Review Arrow: Disbanded
Tras un mes de marzo bastante entretenido para Oliver Queen, nos vamos de parón hasta el día 26, momento en el que se retomará la acción en Arrow, justo en un momento en el que la guerra abierta contra Prometheus está muy interesante, y la recta final pinta bastante bien.
El capítulo de esta semana, ha resuelto rápidamente la duda que a lo mejor podía aparecer en algunos fans, la de si realmente Oliver iba a ser capaz de disolver al Team Arrow, tras el período de tortura al que le sometió Adrian Chase. No ha llegado a concluir el episodio y ya la teníamos, obviamente, no ha sucedido nada de eso, porque si no, dudo seriamente que la serie hubiese seguido. Estaba claro que la tortura de Prometheus iba a dejar secuelas en Oliver, porque abrió el cajón de mierda, y una vez abierto, es difícil cerrarlo de nuevo.
Ojo, el alcalde de Star City todavía no está recuperado al 100%, al menos mentalmente hablando, ya que en este capítulo no le hemos visto enfundarse el traje de Green Arrow, algo que es bastante llamativo. En su lugar, cuando ya se ha decidido ponerse en acción ha preferido llevar una vestimenta oscura, como la que lleva Matt Murdock en los comienzos de Daredevil. La nueva duda es cuánto tardará en volverse a poner el traje de justiciero. ¿Mi apuesta? Creo que pasará poco tiempo.
Ha sido bastante llamativo y también interesante ver la reacción de Oliver cada vez que se cruzaba con Chase en el Ayuntamiento de Star City, como mostraba ese control que el nuevo villano tenía sobre él, y veíamos a un Oliver Queen completamente sumiso, sin apenas rechistar y con una voz queda, prácticamente sin tener ganas de nada más que de que pasara el rato y ya está. Hasta el punto incluso de romper su relación, o lo que quedara de ella, con Susan, a la que ha querido alejar definitivamente, a la vista de los recientes acontecimientos, que han puesto en peligro a la reportera. Para ser sinceros, casi mejor, los minutos de relleno que han aportado esta relación han servido de bien poco, pasemos a otros temas. Eso sí, por favor pido, que no se lancen a por un nuevo Olicity.
Esta semana no voy a comentar la sección rusa, porque casi que ha sido la trama del episodio, y me explico. No ha sido como el de la semana pasada, todo con acontecimientos pasados, sino que a Anatoly lo hemos visto en el presente, y encima en Star City. La trama del período ruso de Oliver ha sido meramente testimonial, y para reflejar el cambio sufrido por su amigo soviético, que ha terminado convirtiéndose en aquel que temía cuando asumió el cargo de Pakhan. En sus inicios, buscaba hacer el bien por medios distintos a las formas corruptas de Gregor y Kovar, y ha acabado por corromperse, y no ser mejor que ellos. Y lo cierto es que tampoco me sorprende; al fin y al cabo, estamos hablando de una organización mafiosa, que por mucho que hayamos visto a Oliver formar parte de ella, no quita para que sea más buena o sin intenciones y fundamentos criminales. Era normal que Anatoly aumentara su escalada criminal, porque esa es la forma de vida de la Bratva.
A pesar de saber todo eso que os he dicho y que nos muestra el capítulo, Oliver cae un poco en los infiernos y es capaz de llegar a un acuerdo con su antigua organización para que maten a Adrian Chase, algo que me ha parecido bastante atrevido, considerando el nivel emocional en el que se encuentra, ya que tras la tortura mental y física padecida, todavía es capaz de sacar fuerzas para buscar formas de que Prometheus muera. Aunque claro, estas fuerzas nacen como consecuencia de esa tortura, ya que el Oliver Queen que hemos conocido a lo largo de la serie, que busca hacer el bien o al menos, dejar atrás lo que fue, no hubiese hecho la llamada a Anatoly para contratarles como asesinos a sueldo. Hasta qué punto Chase le ha comido el coco a nuestro protagonista, es increíble. Pensando en ello, creo que solo podemos encontrar comparación en Slade Wilson, que le destrozó anímicamente cuando se enfrentó a él, y nadie le había puesto de esa forma tan contra las cuerdas con el paso de las temporadas. La huella dejada por Prometheus es enorme, y veremos cómo se sobrepone de esto en los episodios de temporada que quedan.
En uno de los artículos que le dedicamos a los cien episodios de Arrow, mi compañero Iván habló de Diggle, y la importancia que tenía la figura del escudero en esta clase de ficciones. Pues bien, esta semana el MVP ha sido el fiel compañero de Oliver, que ha sabido echarse el equipo a sus espaldas ante la baja anímica de su líder, y ha sido capaz de sacarle de las sombras y hacerle ver que no está solo en esta guerra, y que ni por asomo van a echarse atrás a pesar de lo sucedido. Hay muchas veces que la figura de Dig queda deslucida por los acontecimientos de las diferentes temporadas, o por los actos de Oliver individualmente hablando, o incluso centramos la atención en lo que hace o no hace Felicity, pero ahora mismo, la importancia de Dig en la serie de Oliver Queen es vital, solo hay que ver este episodio. Ha sido el único que se ha mostrado centrado en todo momento, ha sabido dirigir ante el vacío de poder dejado por Oliver, y ha ayudado a su buen amigo a darse cuenta de que no está todo perdido. Enorme John en este episodio, y había que reconocérselo.
Y he mencionado a la informática, que también ha tenido su parte importante, al desvelar, nuevamente con ayuda de Helix, la identidad de Prometheus al resto del mundo, lo que ha hecho que Adrian Chase quede expuesto ante la opinión pública, y esté obligado a convertirse en un fugitivo. Yo insisto, el grupo de hackers está resultando de mucha utilidad para Felicity y el Team Arrow, pero no sé hasta qué punto eso no les acabará repercutiendo negativamente, ya que eso de que conozcan las identidades secretas de ella y de Curtis, e imagino que del resto del equipo, me chirría bastante. Veremos si terminan siendo todos amigos, o Felicity acabará pagando un alto precio por aliarse con ellos.
Y eso es todo por esta semana. Como he dicho al principio, la serie regresará el próximo 26 de abril, y mientras tanto, deberemos esperar a la conclusión de la temporada, que tal y como se ha quedado, apunta a que van a haber curvas hasta el final. ¡Un saludo!