Crítica: La Gran Muralla
Estamos cerca del cenit de lo que es la temporada anual de premios, una época en la que aprovechando la publicidad que dan las nominaciones y los galardones en Globos de Oro y Oscar las carteleras se llenan citas que en otro momento del año hubieran sido aplastadas por el blockbuster de turno, pero que en estos 2 meses las tratan de tú a tú.Durante las últimas semanas habéis podido leer en la web críticas relacionadas a ese grupo de películas, en esta ocasión cambiamos a uno de esos blockbusters que prueban suerte intentando aprovechar la ausencia de taquillazos en la cartelera: “La Gran Muralla”.
Soy muy fan de David Fincher y Martin Scorsese, no creo que sorprenda a nadie revelando esto porque posiblemente la gran mayoría ya me conocéis y sois conscientes de mis gustos personales; pero si hay un director que en pleno desarrollo de mi identidad cinéfila me marcó ese fué Zhang Yimou. Obras como “Hero” o “La casa de las dagas voladoras” impresionaron a aquel Iván adolescente, que quedó cautivado por la destreza visual de ambas de películas. No tenía ninguna intención de ver “La gran muralla”, pero cuando descubrí quién estaba detrás supe que tenía el deber de hacerlo.
El argumento es sencillo y no tiene pérdida: 2 viajeros extranjeros en busca de la pólvora china tras ser atacados por unos monstruos se encuentran con la gran muralla china, la cuál está a punto de ser asediada por dichas bestias. Sin más preámbulos el film se mete en una sucesión de batallas con un ritmo elevado que no da lugar al desarrollo de casi nada, siendo posiblemente la decisión más acertada de la película como veremos más adelante.
Sinceramente es entretenida y gracias a su corta duración y su gran ritmo consiguen crear un proyecto palomitero que cumple con su cometido y logra hacerse amena durante todo su metraje; sin embargo hay un punto que embarra todo el buen trabajo anterior: su lamentable guión. Vale que no sea el tipo de producción en el que esperas un gran guión, pero es que lo que nos encontramos aquí en muchos momentos da vergüenza ajena: incoherencias argumentales, giros absurdos más propios de comedia y un exceso de explicaciones que cansarán hasta al espectador más obtuso.
Los guiones son los pilares de cualquier producción cinematográfica y ante semejante despropósito Zhang Yimou intenta salvar la papeleta llevando la película a su terreno. Acción bastante espectacular y muy bien rodada, que obviando algún CGI algo cutre, arregla un poco el desaguisado argumental del film, ayudado por la también destacable banda sonora de Ramin Djawadi.
“La Gran Muralla” es palomitera y entretenida, es un producto cuyo objetivo inicial de hacer pasar el rato lo cumple con creces, pero que los sonrojantes fallos de guión la matan y transforman a una película cumplidora en un blockbuster por debajo de la media.