Review The Flash: Honey, I Shrunk Team Flash
La semana pasada tuvimos la vuelta a la normalidad del Team Flash con la salvedad de que tenemos a Barry cumpliendo condena por el “asesinato” de DeVoe. Tras el primer autoconclusivo de la primera mitad de la temporada quedaba saber qué nos íbamos a encontrar en este episodio: un procedimental puro y duro, un capítulo centrado en la trama global (sabemos todos que no iba a caer esa breva) o un chorrisodio. ¡Correcto! Como se podía prever con el título es un chorrisodio.
Vayamos por partes por que esta semana The Flash nos bombardea con subtramas empezando con unos poderes telepáticos que empieza a tener Cecile durante el embarazo que al final no han terminado teniendo ninguna importancia durante el desarrollo del episodio aparte de poner un poco de conflicto entre Joe y ella. ¿De dónde han salido estos poderes? No lo sabemos, pero teniendo en cuenta el cariz que está tomando la temporada no me extrañaría que nos encontremos con un “lo hizo DeVoe”, frase que tiene pinta de convertirse en el “lo hizo un mago” de la temporada.
Tras en este breve inciso en los poderes de Cecile, es turno de ir a las subtramas que realmente nos importan: el amigo de Barry en prisión y el meta-humano de la semana, quien tiene el poder de reducir el tamaño de objetos y personas. Barry descubre que Big Sir podría estar encerrado por un asesinato que no cometió y para intentar sacarlo le pide ayuda al Team Flash para que investigue su caso, pero cuando deciden ponerse con ello aparece nuestro meta-humano de la semana robando un edificio delante de las narices de todos ¿Cómo lo hace? Si habéis visto el tráiler de Ant-Man y La Avispa os podéis hacer un idea.
De repente tenemos muchos hilos sueltos en pantalla: los poderes de Cecile, la investigación del caso de Big Sir y el nuevo meta-humano; esto lo tenían que solucionar y no se les ocurrió hacerlo de otra manera que … ¡Rundin (el meta) es el asesino del caso de la prisión! Qué gran casualidad, pero recordad nuestro nuevo lema: “Lo hizo DeVoe”. En la prisión tenemos escenas entre Barry y Big Sir en plan “la esperanza es mala en cárcel” y fuera a Joe, Cisco y Ralph yendo a por Rundin y quedando los dos últimos encogidos en el intento.
Con los dos personajes de repente siguiendo con la estética chorrisodio del capítulo, la serie se convierte en un Cariño he encogido a los niños, algo que nadie se esperaba al leer el título del episodio. Una situación que llevan a peor cuando Wells intenta volverlos a la normalidad, poniéndolos en una situación contrarreloj en la que necesitan que Rundin les vuelva a disparar con sus rayos, algo que ocurre aunque no quiera cuando van por a por él al final, obteniendo un victoria parcial ya que este no confiesa haber matado al guardia de seguridad por el que está preso Big Sir (aunque deja caer que fue él).
Final agridulce para la trama de Big Sir, fracasando Barry en su intento de liberarlo… a no ser que de forma totalmente irresponsable le saque de prisión usando sus poderes y llevándolo al pueblo chino al que soñaba ir; sin embargo como todos sabemos no habrá ninguna repercusi.. ¡Espera, las está habiendo! Resulta que el alcaide a que principio de temporada ponía cara de malo es malo, ha descubierto que es Flash (porque evidentemente hay más de una cámara en la prisión) y lo lleva a otra celda especial llamando a Amunet para comerciar con él. Vaya, esto no me lo esperaba.
No ha sido un mal chorrisodio y encima nos ha dado un buen giro de cara al próximo capítulo. La serie sigue estando por debajo del resto de ficciones DC pero al menos sirve para pasar el rato; no obstante, no me gusta como está usando de una forma tan facilona y absurda a DeVoe con casualidades muy bruscas. Fargo es una serie que usa la causalidad de forma recurrente cada año y lo utiliza de pilar en todos sus arcos, pero consigue hacerlo real de una manera muy inteligente porque se nota la aleatoriedad de “el mal sitio en el momento menos indicado”, lo que consiguen llega a rozar el arte. Poner a la misma altura ambas series es un poco ridículo, pero es un pensamiento con el que me gusta cerrar la review. Nos vemos la semana que viene.