Hace años, empecé a ver Suits (La Clave del Éxito en España), no recuerdo muy bien si lo hice cuando la serie arrancaba, o comencé su visionado cuando ya tenía cierto recorrido. Al principio me convenció bastante, ya que si bien partía de una base procedimental (casos cerrados por episodio), la trama global me despertaba el suficiente interés para ver hasta dónde podía llegar el producto de USA Network. Tuvo una etapa de bastante calidad, con tramas interesantes protagonizadas por secundarios muy destacados, pero ahora mismo está lejos de lo que fue. La serie emitió su episodio 100 la semana pasada, y creo que no debió llegar a esta cifra.

La premisa de la serie es sencilla. Uno de los abogados más famosos de Nueva York, que forma parte de uno de los bufetes más prestigiosos, contrata a un joven brillante, con una habilidad mnemónica que le permite acordarse de todo lo que ha leído, y que estaba realizando exámenes de acceso a Harvard de forma ilegal para jóvenes que le pagaban por hacerlo. Harvey ve en Mike un abogado con un potencial enorme, con una capacidad para ser uno de los mejores si se forma en condiciones. ¿Cuál es el problema? Que contrata a Mike sin un título universitario de Derecho, y por lo tanto, de forma fraudulenta, ya que no es un abogado. Creo sinceramente que la idea era buena, y que llevado adecuadamente, podría resultar una de las series a destacar cada temporada, si se alejaba de su parte procedimental y ponía la vista en Mike y qué sucedía con él, además de explorar las vidas de unos protagonistas que tenían unos buenos cimientos y dejaban buenas sensaciones. Poco a poco, los casos episódicos pasaban a segundo plano, o tenían un perfil bajo, y comenzó con el paso de las temporadas la exploración del impacto que tiene en el bufete la contratación de Mike por parte de Harvey. Hasta que llegó a su pico.

Mientras Harvey, Mike, Jessica, Donna, Louis y Rachel evolucionaban (o involucionaban, según el caso), quedaba patente que extender la ficción mucho tiempo podría malograrla, ya que la premisa de la que partía te dejaba dos opciones: o ignorarla y que los protagonistas vivieran felices y comieran perdices, con la amenaza del descubrimiento de la situación ilegal de de Mike olvidada; o entrar de lleno y atenerse a las consecuencias para los personajes de Suits, pasara lo que pasara. Parecía que la serie de USA Network escogió la segunda vía, la difícil y valiente, que podía dejar a los espectadores con un final duro pero realista y convincente. Su pico, que lo mencionaba antes, llegó en la quinta temporada. Puede que la más complicada y de más calidad de la serie, y que nos dejó en el 5×10 con un cliffhanger de los que te tiene mordiéndote las uñas hasta la vuelta de la misma, y concluyó su quinto curso con un final que, para mí, lo habría dejado como el de la serie. Tenía todos los ingredientes para convertirse en una gran Series Finale, con un punto y final coherente, lógico y justo, que hubiese sido una guinda magnífica para una producción de una cadena no muy conocida para el gran público (puede que ahora más con Mr. Robot), y altamente recomendable para los fans del género jurídico. Pero, como siempre, la manía de extender la historia cuando no hace falta acabó por matar a la ficción.

Tras una enrevesada sexta temporada, en la que se siguió la trama innecesariamente, con giros más propios de una peonza que de una ficción seria, la cerramos con un deus ex machina de los que apestan, y ya muchos comenzamos a preguntarnos por qué tendríamos una séptima temporada, considerando que ya la sexta sobraba bastante. Este verano arrancó la nueva entrega, y conforme han ido avanzando las semanas, ha quedado patente que Suits está pidiendo la hora. Personajes desdibujados, tramas que no atraen lo más mínimo, constantes trifulcas entre los protagonistas por motivos forzados y estúpidos (no hay otra serie en la que se chillen unos a otros más que ésta), y la amenaza de un spin-off en el futuro. Todos los ingredientes para pedir que, por favor, se acabe la serie de una vez por todas.

En CasaSpammer hemos sido bastante fans de Suits. Una buena parte de nuestro staff, entre los que me incluyo, hemos disfrutado con la serie en multitud de ocasiones, y Harvey, Mike y compañía nos han dejado grandes momentos, pero a día de hoy, coincidimos en el análisis de que a la serie se le ha agotado el crédito, y antes de que siga malográndose más, tendría que ir pensando en cerrar su ciclo, que acumula mientras escribo estas líneas la friolera de 100 episodios. No todas las series pueden decir que han llegado a esta cifra, pero eso no significa el sello de calidad; simplemente que la cadena ha extendido el producto, en ocasiones para bien, en otras para mal (como el caso en el que nos encontramos). Si hubiera concluido en la quinta, como decía antes, la trayectoria de la serie habría terminado correctamente, pero ahora, ha pasado de ser una serie recomendable a no serlo tanto.

Creo que hablo en nombre de todos los redactores de este blog que la vemos cuando digo que Suits debería ir considerando ponerle definitivamente el punto y final a su extensa vida. Espero que desde USA Network sean inteligentes y vean que no tiene más sentido seguir extendiendo la historia. O al menos, si quieren renovarla durante más tiempo, que la sepan cerrar dignamente, aunque viendo los últimos dos años, temo que eso no sea posible.