Crítica: El hogar de Miss Peregrine para niños peculiares
La película grita Tim Burton, desde la primera hasta la última escena, pero aún así, no es una película tan exagerada como Sweeney Todd o Charlie y la fábrica de chocolate. En mi opinión, la dirección que hace Burton en Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children, es más parecida a la que hizo en obras tan maravillosas como Big Fish o Sleepy Hollow sin caer en la casi inexistencia de Tim Burton que vemos en Big Eyes o El Planeta de los simios, que bien podría haberlas dirigido cualquier otro, de tan ausente que está el sello del autor. Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children es fantasiosa, visualmente excéntrica y extremadamente peculiar, pero sin caer en la arrogancia del autor que se gusta demasiado y parece que más que ser uno mismo, se copia o parodia a sí mismo y termina haciendo película llenas de cosas, pero en esencia vacías. Es mi opinión personal sobre Tim Burton y algunos otros directores actuales, no tenéis porque compartir mi impresión. En todo caso, Miss Peregrine’s Home for Peculiar Children no peca de exceso de soberbia ni de nada parecido. Es una película extremadamente original, rayando lo raro y muy entretenida. Además está bien contada, los personajes tienen carisma y personalidad propia (pese a ser una cinta muy coral) y la historia tiene sentido y es coherente consigo misma. Quizás no estamos ante una Eduardo Manostijeras, pero sí que es una película muy decente y magnífica para pasar un buen rato.
Todos los actores están bien y son creíbles, incluso los niños son simpáticos y es fácil encariñarse con ellos, pero son Eva Green y Samuel L. Jackson quienes más destacan en sus papeles, como la heroica tutora de los niños y el villano que los quiere matar a todos… Las motivaciones de los buenos y los malos son fáciles de entender y tienen sentido. La película entera es un precioso espectáculo visual. Los monstruos están muy bien diseñados. Y aunque la película es extravagante al máximo, el guión es simple y apto para todos los públicos.
El primer cuarto de hora de la película se centra en Jake (Asa Butterfield) un chico ordinario que vive en Florida y que llega demasiado tarde a socorrer a su abuelo Abe (Terence Stamp), quien, aparentemente ha sido atacado por perros salvajes… Obviamente ni Abe ha sido víctima de unos perros ni Jake es un chico ordinario… y cuando Jake y su padre dejan la soleada Florida y desembarcan en una isla remota de la lluviosa Gales, todo cobra color para el espectador.