justamente su país, algo que tiene que descubrir durante el desarrollo de la misma. Conocemos a los otros miembros de su familia, a su madre Ramonda (Angela Bassett) y sobre todo a su hermana Shuri (Letitia Wright), que nos la presentan como una genio de la tecnología y principal responsable de los diseños de los trajes de Black Panther, así como el resto de aparatos que utilizan los wakandianos. También tenemos a Okoye (Danai Gurira), una de las luchadoras más fuertes de Wakanda y aliada de T’Challa, así como al interés amoroso del heredero, Nakia (Lupita Nyong’o), que es una activista y que busca una forma diferente de que se hagan las cosas en su país. Y por supuesto, tenemos al villano de la cinta, al que da vida Michael B. Jordan (The Wire, Friday Night Lights) y es apodado Killermonger. Al contrario de lo que sucede en muchas de las películas de Marvel en las que los enemigos son malvados porque sí y porque los héroes deben tener un antagonista al que enfrentarse, me ha gustado cómo han motivado al personaje y el trasfondo que han desarrollado para ello. La forma de construir esa rivalidad me ha parecido uno de los aciertos de la película, y sin duda mejora lo visto en otras cintas de Marvel, además del buen trabajo que realiza Michael B. Jordan. En otros roles algo más secundarios tenemos a Forest Whitaker como Zuri, al agente Ross (introducido también en Civil War) interpretado por Martin Freeman, y a Andy Serkis en el papel del otro enemigo del film Ulysses Klaue (al que vimos en Avengers: Age of Ultron).
Si hay algo que criticaría de la película es la puesta en escena de los momentos de humor. Es algo típico dentro del Universo Cinematográfico actual, salvo excepciones, recurrir a momentos divertidos para llevar a cabo alivios cómicos dentro de las cintas, y en ocasiones funciona mejor (como en Thor:Ragnarok), y en otras algo peor, y aquí creo que es ese caso. Black Panther hubiera sido más redonda si hubiese sabido medir mejor sus escenas de humor, más que nada porque en muchas ocasiones las he notado demasiado forzadas o metidas con calzador, en momentos que por mucho que quieras rebajar la tensión, no pegaba ni con cola meter la gracia de turno ni recurrir a la broma que tampoco es que fuera excesivamente graciosa. El tono de la cinta es serio, le queda bien, pero para mi gusto han fallado notablemente cuando han utilizado el recurso cómico.
Black Panther es una buena película de orígenes, mejor que algunas otras de las que hemos visto en el Universo Cinematográfico de Marvel, que además nos deja durante la misma momentos para la reflexión sobre situaciones de nuestra realidad social y política, mandando un mensaje con la misión de concienciar al espectador. Es un buen aperitivo antes de Infinity War, y una gran presentación de Wakanda y mejor profundización en la mitología de este superhéroe, además de ser un buen entretenimiento palomitero y del que poder disfrutar gracias a los efectos especiales de la misma.
PD: Tiene dos escenas post créditos, así que no se os olvide quedaros una vez concluya la película.
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