Crítica: Wonder Woman
La gran apuesta de DC Comics en cine de este año ya está en las carteleras. Tras una larga espera y un hype bastante alto por fin hemos podido ver los orígenes del personaje que se presentó en Batman v Superman, en una película que en las críticas previas al estreno estaba siendo considerada la mejor del universo DC de Warner.
Wonder Woman cuenta la historia que hay detrás de aquella foto que pudimos ver en la ya citada película de Zack Snyder y cómo Diana Prince abrazó su destino y se convirtió en la heroína que pudimos ver, cuando en el marco de la I Guerra Mundial se ve forzada a salir de su isla tras conocer la realidad del mundo tras la llegada de un piloto americano por accidente a Themysira. A partir de ahí, tendremos a Diana recorriendo una Europa en guerra de la mano de Steve (el piloto) buscando ella a Ares para poner el fin a la guerra y él a un general alemán llamado Ludendorff que dispone de un armamento con el que sería capaz de decantar la guerra a favor de Alemania.
Pese al buen ritmo que tiene tanto al principio como al final, para mi gusto la pesa todo el tramo intermedio del film, que supera las 2 horas de duración. Puede que se presenten bastante bien a los secundarios en esta parte de la película, pero a la larga veo un derroche de metraje innecesario ya que la gran mayoría de ellos no dispondrán de dos frases seguidas en el resto de la película. Esta cantidad exagerada de paja en el nudo de la historia consigue que su larga duración se haga mucho más pesada de lo que debería y se convierta en el gran talón de Aquiles de esta Wonder Woman.
La película recae completamente en los hombros de Diana y Steve, cumpliendo con creces con sus papeles y haciendo ambos un trabajo notable. Por el contrario, los secundarios apenas tienen importancia en el desarrollo de la trama y los intentos de darles algún trasfondo quedan bastante artificiales. A los villanos se les puede aplicar lo mismo, aunque viendo el desarrollo del film termina siendo bastante comprensible.
En el apartado visual mantiene la estética de Snyder en las escenas de acción, pero se aprecia un gran cambio de tono en el resto, siendo la más luminosa del universo DC hasta la fecha. Incluso en algunos momentos la película se toma la licencia de ir hacia el humor.
Wonder Woman logra tener una estética propia y eso es algo de agradecer, aunque en algún momento recuerde bastante a Capitán América: El primer Vengador, consigue seguir su propio camino no sólo dentro de su universo, sino que en su género. Además, aunque argumentalmente sea bastante simple, algunos de los giros finales son bastante sorprendentes.
Al final Wonder Woman resulta ser una película entretenida, pero lejos del nivel que muchos esperábamos de ella por culpa de la gran enfermedad de los blockbuster actuales: la obligación casi religiosa de tener que durar más de 2 horas. Con un buen tijeretazo sí que habría podido ser una de las mejores películas de superhéroes dentro del boom de los últimos años, pero lamentablemente se queda en el montón de las normales.