Narcos (3ª Temporada): Desde Cali con amor
¿Cómo se continúa una serie cuando ha perdido la razón de la existencia de la misma? Esta es la gran pregunta que rodeaba a la nueva temporada de Narcos, uno de los buques insignia de Netflix. Había muchas dudas sobre si era necesaria esta temporada o mantendría el nivel a pesar de haber perdido a Pablo Escobar, el pilar sobre el que se cimentaron las dos anteriores. No habrá spoilers como tal sobre la trama en el artículo, pero es probable que al analizar algún punto se pueda sobreentender algún hecho.
Narcos era Pablo Escobar y sin él la serie quedaba vacía. Esto creo que es algo que teníamos claro tanto los espectadores como los propios guionistas y que la gran misión que tenían era hacer lo menos larga posible la sombra de Escobar. En cuanto a carisma, el Cartel de Cali ni intenta acercarse al de su predecesor. Para mí eso es un movimiento inteligente de la serie y en lugar de centrarse en los padrinos de Cali, la temporada pone su foco en los secundarios que los rodean. Narcos ha sustituido su gran pilar central por un buen montón de columnas pequeñas y a la larga, se puede decir que funcionó.
Los primeros episodios son algo dubitativos, en los que es inevitable empezar a comparar con el arco anterior y descubrir que a la serie le falta parte de su alma; sin embargo, esto es temporal, ya que a medida que avanza empieza a desmarcarse y coger una velocidad que no tenía la historia de Escobar. Ese cambio de ritmo lo considero uno de los cambios clave en la serie, consiguiendo que una serie teóricamente lenta en su desarrollo se convierta en una carrera contrarreloj entre la DEA y el Cartel. Desde el quinto episodio Narcos somete al espectador a una tensión brutal, similar a la que viven los personajes.
En el apartado de personajes es donde más puede cojear la serie, pues la gran mayoría de miembros del Cartel de Cali me han parecido algo decepcionantes, ya sea por su escaso desarrollo o la sensación de que podrían haber dado para más, y los nuevos agentes de la DEA … si os digo la verdad no me he terminado acordando de sus nombres. A pesar de todo en conjunto se hacen fuertes y junto a un breve periodo temporal que abarca que la temporada que hace imposible que estos puedan sufrir una evolución descarada, logran guardar el tipo sobre todo gracias a Jorge Salcedo, quien termina siendo el auténtico protagonista de esta nueva temporada.
La historia en conjunto aunque gana ritmo al desarrollarse en 6 meses, pierde la profundidad de si tuvo el arco de Pablo Escobar, siendo esta una temporada más cerrada que la primera y condensando toda la historia en sólo 10 episodios. Esto no puedo decir si es bueno o malo, porque aunque hayamos ganado unos capítulos magníficos, la sensación que puede dejar en el cuerpo al terminarla es algo fría, lejos de lo vivido en el 2×10.
En términos generales debo decir que, para mí, Netflix ha acertado de lleno con los cambios. Intentar superar los que habían logrado con Pablo Escobar iba a ser imposible, pero contar una historia similar cambiando muchos elementos de la serie en sí y hacerlo bien podía demostrar que había vida en Narcos después de Pablo Escobar. Cuando una serie saber reinventarse y sin perder su esencia se merece mis respetos y en esta ocasión Narcos lo ha logrado.