Review The Flash: The Flash Reborn
Vuelve The Flash tras una tercera temporada que tuvo una idea ambiciosa pero cuya ejecución fue bastante decepcionante. La anterior Season Finale nos dejó con Barry aceptando su puesto dentro de la prisión de la Speedforce y abandonando Central City, dejando a Iris y al resto del Team Flash solos. ¿Cómo habrá sido el retorno de la serie con su protagonista habiendo abandonado el mundo por decisión propia?
Para qué engañarnos, creo que todos nos imaginábamos lo que iba a pasar en este episodio: Barry iba a volver de su retiro; sólo faltaba saber el cómo y el porqué. La excusa la ha dado un misterioso samurái que tras vencer con una facilidad pasmosa a lo que queda del Team Flash, exige enfrentarse con el propio Flash amenazando con destruir Central City si el velocista no acude a dicha pelea.
Pongámonos un poco en situación con el Team Flash. En los seis meses que han pasado desde que Barry se adentrara en la Speedforce, Wally y Cisco se han convertido en los agentes de campo mientras Iris lidera desde Star Labs sobrellevando la marcha de su prometido centrándose en esto como si fuera la misión de su vida (wait, ¿es cosa mía o es lo mismo que vi ayer en la premiere de Supergirl?). Aunque el equipo le pone muchas ganas, por lo visto los resultados que están teniendo no son precisamente brillantes, algo que tras la petición del samurái logra que se genere un cisma entre Cisco e Iris, ya que el primero quiere traer de vuelta a Barry y ella asume que lo ha perdido para siempre oponiéndose totalmente a la idea.
¿Cómo puede traer Cisco a Barry de vuelta sin crear un apocalipsis? Muy sencillo, durante los seis meses que han transcurrido desde el final de temporada lleva trabajando en secreto para conseguir sacarle de la Speedforce sin que esta se dé cuenta de que ya no está ahí, dejando una especie de señuelo creado con el ADN de Barry para que dé el pego. Pese a la firme decisión de Iris de desechar la idea y centrarse en buscar la forma de derrotar al samurái, Cisco sigue adelante reclutando a Caitlin por el camino, quien parece haber superado su fase Killer Frost y ahora trabaja de camarera en un bar bastante turbio. Cuando el experimento parece haber fracasado, una llamada les informa que han encontrado a Barry en una carretera totalmente desnudo (no sé si ese detalle lo habrán dicho por teléfono pero en la escena por lo menos estaba en pelotas).
La vuelta de nuestro protagonista no parece ser tan buena noticia al final: el Barry que se encuentran está bastante perjudicado por su estancia dentro de la Speedforce: dibujando en símbolos en las paredes y diciendo frases sin ningún tipo de sentido. Caitlin y Cisco llegan a la conclusión de que pueden estar ocurriéndole dos cosas: puede sufrir esquizofasia y es incapaz de encontrar las palabras correctas para expresar lo que quiere decir o bien padece demencia por haber estado dentro algo atemporal como es la Speedforce. Mientras el Team Flash busca la forma de comunicarse con él sin ningún éxito, Wally intenta engañar al samurái haciéndose pasar por Flash, perdiendo la pelea y terminando herido.
Después de que Barry pierda el control de sus poderes y este sea encerrado en una de las jaulas de Star Labs, un rayo idiotizador propio de la temporada pasada le da lleno a la serie. Iris en algún momento decide que es buena idea ofrecerse como rehén al samurái con la confianza de que así Barry volverá en sí; evidentemente el samurái también ha debido ser afectado por el rayo idiotizador porque acepta a un “vendrá porque lo digo yo”. Joe al contarle lo ocurrido a Barry consigue que este salga no sólo de su locura, sino de la celda reventando el cristal (esos cristales que llevan resistiendo a cada meta-humano que ha aparecido en la serie) y venza al extraño samurái que quería enfrentarse con él en un campo de molinos de vientos, descubriendo que este era un robot.
En la escena final del episodio se nos revela que el robot ha sido enviado por el que presumiblemente será el villano de esta temporada. Aunque se hizo oficial que iba a ser él uno de los némesis de Flash este año, me ahorraré su identidad pese a que ya suelta el propio personaje un guiño a quién es.
Ahora parece que el equipo volverá a la normalidad, con Caitlin (que parece no controlar tan bien sus poderes de Killer Frost como le hizo creer a Cisco) de vuelta al equipo. Habrá que esperar si esta temporada tendremos algún Wells o si Julian volverá en algún momento de su viaje a Londres (aunque me da que se han quitado al personaje de encima, una lástima porque me parece de lo mejor del año pasado en la serie; sin embargo tengo la esperanza de que la vuelta de Caitlin le haga volver).
A parte de la milagrosa recuperación de Barry por el poder del amor, los últimos 10 minutos han tenido tan poco sentido que para mí han destrozado completamente un capítulo que me estaba gustando mucho. Me han amargado bastante lo que estaba siendo un gran regreso para la serie.
Con esto termino la primera review de la temporada. Ojalá en esta, The Flash vuelva al nivel de sus dos primeros años y logre resarcirse de la decepción que supuso la resolución de la trama de Savitar. Creo que tener un villano algo menos enrevesado puede ayudarla mucho, pero habrá que ver cuál es el desarrollo de la temporada para valorarlo.
Totalmente fan del rayo idiotizador. Iris ya me cae hasta mal… no sé si la intención era hacer una cosa súper romántica bonita de “el amor todo lo puede” o algo así, pero ha quedado súper cutre.
Y…
— facepalm infinito con el dichoso cristal —
Todos los malos malísimos súper poderosos que han estado ahí encerrados, simplemente no lo rompieron porque … porque no lo rompieron. Y en el momento en el que los guionistas necesitan que el cristal se rompa, pues lo guionistas escriben “se rompe” y se rompe … mandan a paseo toda la coherencia y la lógica y resulta que el cristal se rompe facilmente.
Súper cutre