Review Agents of SHIELD: The Man behind the shield.
Ya no sé si estamos cambiando de villano en cada episodio o si el villano de la temporada lleva siendo el Darkhold desde el primer día y ahora AIDA es sólo la marioneta del libro. Quien sí que era una marioneta es Anton Ivanov, un pobre inútil a quien incluso Coulson se atreve a señalarle que no es más que un red shirt antes de rehusar pelearse con él.
Hasta el momento de la brutal revelación final, el episodio estaba siendo bastante mediocre, o más bien estaba siendo bueno en términos de acción pero exento de aportaciones o avances importantes a la trama. Básicamente hemos visto mediante un flashback el primer encuentro de Coulson con Ivanov, un momento que sólo resulta relevante en la medida en la que Melinda y Phil comparten un leve flirteo. Nuestros queridos agentes estaban realizando una misión que ni siquiera recuerdan y que, desgraciadamente para Ivanov, terminó con todos los rusos muertos por perder el objeto que SHIELD se llevó. Mientras tanto, en el momento presente, Fitz se afana en encontrar el origen del Frameworld en el que May está cautiva, tiene una pequeña discusión con Mack, que desconfía de los avances científicos que puedan caer en malas manos. Y poco más. El resto del equipo participa en la gymkana preparada por Ivanov, que va dejando pistas e insinuaciones del lugar donde espera enfrentarse a nuestros chicos, especialmente a Coulson, y a sabiendas de que entrar en la boca del lobo es justo lo que el enemigo quiere que hagan… los agentes de SHIELD lo hacen. Y matan al malo y salvan al bueno: Daisy pelea cuerpo a cuerpo con Ivanov hasta que se aburre de perder el tiempo y lo aplasta con la estructura del edificio. Mack encuentra a Mace y lo saca de allí.
Y aquí se debería acabar el episodio, salvo que no es así, no se acaba. Es más, se produce el giro de guión más loco y arriesgado de toda la temporada. Ni termina el episodio ni nada de lo que creíamos haber visto es real, el verdadero villano no ha muerto y no sólo no ha sido salvado el bueno, sino que ahora casi todos los personajes están secuestrados por Aida y Radcliffe y han sido sustituidos por lo que ahora llamaremos “Life Model Decoy” (porque así se denominan en el mundo Marvel). Es cierto que nuestro equipo estaba siendo atraído a una trampa, pero no la que creíamos, pues Mace no era el cebo implantado por Ivanov para asesinar a Coulson. Es Ivanov quien era el cebo y la idea no era asesinar a nadie, sino secuestrarlos y sustituirlos por inteligencias artificiales (LMD). Es decir, ahora mismo, toda la cúpula de SHIELD está constituida por LMD y los verdaderos agentes ni sabemos donde están. Afortunadamente Fitz y Simmons, o quienes creemos que son Fitz y Simmons, han descubierto la verdad y saben que son los únicos que quedan para salvar SHIELD. Hasta donde yo sé, la única de quien me fío es Jemma, pues no ha estado sola en ningún momento y es quien ha sospechado que algo andaba mal desde el primer instante en el que ha notado cierto desajuste de tiempo, además recordad que ella reconoció a AIDA como una androide en cuanto la vio y ató cabos respecto a FakeMay antes que ningún otro.
Analicemos ahora la secuencia de tiempo: Coulson está peleando con The Superior y aparece Daisy, Phil se marcha en busca de Mace. Jemma escucha que AIDA está en las instalaciones y se va a buscarla junto al red shirt, dejando solo a Fitz. Mack está caminando a solas por los pasillos y ve a Mace siendo golpeado en una celda, lo salva e inmediatamente aparece Coulson, juntos levantan al herido, lo sostienen entre ambos y se van. Mientras tanto Daisy sigue peleando con Ivanov y Jemma sigue buscando a Aida. Simmons ve marcharse al submarino, asume que dentro está Aida y da la misión por perdida. Aparece Fitz, Jemma nota que algo raro pasa e inmediatamente aparecen los otros cuatro. Tal como yo lo veo, no sabemos quien es quien y salvo porque FakeCoulson deshabilita el escaneo de seguridad y despierta a May, no tendríamos a nadie seguro ni como humano (o Inhuman en el caso de Daisy) ni como LMD.
Y todo esto significa que se aproxima una recta final de temporada de infarto.