Review Game of Thrones: Dragonstone
La premiere de la séptima temporada pertenece a las mujeres fuertes de Game of Thrones. El episodio comienza mostrando la voluntad vengativa de una mujer y termina con otra mujer, que acaba de empezar a reclamar su legado. Arya y Daenerys están cumpliendo sus destinos y ahora, ambas son imparables.
Mientras Arya ha dejado completamente atrás a la niña que fue y se ha convertido en una mujer capaz de cabalgar por los caminos principales sin miedo a encontrarse con soldados, Daenerys ha cruzado el mar, por fin ha pisado Westeros y ya está empezando a llevar a cabo su conquista. En la primera escena del episodio vemos a Arya haciendo uso de sus habilidades aprendidas en Braavos, muda su rostro y culmina uno de sus hitos vengativos acabando con los Frey y en la última escena vemos a una Daenerys confiada y segura, en pie frente a un mapa de Westeros, dispuesta a comenzar a reclamar su legado.
La escena del cold opening, en un primer instante, puede confundirse con un flashback, pues como la mayoría de vosotros recordaréis, Arya rajó la garganta de Walder Frey en la sexta temporada, lo hizo justo después de hacerle comer un pastel hecho con la carne de sus hijos. Personalmente no pensé en el flashback en ningún momento y enseguida asumí que estaba viendo a Arya, de hecho creo que los guionistas (Benioff y Weiss) y el director Jeremy Podeswa no han intentado engañar a nadie, pues no tendría sentido comenzar la séptima temporada con un ya fallecido Walder Frey repartiendo vino entre sus hombres.
Me ha gustado mucho ver a Arya caminando entre los cuerpos de los hombres que acabaron con su madre, hermano y sobrino. Destila empuje y seguridad en sí misma. La escena en la que la vemos compartir vino con los soldados (incluyendo cameo del músico Ed Sheeran) y confesar alegremente que piensa cargarse a la reina refuerza esa sensación de seguridad. Arya ha aprendido ya todas las lecciones, sabe lo que quiere y va a conseguirlo. La veo hablar con los soldados, sabiendo que ella, en su fuero interno, está dispuesta a matarlos a todos, si los soldados hubieran significado una amenaza. Por cierto, me parece muy triste que pese a que probablemente ya sabe que sus hermanos están en Invernalia, Arya antepone su sed de venganza al reencuentro con sus seres queridos … pero es verosímil, ésta es la Arya que ha sobrevivido.
Después de Arya: una figura entre la niebla, seguida de un inmenso ejército de muertos … y gigantes, también gigantes muertos. El invierno ha llegado y aunque estemos centrados en la guerra y los enemigos del Sur, más allá del Muro la muerte está cada vez más cerca.
Los únicos verdaderamente conscientes de este problema son la Guardia de la Noche, los salvajes, Bran y Jon. Bran llega al Muro, dando un paso hacia el deseado reencuentro entre los Stark que quedan vivos. Aunque, las cosas no tienen que ir necesariamente bien una vez que están juntos, como bien nos demuestran las discrepancias entre Sansa y Jon en lo que a gobernar se refiere.
Sansa desafía a Jon ante las casas norteñas, en la escena en la que Jon decreta que las mujeres lucharán igual que los hombres, las niñas igual que los niños y los hijos de los traidores igual que los hijos de los leales. Sansa se manifiesta en su contra y cuestiona sus decisiones. Sansa tiene razón, en mi opinión al menos, la mujer quiere asegurarse la victoria manteniendo su lado a quienes son fieles y castigando a quienes no lo son, pero Jon hace gala de la enorme nobleza que lo convierte en un rey justo y amado en lugar de uno temido. Ni Sansa ni nosotros olvidamos que el exceso de nobleza hace que los Stark pierdan la cabeza, tanto metafórica como literalmente.
Personalmente la decisión de Sansa me parece más sensata, puesto que es inverosímil que los niños Karstark y Umber (con esas caras de bobalicones) sean quienes realmente gobiernan en sus casas, al fin y al cabo no todos los menores tienen el carácter de Lyanna Mormont. Si Lord Karstark y Lord Umber murieron en combate, no lo hicieron sus soldados, los cuales no sabemos a quién guardan lealtad, pero difícilmente serán leales a un par de niños con cara de pánfilos… Posiblemente la serie pase por alto este punto y la discusión sólo ha servido para mostrar que existen desavenencias entre Sansa y Jon. Si sumamos a este conflicto el hecho de que Sansa sabe que Petyr quiere casarse con ella y gobernar tanto Invernalia como el Valle (pues supongo que se refiere a eso cuando le dice a Brienne que sabe lo que quiere Meñique), podríamos pensar que no es descabellado que Sansa quiera deshacerse de Jon y enviarlo lejos a luchar alguna guerra. Tengamos en cuenta que Sansa se representa lo mejor de ambos mundos: debido a sus desgraciadas y muy nutridas experiencias, la muchacha ha adquirido la astucia de Petyr y la determinación de Cersei, pero sin dejar de lado su nobleza Stark.
La parte de Sam es tan aburrida y escatológica como quieren dar a entender que es su vida. Personalmente ya había captado que vivía con náuseas constantes a la primera imagen, no era necesario reforzar la sensación con decenas de cuñas repletas de contenido fecal. Espero que no hayáis visto la parte de Sam mientras desayunabais …
Lo más interesante a efectos de lo que nos espera es que ha descubierto la existencia de un yacimiento de vidriadragón en Roca Dragón, es decir: en el sitio donde está ahora mismo Daenerys y estuvo antaño Stannis hay toneladas del material que se necesita para acabar con los white walkers. Precisamente ese material al que se ha referido Jon diciendo que es más valioso que el oro. Así que es una información bastante relevante la que ha descubierto el bueno de Sam en sus pausas entre excrementos y excrementos. También hemos descubierto que Jorah está en la ciudadela, Sam no lo conoce aún, pero podemos intuir que en el futuro partirán juntos hacia Dragonstone. Y lo más interesante en lo que se refiere el capítulo es la conversación que mantiene con el maestre que parece ejercer de su tutor, en la que al más puro estilo conformista el viejo maestre le dice que los gobiernos pasan, los hombres mueren y los inviernos dan paso al verano, duren más o duren menos y mueran los hombres que mueran.
El único dios de la serie que ha demostrado algo similar a su propia existencia se ha manifestado al Perro, una divinidad caprichosa donde las haya si elige a resucitar a Beric y mostrarse a Clegane. R’hllor le muestra al Perro a los muertos dirigiéndose hacia el sur. Es curioso que un hombre que odia el fuego termine recibiendo visiones de unas llamas, como bien ironiza el propio Sandor: It’s my band of luck that I end up with a bunch of fire worshippers.
Este ha sido otro escalón en el camino del Perro hacia la redención, quien termina sintiéndose profundamente conmovido por los cadáveres que encuentran en el refugio, un padre y una hija a los que robó cuando viajaba con Arya y quienes terminaron agonizando de hambre, hasta que el padre puso fin al sufrimiento de su hija y se suicidó. Dos cuerpos a los que termina dando sepultura carcomido por el arrepentimiento.
Euron quiere casarse con Cersei y presumiblemente planea entregarle el cadáver de su hermano para conquistarla. La escena que comparte el Greyjoy con los Lannister ha estado bien trabajado y bien interpretada, pero en este intento de intercambio ingenioso de palabras, he echado en falta los diálogos inteligentes que teníamos en las primeras temporadas protagonizados por Tyrion.
De hecho, Tyrion no abre la boca en este episodio, Varys tampoco. Y no hace falta porque la escena final es suficientemente rotunda y contundente con los personajes caminando a lo largo de Dragonstone sin decir palabra. Ha sido maravilloso terminar el episodio viendo a Daenerys pisar Westeros por primera vez en la serie, por eso es tan importante el momento en el que se agacha en la playa tocando el suelo de su reino: lo hace por primera vez en su vida. Hemos esperado este momento durante siete años y por fin Dany llega a casa, por fin conoce la tierra de sus ancestros y se dispone a conquistarlos a todos. Nadie habla en la secuencia, sólo tenemos ese “Shall we begin?” ante la mesa de tácticas de combates. Y no necesitamos más.
Creo que el episodio ha sido bastante sólido, no ha tenido batallas épicas, enormes explosiones o siquiera verdaderos enfrentamientos, pero me ha parecido un episodio repleto de ritmo, lo cual es necesario en esta recta final del juego de tronos, donde por fin veremos a nuestros personajes vencer o morir.