Crítica: Death Note
En la actualidad, la falta de ideas originales comienza a ser cada vez más patente en el mundo de la televisión y del cine. La mayor parte de nuevos estrenos son secuelas, precuelas, reboots, remakes, o adaptaciones de libros, cómics, etc. Este es el caso del último estreno de Netflix, lanzado hoy mismo, que es la versión de acción real de Death Note, el famoso anime japonés y que el servicio streaming decidió (en mala hora) adaptar y mostrarnos su visión del producto. Mal hecho; no hacía falta, y el resultado ha terminado siendo lo que la mayor parte de los que vimos el anime imaginábamos: un pestiño total.
Partiendo de la base de que no hayas visto en tu vida Death Note, no sepas de qué va, o directamente no te guste el rollo japonés, la premisa de esta serie se puede resumir en que Light Yagami, un joven japonés, recibe un cuaderno que le permite escribir en sus páginas el nombre de cualquier persona siempre que tenga su rostro en mente, y al hacerlo, segundos después, muere, tanto si especificas el cómo o no. Esto a grandes rasgos es el punto de partida del anime y también de la película de Netflix. Ahí terminan las semejanzas con el producto nipón.
Aquí tenemos un Light también, un L, Ryuk (quizá lo mejor de la cinta), un Cuaderno de Muerte y una Mia en lugar de Misa (nombre en el anime). Estos personajes no tienen nada que ver con sus homólogos en el anime, comparten el nombre (no todos) y poco más. Dije hace unos meses, cuando comenté mis impresiones de la serie original, que lo mejor de Death Note eran Light/Kira y L, esa dualidad y esas conversaciones medidas entre uno y otro que eran una gozada verlas en pantalla, y nos dejaban grandes momentos; el producto de Netflix los destroza, y si ya ni eso adaptas bien, pues es de esperar que el resultado final sea un despropósito de proporciones épicas.
Este Light parece un youtuber, introvertido y con problemas para controlar su ira, que es inteligente (lo muestran en alguna escena que otra) pero no le llega a la suela del zapato a su homólogo nipón. El Kira que nos muestra el anime es meticuloso al milímetro, casi sin emociones en muchas ocasiones, y dispuesto a dejar por el camino al que sea con tal de cumplir sus fines. Aquí el muchacho interpretado por Nat Wolff se le ve superado en los momentos clave, dejándose llevar por sus impulsos y cometiendo fallos impropios de un personaje que supuestamente está en los mayores niveles de inteligencia. Para justificar el primer asesinato, le dan un bagaje que no necesitaba (la muerte de su madre a manos de un criminal), y eso lo único que consigue es que potencie su lado iracundo, cuando la presentación que se nos daba en el anime era el de un muchacho con una base familiar estructurada, que creía en la idea de una justicia impartida por él mismo bajo sus reglas, y que comienza a experimentar cuando cae en sus manos el Death Note. No entiendo la necesidad de añadir más drama a lo que ya de por sí es una buena idea. El hecho de que un joven entienda que el sistema judicial o los métodos impartidos por el mismo no funcione no es algo descabellado; de hecho, cuando ya comienza a darse cuenta del poder que tiene en sus manos, crea la identidad de Kira que, al igual que en el anime, castiga a aquellos criminales que el sistema no puede. Incluir como detonante de su comportamiento actual un drama familiar es absolutamente innecesario y desvirtúa al personaje.
De L qué decir. Si algo caracterizaba a L es que era minucioso, inteligente, medido en todas sus acciones. Aquí también parece al principio que cumple esos rasgos, incluso asemejándose más al original que Light al suyo, pero conforme avanza la película, se desdibuja por completo y desaparece cualquier rasgo que quedara del L que vimos en el anime. Además, las escenas que comparte con Light rozan lo absurdo en algunas ocasiones, y desmerecen los maravillosos diálogos y luchas intelectuales que comparten estos personajes en el anime. Por mucho que L sospechara de Kira, éste nunca caía en las provocaciones del otro, y medía cada palabra que salía de su boca para no descubrirse ante su rival. En la película de Netflix se dejan de medias tintas y prácticamente en una conversación Light le suelta prácticamente que él es el asesino al que busca. Yo entiendo que al querer adaptar un anime en un film de una hora y media debes sacrificar ciertas cosas que se desarrollan poco a poco en la serie, pero al dejar de lado las sutilezas y los diálogos inteligentes y medidos, te cargas la esencia de Death Note, porque lo mejor es su rivalidad, y aquí parecen dos adolescentes que se cabrean por cualquier motivo y se la tienen jurada el uno al otro.
El reto de mostrar a Ryuk creo que es de lo poco en lo que cumple la adaptación. Normalmente tiran de planos oscuros para no mostrarle por completo, planos recortados o difuminados en los que lo único que se ve son sus ojos brillar. Sinceramente, me parece un acierto muchas veces el empleo de esas técnicas, y cuando muestran más al shinigami considero que está bastante conseguido, teniendo en cuenta la dificultad de mostrar fielmente a esta criatura. En las intervenciones que protagoniza, recuerda bastante al del anime, aunque con matices claro. Para lo mala que es la película, Ryuk por lo menos no desentona.
Sin conocer nada de Death Note y querer ver la cinta para pasar el rato, pues bueno, cumple esa función, es entretenida, pero no es lo mejor que veréis en vuestra vida. De hecho, el comienzo en el que presentan las bases de cómo funciona el Cuaderno de Muerte y los primeros momentos de Light como Kira creo que se muestran bastante bien, pero conforme se desarrollan los acontecimientos y L entra en juego, la cosa se va de madre y concluye de forma bastante precipitada, dando un resultado bastante decepcionante que redondea las pobres expectativas que un servidor tenía al darle al play.
En resumen, como adaptación para mí es un suspenso claro, y como producto apartado de la idea original aprueba muy raspado, acercándose a una de esas películas que tenemos en las cadenas generalistas de nuestro país emitidas los fines de semana por la tarde, o que repiten hasta la saciedad en horas intempestivas en sus canales filiales. Creo que entre los fans que adoran Death Note no habrá muchos que estén contentos con lo visto en esta cinta, y si hay alguno, por favor, que me explique qué le ha gustado del film, porque yo encuentro muy pocas cosas que destacar.