American Gods: mejor que la novela, pero no tanto
La semana pasada concluyó la primera temporada de American Gods, una serie que estaba llamada a ser de los estrenos más destacados de este año 2017, y en parte lo ha sido, dado que ha gozado de esa repercusión propia de nuevas series que todos recomiendan y que muchos, simplemente por el hecho de ver a caras conocidas en el reparto y una historia que llama la atención, deciden comenzarla. No obstante, creo que no ha acabado de dar ese paso adelante que se le podría pedir a una producción con grandes nombres detrás, y con una historia lo suficientemente atractiva o llamativa como para convertirse en el nuevo fenómeno de masas; hace años fue la búsqueda de la nueva Lost, poco a poco comienzan a sonar las voces que reclaman la nueva Game of Thrones. Nada más lejos de la realidad; en nada se parece a estas dos series American Gods, y tampoco creo que pretenda ser la nueva tal o la nueva cual.
Aunque sí tiene algo en común con la serie de HBO: ambas son adaptaciones de una obra literaria, terminada en el caso de la serie de Starz, incompleta en el caso de Game of Thrones. Así pues, para aquellos que leímos la novela antes del inicio de la serie, esperábamos con expectación si la producción de Neil Gaiman y Bryan Fuller cumplía las expectativas generadas, y hasta qué punto iban a respetar el texto literario.
Hace unos meses, realicé una reseña de la misma para este blog, y ya dije que la novela tenía muchas partes que hacían pesada la lectura, y temía que extender la serie añadiendo minutos innecesarios le podría llegar a pasar factura. Por desgracia, mis temores se han hecho realidad. Leía una entrevista poco antes de comenzar la primera temporada de la serie a Ricky Whittle, que interpreta a Shadow Moon, en la que decía que los ochos episodios que compondrían la primera entrega de la serie abarcarían aproximadamente una quinta parte de la novela. Algo que hizo saltar todas mis alarmas, dado que si eso era cierto, nos íbamos a topar con una cantidad de relleno ingente, que no llevara a ninguna parte… y lo peor de todo es que la parte del relleno masivo de la novela todavía no se habría alcanzado. Acabó por ser así.
El piloto cumple con creces, presenta el escenario, personajes y te introduce el que será el conflicto, aunque sea mínimamente. El problema radica en que pasan los episodios y tienes la sensación de ver un episodio piloto de ocho horas, en las que suceden cosas que no aportan prácticamente nada a la trama principal, y ésta no termina de arrancar nunca. Y en éstas que llegamos a la Season Finale, que no lo parece. Por fin se da el paso adelante que se dio en el 1×05, pero se queda todo en standby, y no te da esa sensación de cierre de entrega, sino como si se tratara de un parón típico en las series otoñales, para regresar en un mes y medio aproximadamente.
Para que os hagáis una idea, aquellos que no habéis leído la novela, teniendo en cuenta que no es una adaptación al pie de la letra de la misma, dado que han adelantado acontecimientos o modificado cómo se contaban otros (leves detalles, pero en esencia es prácticamente calcado al libro lo que pasa), al final de su primera temporada la situación está más o menos en el capítulo 4 o 5 de la novela, exactamente lo que había dicho Whittle. Echad cuentas: a este ritmo, si la primera temporada con 8 episodios nos sitúa en la cuarta/quinta parte de la novela, nos podemos tirar años para que concluya la serie. ¿Qué problema hay? Que el relleno salvaje todavía está por llegar. Esto ha sido una mera introducción; si os pensáis que habéis visto relleno, esperad a lo que está por venir. Salvo, claro está, que recorten masivamente y vayan al grano, añadiendo nuevos ingredientes a la serie para hacer la adaptación más fácil de digerir al espectador, cosa que creo que acabaría beneficiando al producto que tratan de mostrarnos.
Ojo, estoy diciendo que ha sido una temporada de más relleno que otra cosa, y parece que no me haya gustado, pero sí que lo ha hecho; digo más, me ha convencido más que la novela. Lo que pasa es que partiendo de la base que la novela no me volvió loco, la serie tampoco es santo de mi devoción, pero he apreciado algunas cosas que nos han contado y algunos detalles que la novela no tenía.
Como por ejemplo, el cast. Creo sinceramente que todos los elegidos para interpretar sus roles han sido un verdadero acierto: me creo a Ricky Whittle interpretando a Shadow, Emily Browning borda a Laura, el gran Ian McShane es la elección perfecta para Mr. Wednesday, al igual que Gillian Anderson para Media, o Kristin Chenoweth para Easter, o Pablo Schreiber haciendo de Mad Sweeney. De hecho, la primera temporada consigue que un personaje como Sweeney me haya parecido de lo mejor de estos primeros episodios, cuando en la novela es un personaje casi terciario, que tiene su importancia pero que pasa muy desapercibido. Aquí logran darle más relevancia y añadiendo algún que otro detalle para generar un trasfondo del que carece en la obra literaria.
Al igual que el personaje de Laura, que tiene un papel más destacado en el libro pero que apenas tiene trasfondo, algo que se consigue con el 1×04, Git Gone, y que ayudado por la interpretación de Emily Browning hace que la mujer de Shadow gane bastantes puntos. Y en cuanto a él, una de las cosas de las que me quejaba en la novela es que el protagonista pasaba casi todo el rato de todo, como si no le importara qué sucedía a su alrededor. El Shadow de la serie sí que pregunta, se queja cuando algo no le acaba de gustar y da su opinión más que el de la novela, por lo tanto, puntos a favor para la adaptación televisiva, que ha cambiado ese aspecto del personaje y ha servido para mejorarlo.
Si os estáis preguntando si esas historias de dioses que se nos cuentan al comienzo de cada episodio, o a veces a mitad de los mismos, están también en la novela, os digo que sí, no son inventadas para aumentar el relleno, porque ya constituyen el relleno del libro (a bote pronto creo que todas son narradas en la novela, aunque igual hay alguna nueva); simplemente los han añadido, algunos mucho antes de que sean narrados en la obra de Gaiman, para completar el metraje de la primera temporada. Ojo, el estilo de algunos de ellos y cómo son contados me parece un acierto notable de la serie, porque en las novelas podían resultar bastante tediosos y fuera de lugar, y como método para introducir los capítulos, aunque no deja de ser relleno (bonito, pero relleno al fin y al cabo), creo que funciona bastante bien. Otra cosa es que corten la narración de la trama principal para, de repente, cambiar de escenario a otro lugar y te cuenten durante un buen rato otra historia distinta que nada tiene que ver con lo que les pasa a Shadow y Wednesday. Ahí sí que creo que caen en error, porque me parece que rompe la dinámica de la trama principal y te saca un poco de lo que está sucediendo en el episodio en cuestión. Si de cara a la segunda temporada mejoran este detalle, darán un paso hacia la mejora global de la serie, bajo mi punto de vista.
Queda por saber qué rumbo tomarán de cara a la siguiente temporada. Como os decía antes, esto no ha hecho más que empezar, y la mayor parte de relleno no ha llegado todavía. La serie puede pegar un paso adelante y mejorar todavía más la novela si no cae de lleno en el pozo de relleno que se aproxima, si es capaz de sacar lo bueno de ese tramo de historia y reflejarlo en la pantalla de una forma más ágil y menos pausada a como hace Gaiman en su novela. Pero como sigan al pie de la letra la novela, sin apenas cortar, vamos a tener una segunda temporada bastante aburrida, y que va a dejar a muchos preguntándose por qué no avanza la historia. Como balance global, esa es mi impresión: mejora en ciertos aspectos a la obra literaria, pero cae en los errores de la misma, y se extiende demasiado. Lo dije en la reseña que hice: quizá con el formato miniserie habría quedado una producción genial, porque habrían reducido la parte de relleno, o como mucho con una o dos temporadas que fueran más al grano. Pero si Starz decide continuar con un estilo similar al visto hasta el momento, nos va a quedar a la mayor parte de los espectadores la sensación de que esta serie pudo haber dado (mucho) más de sí.