Pilotos: Blood Drive
Otro nuevo fichaje de verano, esa extraña época en la que mayoría de los estrenos que uno empieza a seguir suelen ser por casualidad. Así he descubierto yo Blood Drive y directamente con su sinopsis me ha ganado ¿Pero el piloto habrá estado a la altura?
La serie nos presenta un mundo post-apocalíptico, en el que tras el cambio climático el agua y la gasolina han desaparecido prácticamente. Dentro de este panorama, un policía de Los Ángeles se mete sin querer dentro de un oscuro mundo de carreras secretas en las que los coches funcionan no con gasolina, sino con sangre.
Por lo que podemos ver es Serie B en estado puro: gore, sexo, diálogos simplones, momentos inverosímiles y mucho ritmo. Desde el primer segundo tenemos claro que no será una serie de premios, pero para todos los que disfruten de este cine de terror al estilo Grindhouse puede ser toda una joya que disfrutar.
En este primer episodio se ve que tiene pinta que durante la serie va a tirar la carta de la nostalgia de 80’ al igual que Stranger Things, con la diferencia de que Blood Drive tirará de ese citado cine de Serie B en el que la sangre y las vísceras estaban presentes en cada escena. No tardamos ni 5 minutos de capítulo en ver los primeros desmembramientos de la serie.
La serie viene firmada por James Roland, siendo esta su primera creación pero habiendo trabajado antes en la producción de series como Weeds o Mad Men; se hace un tanto extraño el cambio de registro. En el reparto obviando a Alan Ritchson (Blue Mountaint State) los demás son nombres bastantes desconocidos en los que destacan la catalana co-protagonista Cristina Ochoa (Animal Kingdom) y Colin Cunningham (Pope en Falling Skies).
Dentro de las series gamberras de casquería, aunque dudo que no llegue al nivel de Ash vs. Evil Dead, tengo la sensación que se puede hacer un hueco importante. Estreno a seguir para todo fan de ese cine ochentero que tenga un estómago de hierro.