Review The Walking Dead: The Damned
El segundo episodio de la octava temporada difiere del primero mostrando un tono mucho menos introspectivo: aquí no hay flashbacks ni representaciones oníricas, tenemos tan sólo la realidad tal cual acontece y sin apenas lineas de diálogo, salvo por la formidable lección de vida del rey Ezekiel. Un episodio con una narración interesante que juega con diferentes escenarios donde la batalla sucede de forma diferente en función de quienes llevan el mando.
Negan y sus tenientes están rodeados por walkers, mientras las fuerzas de la alianza Hilltop, Kingdom y Alexandria conquistan los puestos avanzados de los Saviors.
La dinámica de intercalación de acciones no termina de conquistarme y creo que no hace ningún favor a la trama, en parte puede resultar confuso y en parte evita que el espectador conecte emocionalmente con el relato. Entiendo que la idea de este episodio es ser deliberadamente confuso, estamos en varios lugares, el espectador debe comprender que cada grupo de personajes es una pieza en un puzzle mayor, entiendo que los personajes se encuentran en diferentes ubicaciones sirviendo un fin común, pero no queda claro en ningún momento la distancia específica de estos lugares o la prioridad de cada misión, cosas que no deberían considerarse menores si la historia versa precisamente sobre ello. No sabemos qué están haciendo realmente al reclamar los puestos avanzados o al sitiar el Santuario. Es decir, no conocemos el plan con exactitud y nos están mostrando tan sólo pinceladas del desarrollo y salvo que vencer a Negan sea sólo una excusa para ahondar por enésima vez en la transformación de Rick o en la locura de Morgan, creo que deberían exponernos un plan más detallado.
La parte con más fondo, en mi opinión, es la que protagonizan Ezekiel y Carol. Me gusta el sentido de la comunidad fundada por Ezekiel, que proyecta confianza para que todos a su alrededor la sientan. The Kingdom es un culto a su persona y él lo asume con responsabilidad bien entendida, no usa el poder que le han dado para aprovecharse de los demás, sino para darles a los demás la seguridad y confianza que necesitan. Es un modelo de liderazgo que me encanta, es un hombre que se sacrifica por su gente convirtiéndose en un personaje que ni él mismo se cree, o mejor dicho, que él no se creía, pero que a fuerza de interpretar el papel ha terminado creyéndose. Y creo que quienes le siguen, realizan el mismo acto de fe, abandonan la lógica y siguen a un hombre que parece capaz de cosas increíbles porque se esfuerza en sonreír aunque tenga miedo, con la más que noble intención de inspirar fuerza en los demás. La conversación que mantiene con Carol es magnífica y la forma en la que ella termina sonriendo al final del episodio, pese a que quizás vayan a morir, es una preciosidad.
Igual que adoro el liderazgo de Ezekiel, desprecio la falta de inteligencia militar de Jesús. Obviamente, como soy una persona cabal y no vivo en un Apocalipsis zombie, estoy en contra de la pena de muerte por muy terribles que sean los crímenes del condenado, pero aún así, no se me escapa la estupidez que comete Jesús dejando vivos a varias decenas de salvadores.
No se me ocurre cuál puede ser su plan, viven en un mundo en el que escasean los recursos, razón por la cual no pueden encarcelar a sus enemigos, no pueden permitirse el lujo de dar de comer a personas que no participan activamente en la comunidad y no es sensato pensar que un grupo tan numeroso de personas va a pasarse al bando de sus atacantes porque sí y van a convertirse en miembros felices de la comunidad mientras el ejército de Rick está diezmando a sus amigos en otros lugares. La única opción eficiente es asesinarlos, cosa que es también la orden clara y concisa de Rick. O quizás, simplemente veo tan obvio que esta decisión terminará pasándole factura, que me enervo ante la posibilidad de asumir la muerte de un personaje del grupo principal por culpa de mostrarse blando ante los enemigos.
Por cierto, a efectos narrativos ya hemos vivido esto, la decisión de poner en peligro a los tuyos mostrando misericordia por los enemigos, es lo mismo que vimos hace dos temporadas con Morgan y los wolves, exactamente lo mismo, sólo que en aquella ocasión era sólo un tipo y esta vez son más de veinte. Y asumo que el resultado esta vez será exactamente igual. Si la serie quiere hacernos pensar sobre el código moral de los personajes en un mundo cruel y terrible, debería intentarlo con otras ideas, a ser posible nuevas ideas.
Y hablando de Morgan, cuando conoce que Jesús ofrece a todos los Salvadores la posibilidad de rendirse y sobrevivir, Morgan se siente contrariado, y no sé si esto es coherente con un personaje que se ha pasado casi todo su recorrido personal negándose a matar a sus enemigos. Es cierto que Morgan ha cambiado, pero no es lo mismo salvar a Carol de un ataque personal, que caminar por los pasillos del complejo enemigo asesinando a todos los esbirros anónimos que se encuentra. En todo caso, aunque el comportamiento de Morgan sea errático y haya pasado por loco de atar, maestro de artes marciales, ultra pacifista y ahora ultra violento, sea como sea, la escena del pasillo en la que se abre paso entre las filas enemigas disparando a diestro y siniestro tiene mucho de machada barata, pero reconozcámoslo, la verdad es que ha molado un montón y es de lo mejorcito del episodio.
Tara y Jesús encuentran a un enemigo que suscita el debate sobre qué tipo de ejército son y cuáles son sus reglas. El código de moralidad de los Salvadores está claro, matan a todos, salvo que los puedan utilizar para sus propios fines, caso en el cual no los matan pero si los humillan y les arrebatan la dignidad, como hemos visto que ha sucedido con Dwight e intentaron que sucediera con Daryl. Pero los buenos no deberían ser así, eso lo sabe todo el mundo, si los buenos fueran así no serían los buenos. Por eso Jesús tiene claro que no va a disparar a un hombre con los pantalones mojados de orina, que suplica misericordia con las manos en alto. Tara, en cambio, quiere asesinarlo, lo cual no me casa del todo con su personaje, puesto la misma mujer tenía reservas ante el asesinato cuando formaba parte del grupo del Gobernador, cuando atacaron la cárcel, el grupo que en aquel momento consideraba como su gente. Las situaciones son diferentes porque en esta ocasión necesita vengar la muerte de Denisse, pero aún así percibo cierta incoherencia en un personaje que puso a su gente en peligro al ocultar que había conocido a un grupo de mujeres con muchísimas armas y sobre todo, Tara es un personaje que conoce de primera mano que la pertenencia a un grupo de malvados no la convirtió en malvada y que tras atacar la cárcel terminó uniéndose a Glenn y a su grupo. Ella, por experiencia propia, debería solidarizarse con los Salvadores y no caer en la sed de venganza por la muerte de Denisse. No me estoy contradiciendo a mí misma en el párrafo anterior, creo que, desgraciadamente, están en una situación en la que no tiene cabida la misericordia, simplemente no me casa con el carácter de Tara que ella también lo crea así.
Por su parte, Rick no encuentra a un tipo en un armario sino a un bebé en una cuna, aunque la intención de reflexionar sobre el código moral es idéntica al supuesto de Tara y Jesús: la pregunta que se hace es si acaso está bien matar cuando estás luchando por defender a los tuyos y si aquellos a los que matas no están haciendo exactamente lo mismo que tú. Y por supuesto también está el clásico en qué clase de persona te has convertido (para lo que nunca debes usar un espejo) y mil preguntas más, de la misma índole, que surgen en algún momento de cada temporada de The Walking Dead. Creo que era absolutamente innecesario que hubiera un espejo gigante sobre la cuna del bebé. Las obviedades me molestan y quizás algunos guionistas de esta serie deberían dar un cursillo de sutilidad y aprender que todo es más bonito si el espectador tiene que hacer un esfuerzo e incluso el mensaje más profundo queda desvirtuado si se ofrece de forma tosca.
Por si algún espectador no lo ha entendido, vemos cómo Rick se mira a sí mismo tras asesinar al padre del bebé y el espejo le devuelve la imagen del hombre terrible en el que se ha convertido. Hay un paralelismo claro entre la bebé, Gracie (de sexo femenino para que sea más fácil encontrar la similitud) y la bebé Judith. Ambas con progenitores que intentaban protegerlas.
Momentos después del encuentro con el bebé, que Rick deja abandonado en la cuna, asistimos al enorme cliffhanger de ver a un tal Morales al que no sé si alguien recuerda. Yo no lo recordaba, así que lo he buscado pese a que vi la primera temporada este mismo verano. Es un personaje de la primera temporada, que desapareció de la serie cuando decidió que no quería ir al CDC con el resto de los personajes. Morales tenía una familia, que quizás haya muerto o quizás no. Pero no era un mal tipo, así que es interesante que en los próximos episodios podamos entender cómo un padre de familia termina convertido en un esbirro de Negan. Aunque no recuerdo el personaje, soy muy partidaria de cerrar las subtramas e ideas accesorias, en lugar de dejarlas abiertas sine die.
Por lo demás, quizás el novio de Aaron muera, pero no hubiera sobrado que muriera directamente en este episodio en lugar de quedar malherido, pues veo cierta ausencia de fatalidad en esta batalla, entiendo que los personajes principales son intocables salvo Season premiere o Season finale, pero los personajes secundarios deberían morir de vez en cuando, en orden de darle verosimilitud a la serie.