Review The Flash: Girls Night Out
Seguimos sumando semanas y The Flash sigue sin tener un sólo avance importante en la trama esta temporada. Buenos autoconclusivos, buen uso del humor en lo que llevamos de serie este otoño, pero en cuanto a ritmo en la historia central nos mantenemos todavía con un rotundo 0. Respecto a la imagen de cabecera de la review, mi idea era poner una de las 4 chicas porque ellas son quienes llevan el peso del capítulo en cuestión, pero es que me he enamorado de ese fotograma y está a un clic de ser mi nuevo fondo de pantalla, así que lo siento mucho pero la review va estar encabezada por el momento cumbre de la despedida Barry.
Ya queda menos para el cross la boda entre Iris y Barry, y cómo no, nuestros héroes necesitan una despedida a la altura. Así que antes de (esperemos que de una vez por todas) ponerse serios con DeVoe, había que dedicar un episodio para las despedidas de solteros de ambos miembros de la pareja, las cuales evidentemente se van de las manos: una por la fiesta y la otra por meta-humanos.
Antes de meterme de lleno en lo que ha pasado en cada despedida, la semana pasada dije que no tenía claro cuál sería el rol de Ralph tras aceptar la propuesta de Barry de trabajar con él para que aprenda a controlar sus poderes, pero parece ser que se confirma que aunque no sea un miembro de pleno derecho del Team Flash, sí que estará bastante a menudo en Star Labs engrosando la nómina de secundarios de la serie.
Vayamos a la despedida que realmente tiene peso en episodio: la de Iris. Sabíamos que Caitlin no tenía tanto control sobre sus poderes de Killer Frost como le hizo creer al equipo en su vuelta y que había dejado algo peligroso atrás durante los meses que estuvo buscando la cura a sus poderes, sin embargo no me esperaba que esta semana fuera el momento en que ambas tramas regresaran de forma activa a la serie. La agradable cena que tienen Iris, Caitlin, Cecile y Felicity se ve truncada por la presencia de un meta-humano que intenta que Caitlin vuelva al trabajo que dejó cuando decidió volver a Star Labs, despertando de nuevo los poderes de Killer Frost (genial la referencia a Hulk, aunque algo rara teniendo en cuenta que DC y Marvel son competencia) y reventando lo que parecía ser una tranquila despedida de soltera.
De la mano de Killer Frost y el resto de mujeres del equipo, que no se resignan a quedarse en Star Labs mientras la versión malvada de Caitlin intenta salvar más su pellejo que el día, descubrimos lo que estuvo haciendo durante medio año Caitlin: trabajar como matona de una delincuente meta-humana llamada Amunet a cambio de una tecnología que la hiciera capaz de eliminar sus poderes. Por si alguien no se ha dado cuenta, nuestra villana de esta semana es Katee Sackhoff o Starbuck como la conocerán algunos de BattleStar Galactica. Amunet requiere sus servicios de vuelta ya que ha encontrado un meta-humano que básicamente llora drogas y es una mercancía a la que conviene proteger bien; evidentemente los planes que tiene Killer Frost son otros, matarla. Iris evita un enfrentamiento, pero no el segundo cuando Killer Frost intenta huir a otra Tierra y Amunet la da una soberana paliza, siendo rescatada en el último momento. No entiendo la derrota de Killer Frost, Amunet lo único que hace es rodear su puño en metal y lanzar pedazos de este como si fueran balas, me parece ridículo ese aire de superioridad cuando Killer Frost bajo mi punto de vista es más poderosa que ella.
En Star Labs y con Caitlin controlando su cuerpo de nuevo tenemos las típicas confesiones y la improvisada operación de rescate del meta-humano que tiene preso Amunet por Iris, Cecile y Felicity, quedándose Caitlin atrás por miedo a perder el control de sus poderes. Como se puede prever, en el momento que el rescate se complica aparece Killer Frost para salvar la vida de Iris y Felicity derrotando a su ex-jefa con ayuda de un imán industrial.
Prácticamente toda la trama ha girado en torno a Killer Frost, siendo la despedida de Barry el alivio cómico del episodio. Por culpa de Ralph lo que iba a ser una relajada cena de chuletones se convierte en una pelea campal en un club de striptease con Joe descubriendo el trabajo oculto de su hijastra (tranquilos que lo que está haciendo es una labor de investigación) y un Barry borracho confesando a todo el mundo que es Flash. Mención aparte que tiene la escena de Wells recogiéndoles en el calabozo de una comisaría.
Acabamos el capítulo con DeVoe dando caza a la fuente humana de drogas, pues todavía no ha cumplido la función para la que ha sido creado. No entiendo qué utilidad más puede tener para DeVoe a parte de la que encontró Amunet para él y cómo puede entorpecer así al Team Flash.
Tengo sensaciones encontradas con lo que llevamos de temporada. El nivel mostrado está mucho más elevado que el del año pasado y ninguno de estos episodios autoconclusivos se me ha hecho mínimamente aburrido, además que agradezco que la serie haya recuperado un poco del humor perdido; sin embargo, como bien he dicho en la entradilla, creo que ya deberíamos haber avanzado algo respecto a todo lo de DeVoe, pues tras cinco episodio básicamente estamos igual que en la premiere y sólo sabemos que es quien ha ideado todo lo que le está pasando al Team Flash esta temporada. De las series del Arrowverso me parece la más retrasada esta temporada en este apartado ahora mismo.