Review The Flash: Monster
Esta review es posiblemente la más complicada que me haya tocado hacer, y es fruto del bajón que ha pegado la serie desde la vuelta de Flash del universo flashpoint con el que arrancamos la temporada. Tengo que reseñar un episodio en el que bajo mi punto de vista, no ha pasado absolutamente nada digno de mención, así que os pido por favor que me perdonéis si en algún momento se nota demasiado la falta de ganas de hablar de este 3×05.
La mejor definición de este “Monsters” es capítulo de relleno, más centrado en darnos a conocer a Julian y H.R que en contarnos algo. Estas han sido la únicas tramas que hemos tenido, cosa rara teniendo en cuenta que esta semana hay un monstruo gigante correteando por Central City y que Caitlin sigue investigando sus poderes de Killer Frost.
Empecemos por el monstruo gigante, que seguro es lo más choca del párrafo anterior. Esta es una trama cuyo único propósito es ver cómo se integra este nuevo Wells en el equipo, y la verdad es que no muy bien. A lo largo del episodio vemos como este nuevo personaje, que aparenta esconder bastantes cosas, intenta ganarse al grupo con escaso acierto, hasta llegar al punto en el que todos descubren que es un farsante y que en realidad es Wells no tiene nada de científico, simplemente era la cara de su compañía (vamos, lo que viene siendo un Steve Jobs o un Joe McMillan en “Halt and catch fire”).
Este monstruo también nos sirve para hilar con Julian. Conocemos un poco del pasado de este personaje, descubriendo que es el heredero de una familia rica británica que prácticamente le repudia por dedicar su vida a la ciencia. También nos revelan que este personaje estuvo en el ejército. ¿Cómo hila con el monstruo? Pues bien, en la busqueda de este, que es en realidad un holograma, da con el causante de todo y ante su huida dispara; sin embargo Flash evita que Julian mate a un muchacho que lo único que quería era hacerse notar (asco de crío). Todo sirve para Julian cambie de actitud respecto a los meta-humanos y con el propio Barry.
Vayamos a la única parte interesante del capítulo: Caitlin. Nuestra científica favorita acude a su madre para ver si ella es capaz de encontrar una solución a sus poderes; una madre que también es científica y mantiene una relación tan tensa con su hija como con sus empleados. Después de diversas pruebas y un altercado con uno de los empleados de su madre, Caitlin vuelve a casa pero con malas noticias: a medida que use sus poderes más difícil será revertirlos.
Y ya está, no es que quiera ser corto es que no hay más que contar. Poca chicha en un episodio de relleno que ustedes mismos habrán podido comprobar, que es totalmente prescindible. Ojalá recuperemos la serie que nos enamoró en sus 2 primeras temporadas, porque de momento se nota un bajón bastante grande.