Pilotos: Taboo
Taboo es una serie protagonizada por Tom Hardy, actor a quien conocemos por The Dark Knight Rises, la última de Mad Max o The Revenant entre otras. El actor no se limita a protagonizar esta serie, también es el co-creador de la misma junto a su padre, que se llama Chips Hardy, y junto a un señor, Steven Knight, que tiene a sus espaldas ser el máximo responsable de Peaky Blinders. Papi Hardy e hijo Hardy no pudieron elegir un guionista mejor si querían juguetear con dramas de época en tonos oscuros, violentos y con un toque desagradable.
He de admitir que el piloto de Taboo me ha dejado mejores sensaciones que el piloto de Peaky Blinders, pero no voy a comparar ambas series, porque el listón dejado por la serie de Cillian Murphy se encuentra a altísima altura en este momento y Taboo acaba de despertar, ni siquiera ha despegado y aún tiene mucho camino que recorrer y está caminándolo por terreno pedregoso al unir a un protagonista tan antipático como silencioso con un elemento sobrenatural que, hasta el momento, no tengo ni la más remota idea de lo que va. Me gusta la idea de introducir elementos místicos en una serie de apariencia no fantasiosa, pero me asusta que no sepan encajarlo con la naturalidad necesaria para que no resulte chocante al espectador.
Por lo demás, la atmósfera es impecable: el Londres de 1814 está lleno de gente sucia con dientes repulsivos… o sin dientes; viejos sabelotodos impertinentes; mayordomos andrajosos y un aire peligroso, misterioso, lleno de secretos y sumamente incómodo que bebe más de Penny Dreadful (sin su belleza gótica) que del luminoso Downton Abbey. Y la trama es compleja, demasiado enrevesada para un piloto, pero aún así no es imposible de seguir, sobre todo porque el episodio es pausado y se toma su tiempo para explicar cada cosa.
Básicamente lo que hemos visto es lo siguiente: ha muerto un magnate naviero, que en sus últimos suspiros de vida había perdido la cordura. Antes de que se produzca la lectura del testamento, regresa a Londres el hijo olvidado del magnate, James Delaney (Tom Hardy), dado por muerto en África diez años antes. La reaparición de James produce estupor y consternación a partes iguales en los interesados en el testamento, por un lado la hermana de James, Zylpha y al esposo de ésta, y por otro lado una serie de señores muy importantes y muy ricos, de la compañía de Indias, comandados por un tal Sir Stuart Strange.
Este personaje, Strange, jugó un importante papel en la juventud de James, de forma que el protagonista sabe sobre él más secretos de lo que al señor ricachón le gustaría. Por cierto, puede que alguien lo haya notado, pero Sir Stuart Strange está interpretado por Jonathan Pryce, el actor que encarnaba al Gorrión Supremo en Juego de Tronos. La hermana de James, Zylpha, es interpretada por Oona Chaplin, la esposa de Robb Stark también en Game of Thrones. Parece que la mujer y su esposo sienten que tienen un derecho mayor que James a la herencia del difunto. También nos dan a entender la existencia un oscuro secreto entre James y su hermana pero no sabemos mucho más de esto.
En el testamento del difunto sólo hay dispuesta una cosa: el muerto le dejó a su hijo una isla, un pedazo de tierra lleno de rocas e indios, situado en la frontera entre los Estados Unidos y la costa oeste de Canadá. Aparentemente esta isla es de vital importancia para americanos y británicos y James no piensa cederla por mucho dinero que le ofrezcan.
La serie podría estar bien aunque sólo narrase la historia de un hijo pródigo que vuelve a casa para rehusar ceder la herencia de su padre a unos magnates. Sobre todo si tenemos en cuenta que la herencia se limita a una isla específica habitada por indios y que este hijo descubrió que su madre era una india y que esa isla que su padre conquistó con pólvora, puede ser el lugar donde nació su madre y por lo tanto una importante conexión con los antepasados del protagonista. Todo esto tendría sentido y sería suficientemente interesante, pero no es lo único que nos ofrece la serie.
Por lo pronto el padre fue asesinado, no sabemos por quién ni cuál fue la motivación, pero el padre Delaney fue envenenado con arsénico. Hasta el momento sólo James, un forense y el asesino lo saben. Y por si acaso el asesinato no añade suficiente picante, aún hay más en Taboo: James Delaney es un misterio andante. En diversos momentos del episodio se da entender que podría estar muerto, medio muerto, ser un hechicero, o estar poseído por alguna entidad sobrenatural. O cualquier otra cosa por el estilo… Lo que sabemos seguro es que tiene visiones, que sabe cosas que nadie le ha dicho y que se comunica con los muertos. Sobre su vida terrenal también sabemos muy poco, tenemos la certeza de que pasó algo muy malo en un barco esclavista, no sabemos si James encerró a unos esclavos condenándolos a morir ahogados o si no hizo lo suficiente por salvarlos, pero los esclavos murieron y James aparentemente no … o quizás sí, realmente no es algo que quede muy claro.
Para terminar, quiero compartir una cosa que me llama la atención, me gusta muchísimo el aspecto amenazante de James, es un tipo que sabemos que es muy peligroso y nos da miedo, aunque no conocemos nada sobre él, destila peligrosidad en cada gesto y en cada palabra, pese a que apenas habla y lo hace siempre con voz suave y calmada. Es magnífico el trabajo que hace Hardy mostrando a un personaje a quien se le intuye una maldad intrínseca que no se muestra de forma clara en ningún momento del episodio, es decir no hace nada que nos lleve a pensar que es un asesino o que tiene un carácter especialmente violento, pero se intuye que es capaz de hacer cualquier cosa, especialmente cosas malas.
Un piloto tiene que mostrar lo suficiente como para enganchar al espectador a la trama, presentar de forma más o menos clara la base sobre la cual se asentará la serie y mostrar a los personajes principales y sus motivaciones. Creo que Taboo ha cumplido con creces.