House of Cards (5ª Temporada): Opinión
Ha sido una semana muy convulsa en el mundo Netflix tras la cancelación de Sense8 el pasado fin de semana, pero eso no quita que ésta arrancase con el regreso de una de las series insignia de la plataforma: House of Cards. Por fin hemos terminado esta quinta temporada y aquí os dejaré mi opinión de la misma, evitando en todo momento escribir algún spoiler sobre el desarrollo de la trama.
La anterior fue una temporada de redención, en la que House of Cards consiguió volver a lo más alto y dejó a los espectadores con la sensación de que la tercera había sido simplemente un mal sueño. Este año teníamos las expectativas bastante elevadas en ese prometedor duelo por la presidencia entre los Underwood y Conway, un duelo que pudimos saborear en el tramo final de la cuarta temporada y que tenía pinta de que iba a ser importante en ésta.
Esta última tanda de episodios se ha podido dividir en 3 partes, una primera continuista que abarca los primeros capítulos y que es posiblemente lo mejor de la temporada; sin embargo el problema llega cuando este arco llega a su culmen y arranca la que sería la segunda parte, donde se repiten los errores que ya vivimos en la ficción hace un año.
La temporada cae en picado con una cantidad exagerada de episodios en los que la trama no va a ningún sitio, con situaciones de quita y pon de uno o dos capítulos que ralentizan todo el desarrollo de la misma. Paja pura y dura de toda la vida, con grandes escenas, pero paja que hace que hasta el tramo final lastra a la serie haciéndola terriblemente tediosa.
Se remonta al final, en dos episodios que a prisa y corriendo intentan arreglar el desastre en el que se mete la serie, y en cierto modo se podría decir que lo logra. En esas 2 horas, House of Cards vuelve a seguir la fórmula de años anteriores y consigue una resolución capaz de dejar al espectador con una gran hype para su próxima temporada.
En cuanto personajes me siento un poco decepcionado con todos, ya que las tramas de los secundarios han estado lejos de ayudar a la principal de los Underwood (que tampoco tienen un gran año, pero si Claire sigue en ese nivel se perdona todo). La evolución del matrimonio ha sido un tanto extraña sobre todo en el caso de Frank, que queda lejos de ser aquel brillante desalmado de las primeras temporadas y casi parece más un niño caprichoso y consentido. Por otro lado tenemos a Claire, cuyo desarrollo es coherente con el que pudimos ver el año anterior. Tampoco me ha enamorado que Conway se diluya con el paso de los episodios, su personaje prometía mucho más de lo que ha dado.
Temporada gris en House of Cards, que vuelve a quedar muy por debajo del nivel en que debería estar por culpa de ese agujero negro que la supone sus capítulos centrales. La calidad técnica de siempre se reencuentra con sus viejos fantasmas de la tercera temporada, pero consigue colocar a la serie en muy buena posición para el año que viene.