Camino a Infinity War: Iron Man 2
Seguimos con nuestra ruta hacia Infinity War con la primera secuela de Universo Cinemático de Marvel Studios. Iron Man con ese aroma de episodio piloto se convirtió en el origen perfecto para cimentar las bases de todo lo que es ahora en universo Marvel, así que el hype que despertó esta segunda entrega fue muy elevado ¿Cumplió las expectativas?
Repetía el mismo equipo creativo que había detrás ese gran piloto que fue la primer parte de la trilogía de Iron Man y sobre el papel la premisa que planteaba era muy buena: plasmar los cambios tanto en lo personal como de cara al resto del mundo tras haber revelado Tony su identidad secreta y las repercusiones que traería teniendo en cuenta un pasado ligado a la venta de armas. Era un punto de partida que hacía presagiar que estaríamos ante una secuela que superaría a su predecesora, sin embargo el resultado final no pudo ser más descafeinado.
La película bailaba entre ser una historia de venganza de Ivan Vanko y querer empezar a introducir elementos de Los Vengadores de tal forma que resultó ser decepcionante en ambos casos; y si además le sumabas la autodestrucción personal que vivía el propio Tony, te quedaba un película que quería tocar más palos de los que podía. No voy a engañaros, la forma en la que introdujeron a la Viuda Negra fue bastante buena, pero por ello sacrificaron el desarrollo de unos villanos que eran el motor de la trama principal, lo cual para mi gusto es una pérdida demasiado alta como para hacer oídos sordos respecto a ella.
Robert Downey Jr. volvió a lucirse y dejó claro que había nacido para ser Tony Stark. Verle interpretar el papel daba gusto, siendo de largo lo mejor de la película y el principal aliciente para seguir viéndola. Esta es y será la película de Iron Man en la que Tony se mea dentro del traje y que sea la parte más recordada del film dice mucho. El resto son una infinidad de elementos que deberían haber funcionado mejor y no lo hicieron.
Iron Man 2 personalmente fue un pequeño varapalo tras las buenas impresiones que dejó su primera parte. Disponía de materia prima de sobra para crear una gran secuela; sin embargo, se unió al desagradable tópico de “segundas partes nunca fueron buenas”. Un fallo que demostraba que tanto Tony como Marvel Studios no eran perfectos.