Crítica: Logan
En sus primeros posters promocionales rezaba el eslogan “One Last Time”, dejando desde el principio claro que estábamos ante un cierre, que sinceramente, no creo que sea sólo del personaje, sino que también de ese círculo de adaptaciones de cómics que empezó a principios de la década pasada con “X-Men” y “Spider-Man”. “Logan” no es sólo la despedida de Hugh Jackman, es el final de una era representada en el superhéroe más carismático de la gran pantalla en los últimos 17 años.
La película es gris y melancólica, todo lo contrario a lo que vienen siendo las películas de superhéroes de la última década. Donde en otras adaptaciones se busca el espectáculo, en “Logan” han preferido hacer una road movie violenta e intimista, demostrando desde su primer a su último fotograma que estamos ante algo diferente.
“Logan” nos pone en la piel de un veterano y ya cansado Lobezno, que intenta conseguir dinero para sacar a un frágil Charles Xavier del país. En el proceso se ven involucrados en un persecución por parte de unos laboratorios a una niña que podría ser la primera mutante en 20 años y cuyos poderes son similares a los de Logan. Destaca el contraste entre el Logan y Xavier de esta película con los de las anteriores, aquí tenemos a dos supervivientes de una época dorada y la actitud de ambos es acorde a la estética y temática del film. Es muy representativo el deterioro mental de Xavier y el físico de Logan. Bestial el trabajo de Jackman y Patrick Stewart.
Como bien he comentado antes, “Logan” es simplemente una road movie de acción en el que uno de los elementos que más destaca (a parte del psicológico) es el gore. A la historia le ha venido de lujo la calificación R aunque haya obligado a la producción a tener un menor presupuesto, y ha conseguido que el personaje tenga una despedida acorde a su versión de las viñetas a la que no habría llegar siendo una producción de superhéroes estándar. Es aquí donde vemos en qué se equivocaron en las dos películas en solitario de Lobezno, en las que intentaron mostrar al personaje como un héroe normal cuando Logan es violencia y fantasmas; no hay más que ver “Lobezno Inmortal” y después leer “Lobezno: Honor” para entender esto, y en esta ocasión sí que han comprendido cuál es el espíritu del protagonista.
La estética está muy cuidada, pocos efectos impresionantes pero mucho alma en cada plano. Lo que hemos podido ver en los tráilers es lo que nos hemos encontrado en la sala, en ningún momento ha intentado engañar a nadie y gracias a ello disfrutamos de una película de acción más clásica pero muy atípica en su género.
“Logan” es el ocaso de los superhéroes, el final de un camino que ha durado tres lustros y todo esto lo refleja con una película que se coloca fácilmente entre las mejores del cine de superhéroes, siendo posiblemente la mejor desde aquel Caballero Oscuro de Nolan. Es el adiós perfecto para el héroe imperfecto.