Archie Andrews, un protagonista inútil

Archie Andrews, un protagonista inútil

Esta semana no ha habido Riverdale. Tranquilos, la próxima vuelve a su ritmo de emisión habitual y todos los que la seguimos podremos disfrutar de las nuevas locuras de Archie y sus amigos en su ciudad. Sinceramente, todos querríamos ser Archie Andrews… o quizá no, según se mire. Pero lo cierto es que no querríamos ser él si tuviéramos tan poca relevancia en lo que pasa a nuestro alrededor, como le sucede al chaval.

Riverdale partía del misterio relativo a la desaparición de Jason Blossom el 4 de julio, y la posterior confirmación de su muerte, meses después, muy Twin Peaks todo, con el cuerpo del muchacho a la orilla del río incluso. Era lógico pensar pues, que los diferentes acontecimientos pivotarían en Archie, y que él tendría algo que decir en lo que iba pasando en su ciudad natal, incluso entrando de lleno él mismo en la investigación con la ayuda de sus amigos. Nada más lejos de la realidad.

La trama con la que Archie comienza la serie se desvanece poco a poco a medida que pasan los episodios, dejándole, casi sin darnos cuenta, en un segundo plano, en el que carece de importancia en lo que va pasando capítulo tras capítulo. Seamos sinceros: los que vemos Riverdale nos la suda si Archie se convierte en músico, o sigue los pasos de su padre, o se compra un coche y se pira de allí a toda velocidad. Creo que la serie nos ha enganchado por muchos otros motivos, y él no es uno de ellos. Y lo peor de todo, es que a falta de tres capítulos para la conclusión de su primera temporada, no tratan de arreglarlo; es más, se puede observar cómo lo tratan de meter en todos las tramas, sin ser necesario lo más mínimo, únicamente para provocar reacciones en el resto de personajes, que nos importan bastante más.

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Ejemplo claro: Archie acude en un episodio a la reunión familiar de los Blossom, invitado por Cheryl. Sinceramente, lo único que se me ocurre para que el muchacho pinte algo allí es porque es pelirrojo, como la mayor parte del clan, y bueno, para seguir alimentando los ángulos de la figura geométrica que tratan de formar poco a poco en la serie, que normalmente es un triángulo, pero ahora mismo creo que está más cerca de un pentágono que otra cosa.

He aquí uno de los misterios de Riverdale. El muchacho comienza la serie enamorado de su profesora, y a su vez tiene loquito desde toda la vida a su vecina de al lado, Betty. Pero es que, con el paso de los capítulos, se van añadiendo tres más: Verónica, Val y diría que Cheryl también. Por lo tanto, Archie, sin comerlo ni beberlo, tiene a su alcance durante la temporada a cinco chicas, aunque sus situaciones van variando cada episodio que pasa; lo mejor de todo esto, es que en la mayoría de las ocasiones, no hace nada para buscarlo, van cayendo ante sus “encantos” de una forma que roza lo asombroso.

Había mencionado a la profesora. La trama que relaciona a Archie con ella pasa de ser, digamos importante al principio de la serie, a intrascendente en los siguientes episodios, hasta el punto de que si no la recuperan para los últimos capítulos de la temporada, no sé sinceramente para qué la metieron. Luego está lo de que quiere ser músico, algo que también es importante durante un buen tramo de primera temporada, pero que últimamente se está obviando para dar minutos a otras tramas (lo mejor que pueden hacer si me preguntáis); esto imagino que seguirá teniendo su relevancia en los próximos episodios, porque si no, ya es otra trama perdida en la nada que nos han encasquetado en la primera tanda de episodios de Riverdale.

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Todos sus amigos son bastante mejores personajes que él, no al nivel de ganar un Emmy, pero despiertan más curiosidad e interés que el pelirrojo protagonista. Jughead le pega mil vueltas, y las chicas, Veronica, Betty y Cheryl más de lo mismo. La trama de los adultos también es interesante, con las luchas de poder entre las familias que quieren controlar Riverdale, en plan Game of Thrones (salvando mucho, pero que mucho, las distancias) y, por supuesto, el misterioso asesinato de Jason Blossom, que apunta a estar intrínsecamente relacionado con esa pelea de poder que están llevando a cabo los adultos. Además de las diferentes batallitas que se van armando en el trasfondo del instituto, claro; no podía ser un guilty pleasure como una casa de grande sin sus dosis de fiestas, animadoras, equipos de fútbol americano y melodramas adolescentes. Todos estos elementos conforman una serie la mar de entretenida y que me tiene enganchado semana tras semana, y lo más llamativo de todo esto es que su protagonista es un completo inútil dentro de todo este contexto. Va dando bandazos de acá para allá, sin rumbo fijo aparente, y sin un peso destacado en ninguna de las tramas que he mencionado antes ni en otras muchas.

Archie Andrews es el ejemplo que da pie al tópico extendido de que en muchos casos, los protagonistas no son lo mejor de sus series, sino grandes secundarios o incluso una trama global que compensa las carencias del personaje principal. No creo que en lo que queda de temporada arreglen este problema, pero de cara a la próxima (ya ha sido renovada por The CW), confío en que le den una trama, como mínimo, interesante, y que no deambule por Riverdale como un alma en pena, sin que a nadie le importe lo que pase con él o su vida.