Review Game of Thrones: The Broken Man.
The Broken Man, dirigido por Mark Mylod y escrito por Bryan Cogman, no es un episodio particularmente emocionante, ni está repleto de escenas de acción o diálogos inteligentes. Tampoco ha ocurrido nada especialmente revelador, pero creo que ha sido un episodio bastante bueno. Jaime, Davos y Theon han sufrido amputaciones, pero no son los únicos hombres rotos de esta serie.
Un hombre cuyo rostro lleva las marcas de la crueldad, no del heroísmo de un combate donde demostró su gallardía, sino del antojo de un hermano sádico que mantuvo su cara junto al fuego. El Perro es uno de los muchos personajes marcados por la crueldad de Westeros. Un mundo que está lleno de hombres y mujeres con cicatrices por cuerpo y alma, son los restos que han dejado aquellos más fuertes que ellos, aquellos que pasaron por sus vidas arrasando con todo. Hoy hemos conocido a un grupo de esos hombres, que están pasando los años muriendo en las guerras de otros, dando la vida por quienes ni saben su nombre.
El Perro se recuperó de sus heridas en una suerte de comunidad pacifista liderada por un septon que rehúsa usar la violencia, incluso para defender las vidas de los inocentes que debería proteger. Es interesante acercarse de vez en cuando al pueblo llano, a esa gente que no sabe de dragones ni le importan, a quienes sólo sirven para engrosar ejércitos y para hacer más sobrecogedoras las pilas de cadáveres. Me ha gustado mucho que el episodio empezase con un cold opening en el que vemos al Perro intentando convertirse en lo que llamamos “gente corriente”, porque precisamente él está tan roto que nunca podrá conseguirlo. Quiero destacar un intercambio de palabras que me ha parecido precioso:
– If Gods are real, why haven’t they punished me? – pregunta Sandor
– They have – responde el septon
Como era de esperar, todos los inocentes que intentaban vivir en paz han sido masacrados por gente más fuerte que ellos. Al menos, suponemos que este suceso es la chispa que necesitaba el Perro para volver a ser el asesino despiadado que siempre ha sido, sólo que tal como ya hizo en el pasado (advirtiendo a Sansa o protegiendo a Arya) matará por y para si mismo y no se inclinará ante nadie.
Quienes tampoco se inclinan son los Greyjoy, que están haciendo una parada en un burdel de Volantis y pretenden ofrecer sus barcos a Daenerys. Veremos como les resultan el plan, porque el tío de estos dos, Euron, también quiere ofrecerle a la khaleesi un millar de barcos.
Yara cree que las heridas de su hermano se agotan en la carne mutilada, pero las heridas de Theon no son físicas, o al menos no sólo son físicas. Parece que Hediondo va a desaparecer de una vez y Theon volverá a ser Theon, si bien espero que este tránsito se haga de forma paulatina y que exista coherencia en la personalidad del Theon renacido, porque es uno de los personajes que más ha sufrido y no voy a creerme que de la noche a la mañana se convierta en un guerrero seguro de si mismo. Esta demasiado destrozado por los recuerdos de las cosas que le hicieron y de las que él mismo hizo. Es precioso cuando dice –If we got justice, my burned body would hang over the gates of Winterfell-.
Mientras tanto, en la capital hemos asistido a un diálogo ente Lady Olenna y Cersei, donde ambas dejan claro que se odian y que las unen lazos que no pueden cortar. Pero sigue sin existir una aproximación entre estos dos personajes.
Afortunadamente la esperada confirmación sobre las verdaderas intenciones de Margaery no se ha hecho esperar. Margaery sigue mostrándose como una reina piadosa e iluminada por una percepción más auténtica de los dioses… pero cuando se reúne con su abuela y la adoctrina sobre el camino a seguir, se las ingenia para que sus manos queden ocultas a los ojos de la septa y coloca en la mano de Olenna una señal. Lo cierto es que me quedé un poco decepcionada al ver una simple rosa dibujada, pues esperaba leer una nota en la que Margaery explicase sus acciones… pero esa flor, la rosa, es el blasón de la casa Tyrell y por lo tanto es el símbolo que Olenna necesita para saber que la reina sigue siendo leal a su casa y simplemente está jugando sus cartas lo mejor que puede.
La tierra de Catelyn Tully ha sido aniquilada por los horrores de la guerra, pero aún así, su tío rehúsa asumir la derrota y resiste ante un asedio de los Frey. La escena que comparten el Pez Negro y Jaime podría haber sido un poco más épica, teniendo en cuenta que los dos son grandísimos guerreros venidos a menos, uno por la edad y el otro por una mutilación y que ambos son hombres de personalidades fuertes e ideas claras, pero al igual que al Pez Negro, a mí también me ha decepcionado Jaime, un personaje que evolucionó muchísimo durante el tiempo que pasó separado de su hermana y que ahora es un simple títere que no asusta a nadie.
Asumo que todos nos acordamos perfectamente de quién es quién… pero por si acaso os refresco un poco la memoria: las familias Bolton, Lannister y Frey orquestaron la Boda Roja, en la que asesinaron al Rey en el Norte: Robb Stark, a su esposa embarazada y a la madre del rey, Catelyn Stark. El hermano de Catelyn, Edmure, fue tomado como rehén y las tierras de los Tully se las quedaron sus asesinos. En la temporada presente, ya se había mencionado que el tío de Catelyn y Edmure, llamado el Pez Negro, había regresado y retomado Aguasdulces. De hecho, Brienne se dirige hacía allí para buscar los apoyos que necesitan Sansa y Jon.
A pesar de contar con los salvajes y algunas casas del Norte, el ejército de Jon no es lo suficientemente numeroso como para vencer a los Bolton. Sansa lo sabe y escribe una carta a espaldas de su hermanastro, presumiblemente la carta esta dirigida a Meñique, pues Sansa decide escribirla instantes después de entender que necesita el ejército del Valle que Petyr puede traerle. Esto es positivo porque situará a Petyr en el mismo escenario que Jon, Sansa, Tormund y Davos… una alianza que hace una temporada nos hubiera parecido muy rara.
Me ha gustado muchísimo la escena en la que Davos habla a Lyanna Mormont como hubiese hablado a Shireen Baratheon, la pequeña que le enseñó a leer y que fue asesinada como ofrenda a un dios y que tenía con Davos un vínculo tan bonito. La niña Lyanna es maravillosa también. Tal como va la serie, parece que los Mormont son los únicos que no tienen ovejas negras a ojos de los espectadores. El Lord Comandante Mormont (interpretado por James Cosmo) era un tipo bastante decente. Fue un buen Lord Comandante para la Guardia de la Noche y un personaje que nos gustó a casi todos. Era el tío materno de la genial Lyanna (la niña que actualmente es la Señora de la Isla del Oso) y el padre de Jorah Mormont… que debe andar cada vez más enfermo y triste por la lejanía de Daenerys. Así pues, Jorah es primo hermano de la chiquilla tan encantadora y sensata que hemos conocido en este episodio; ojalá Sansa hubiera sido la mitad de norteña que esta jovencita guerrera. Pero al menos, parece que Sansa ha espabilado ya y muestra el aplomo y la nobleza que debería haber tenido desde el primer momento.
Respecto a su hermanita hay dos opciones, una es que Arya es muy lista y la otra es que Arya es muy tonta. Sea lo que sea, lo descubriremos en el próximo episodio. La niña se deja ver a cara descubierta mientras pasea alegremente por Braavos, casi como si no supiera que hay otra niña planeando matarla. O quizás precisamente porque lo sabe. Busca a hombres de Poniente por los bares, se hace notar entre la muchedumbre al alardear de bolsas repletas de dinero. Se detiene en un puente a contemplar con nostalgia la ciudad que piensa abandonar y no se prepara para la lucha cuando una desconocida se acerca a ella. Es demasiado fácil rastrearla, tan fácil que una parte de mí cree que lo hace adrede. Al fin y al cabo, se supone que sabe pelear y que sabe esconderse, hemos visto un montón de episodios en los que la aburrida trama de Arya se limitaba a los entrenamientos que la estaban convirtiendo en una experta asesina. Aprendió a luchar estando ciega… pero nos quieren hacer creer que puede ser cogida desprevenida y acuchillada por una persona de quien conoce cada uno de sus puntos débiles.
Dejando de lado que esto pueda ser una maquinación de Arya o una demostración de estupidez, lo que está claro es que la escena tampoco ha sido impecable, sobre todo porque creo que para los espectadores no está en duda la supervivencia de Arya, es más, veo tan evidente que a la pequeña Stark no le pasará nada que casi me molesta que el episodio con su cliffhanger haga creer lo contrario, como si los espectadores fuéramos a caer en semejante farol.
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