Review Arrow: Kapiushon
Otra semana más, Arrow continúa mostrando su buen momento de forma, y lo hace con un episodio que resulta un poco distinto a los que habíamos visto hasta ahora, pero que es clave para afrontar la recta final de la temporada, con un Oliver roto por completo por un enorme Adrian, que junto a Merlyn y Wilson lo incluyo ya en el top 3 de villanos de Arrow; y aún quedan varios episodios hasta el final.
Recuerdo en reviews pasadas haber pedido que los flashbacks de Rusia cobraran más importancia, que fueran más relevantes para la trama principal, o al menos que estuvieran entretenidos y aportaran algo más que minutos, en muchas ocasiones, de relleno, práctica habitual desde que viajamos a Hong Kong en la tercera temporada. Pues parece que los responsables de la serie me han leído, porque casi podríamos decir que el episodio ha sucedido al completo en Rusia y que ha habido flashforwards de la actualidad. En el episodio de esta semana, se ha avanzado por fin en el conflicto Oliver-Kovar, y lo ha hecho enlazando por fin con los acontecimientos presentes, que no podían dejarnos un resultado mejor.
El episodio podría llamarse “Cómo Oliver se hizo el tatuaje de la Bratva y lo perdió“, porque nos muestra el origen del mismo, que lo llevaba en el pecho, indicando que era un capitán de la organización rusa, y su final, de la mano de un Prometheus que sin duda es un auténtico psicópata, por si alguien albergaba alguna duda al respecto a estas alturas. Y también puede decirse que este episodio revela el verdadero ser de Oliver, que ha tratado de tapar o hacer ver a todos que buscaba evolucionar y mejorar como persona durante estos años en Star City, ayudado por sus amigos. Seamos sinceros, alguien que se enfunda un traje de justiciero y asesina en busca de “justicia” debe tener algo roto por dentro, y nuestro protagonista tiene una carga bastante pesada sobre sus hombros. Obviamente, no sólo él tiene un bagaje que le marca en su lucha presente por tratar de hacer el bien; el propio Barry sin ir más lejos, aunque no llega a los extremos del alcalde de Star City; u otros compañeros de DC, como Batman, por ejemplo. No es extraño que los orígenes de los superhéroes sean turbulentos, marcados por un acontecimiento que les impulsa a adoptar otra personalidad y realizar su propia cruzada. No obstante, por mucho bien que haya hecho Oliver durante las anteriores temporadas, la verdad es clara: Oliver Queen es un asesino, y en su fuero interno siempre lo será, por mucho que lo intente ocultar mediante una capucha y una máscara.
Ya se lo dijo Anatoly cinco años atrás en tierras rusas y él mismo lo confiesa ante Adrian completamente roto y destruido anímicamente tras días de tortura. Es algo que también nosotros hemos sabido, aunque claro, es evidente que durante el desarrollo de la serie, Oliver ha tratado de evolucionar y mejorar tanto cuando es él mismo, como cuando se viste de justiciero, hasta que llegó Prometheus. En cuestión de 17 episodios, hemos visto cómo el nuevo villano de Star City desmantela lo logrado por Oliver durante estos años que ha pasado en su ciudad tras su periplo lejos de casa, haciendo que nuestro protagonista se cuestione todo lo hecho hasta el momento, llegando a los extremos con los que cierra el episodio, anunciando que es el final y que hay que echar el telón. Sinceramente, me sorprendería mucho que el Team Arrow se viniera abajo, porque ya no es cuestión de que el propio Oliver sienta que ya no puede hacer el bien como Green Arrow, sino que el resto de sus compañeros dudo que bajen los brazos y se rindan tan fácilmente. En los próximos capítulos imagino que saldremos de dudas, porque Prometheus suelto puede causar verdaderos estragos si no le detienen.
La parte rusa se ha ido alternando con la tortura presente; mientras veíamos a Oliver convertirse en otra persona, este Kapiushon como le llaman por tierras rusas, Adrian Chase le hacía pasar estragos sometiéndole a una tortura bastante particular, haciéndole recordar a sus víctimas pasadas, y queriendo que confesara ese secreto que tanto se guardaba para él mismo, y que al final ha acabado por decir alto y claro. Además, con la colaboración estelar de una Evelyn que es otra pequeña psicópata, aunque aliándose con Prometheus, equilibrada no debía estar mucho, la verdad. Menudo numerito montan, y menuda frialdad que tiene encima la muchacha. Por cierto, un detalle de la tortura que me ha llamado la atención. Hay un momento en el cual, Chase le recuerda a Oliver una de sus víctimas, a la que le clavó tres flechas para matarle, y decide torturarle de la misma forma, disparando tres flechas a nuestro protagonista. Sin embargo, escenas después, aparece éste con solo una herida en el hombro derecho, cuando habíamos visto a Prometheus lanzarle tres flechas. Mmm, ¿fallo de racord? ¿O simplemente que Chase se las lanza al mismo sitio todas? Ah, no me voy a olvidar de destacar tanto a Amell como a Segarra, ambos se lucen en este episodio y debía hacer mención a ello.
El enfrentamiento Kovar-Oliver ha sido bastante bueno, y todas las escenas de acción de Rusia me han gustado bastante, ya que hemos visto a Kapiushon en acción, matando a todo lo que se le ponía por delante. Bueno, a casi todo, porque parece que Kovar sigue vivo de alguna forma, aunque no tengo ni idea de cómo. ¿Le ha llevado Merlyn un poco de agua del Pozo de Lázaro de Nanda Parbat? ¿Oliver apuntó mal al clavarle la daga y no le hirió mortalmente? A todo esto, me ha sorprendido ver a Malcolm por Rusia cinco años atrás, aunque viendo en qué estaba metido en aquel entonces y lo que hizo en la primera temporada, tampoco me rompe los esquemas. Por cierto, un detalle bastante tonto. Mi problema (o mi privilegio) es que veo The Americans, una serie en la que los personajes rusos que salen hablan entre ellos ruso, salvo cuando se dirigen a otros con un idioma distinto, normalmente de lengua inglesa. Luego me pongo un capítulo de Arrow, serie en la que durante esta temporada, hemos tenido una dosis de Rusia bastante alta, y veo como en los diálogos entre personajes rusos, mezclan frases en inglés, y no comprendo muy bien el motivo. Ojo, no es nuevo en las series estadounidenses; es algo muy habitual cuando intercalan frases en las conversaciones entre personajes hispanos y americanos. Por favor, aprendan de The Americans, que se tiran a veces casi tres o cuatro minutos con una escena hablada al completo en ruso y no pasa absolutamente nada. Aquí las escenas duran menos y creo que no pasaría nada por darle un mínimo de continuidad.
Pues esto es todo por esta semana. La próxima, tendremos la review del 5×18, lo que nos aproxima peligrosamente a la recta final de una quinta temporada que para mí se está redimiendo con creces de lo ofrecido en las anteriores, y confío en que los últimos capítulos sirvan para cerrar positivamente la misma. ¡Un saludo a tod@s!