The Battle of the Bastards ha sido un episodio majestuosamente dirigido, perfectamente escrito y técnicamente impecable. Por mí parte, un diez, que lo sitúa en el panteón de los mejores episodios de Game of Thrones o incluso de la HBO. El presupuesto de más de diez millones, los más de mil extras, los setenta caballos y los veinticinco días que han costado el episodio no podrían estar mejor invertidos. No ha defraudado las altísimas expectativas que sentíamos ante esta batalla. A pesar de lo previsible de su desenlace, creo que todos hemos disfrutado de lo lindo con este capitulazo, sin duda el mejor de la temporada.

Si bien el grueso del episodio se desarrolla en las inmediaciones de Invernalia, se destinan algunos minutos, igualmente épicos, a Meereen. Donde se hace patente que Daenerys posee la potencia militar más poderosa que conocemos hasta el momento. Una importante infantería terrestre representada por los Inmaculados y los Dothraki; la recién adquirida flota, a cargo de los experimentados navegantes y guerreros de las Islas del Hierro, a los que sumamos los barcos “expropiados” a los esclavistas. Y si todo esto fuera poco, Daenerys es la única que también puede atacar desde el aire, gracias a los tres dragones, que hoy, por fin, hemos visto en acción. Y también es importante la estrategia militar y diplomática, para lo que el cerebro de Tyrion es una bendición.

Me gusta como Dany sigue considerando al Lannister digno de confianza, a pesar de regresar a una Meereen que está siendo atacada por sus enemigos. El consejero cumple su función y sabiamente aconseja a Dany no repetir los mismos pecados que su padre, quien quiso quemar una ciudad entera llena de civiles inocentes. Tyrion prefiere dialogar y asesinar sólo a quien resulte estrictamente necesario. Me ha parecido muy buena la escena en la que les recuerda a los esclavistas que no han cumplido su parte del trato y que debido a eso, uno de ellos debe ser ejecutado. Gusano Gris mata a los dos que acuerdan que muera el tercero, a quien dejan vivir para que todos sepan como se las gastan la khaleesi y sus aliados.

Me ha gustado muchísimo la complicidad entre Yara y Daenerys, dos líderes que no permiten que su género las convierta en sumisas. El diálogo que han mantenido es lo más ingenioso e inteligente que he escuchado en Meereen esta temporada y me ha parecido muy creíble la camaradería y la admiración mutua que ha surgido entre las dos mujeres.

Siempre es bueno ver a la khaleesi presumiendo de dragones y hoy hemos visto a los tres. Todos conocemos de sobra a Drogon (el grandote que sale siempre y sobre quien Dany cabalga), pero en este episodio hemos tenido una más que saludable dosis de sus hermanos: Rhaegal y Viserion. Sabemos que no hay presupuesto para que los tres estén presentes en cada episodio, y precisamente por eso es un gustazo verlos sobrevolar una ciudad.

Aunque Meereen ha estado fantástica en este episodio, lo cual, desgraciadamente, no es lo habitual, la mejor parte del episodio ha tenido lugar muy lejos de allí. En el norte, en lo que fueron los dominios de la familia Stark se ha producido una batalla impresionante, que tiene como resultado la vuelta al poder de los Stark.

La batalla ha sido excelente, elaboradísima en todos sus frentes, sucia y cruda como debe ser una buena pelea; pero a la vez elegante y hermosa, como hay que hacer las cosas en televisión. Muy sucia, llena de cuerpos apilándose unos sobre otros, sangre y vísceras, pero también épica, muchísima épica.

Me ha cautivado un plano secuencia brillante y precioso en el que Jon es rodeado de hombres, de espadas, caballos, jinetes sin cabeza (sí, eso mismo); lluvias de flechas que atraviesan a amigos y enemigos y sangre propia y ajena sobre su cuerpo. Uno de los mejores momentos del episodio.

Creo que el episodio ha sido increíblemente bueno, pero si hay que destacar algo me quedo con el momento en el que vemos, sentimos, casi olemos a Jon ahogándose entre cadáveres y cuerpos agonizantes, mientras veía retazos y sombras de la batalla. Cuando ha logrado salir del montón de cuerpos he sentido que el aire llenaba mis pulmones. Además de magníficamente angustioso a efectos guión, ha sido visualmente impresionante.

Ramsay no es como su padre, quien era infinitamente mejor estratega que él, aún así, el bastardo psicópata aplastó al ejército de Stannis en la temporada pasada y en la batalla de los bastardos ha hecho lo propio con el de Jon Snow. Principalmente porque Ramsay es un sádico impredecible con cierta educación militar. La educación militar le ha servido para rodear a los salvajes, el gigante, los 62 hombres de Mormont y a los otros cuatro gatos -o cuatro huargos- con los que contaba Jon y el sadismo le ha sido útil para provocar al ex lord comandante, asesinando a Rickon como primer acto de la batalla y así, provocando a Jon para que atacase primero, de forma torpe y desorganizada, dándole ventaja a Ramsay de una forma totalmente estúpida.

La batalla ha sido un desastre total para los nuestros, que han quedado encerrados en una formación militar cuya única escapatoria era un montículo de cadáveres. Y cuando toda esperanza parecía perdida, los hombres de la casa Arryn irrumpieron en la batalla e hicieron trizas al ejército Bolton. Lord Baelish y los hombres del Valle se marcan un Gandalf y Rohirrim en el Abismo de Helm… y queda estupendo. Tan previsible como genial. A veces las cosas salen bien siguiendo el camino fijado y que todo el mundo espera. Todos sabíamos que Sansa había enviado una carta a Petyr aceptando su ayuda, todos sabíamos que estos soldados llegarían en el momento en el que más se les necesitara y todos sabíamos quienes se harían con la victoria. La fuerza de un episodio no depende de continuos giros de guión y sorpresas para el espectador. Os aseguro que me encantan los cliffhangers como a la que más y adoro las teorías y las sorpresas, pero el mejor episodio de esta temporada, ha sido uno en el que el guión no se ha separado ni una letra de lo que todos esperábamos.

Una vez tomada Invernalia, Jon le revienta casi literalmente la cara a Ramsay, pero al ver a su hermana mirando, decide dejarle a ella el placer del asesinato, no olvidemos que unas horas antes Sansa le dijo a su marido: “You are going to die tomorrow, Lord Bolton. Sleep well.” Y así acaba la historia de Ramsay, quien recibe un bofetón de karma que se traduce en ser convertido en alimento para sus perros famélicos y maltratados. Sansa no lo mata con su propia mano en la medida en la que no hunde un puñal en sus carnes, pero se queda mirando mientras le devoran el rostro a su marido y sonríe…

Es muy conmovedor ver el blasón Stark colgando en los muros de Invernalia, pero si lo pensamos fríamente no sé muy bien lo que significa esto. Acaso ahora es Sansa Stark la guardiana del Norte, o quizás es una reina norteña no proclamada pero con súbditos o quizás sigue siendo la esposa del Bolton traidor pero hace valer por encima su sangre Stark. Lo que sí sabemos es que Sansa es la Señora de Invernalia y que le debe un favor enorme a Petyr Baelish, que supongo se cobrará de una manera u otra, quizás casándose con la viuda. Dejemos de elucubrar, ya resolveremos estas cuestiones en la próxima temporada.

Como últimos apuntes, comentar que hubo momentos en los que temí por la supervivencia de Tormund y Davos, cuesta creer que hayamos superado el episodio sin ninguna baja importante en nuestras filas. Al fin y al cabo Rickon no cuenta, el niño no tenía la más mínima posibilidad de sobrevivir, además hacía bastante tiempo que no veíamos morir a un Stark y ya tocaba. La trama de Davos no ha terminado, pues vemos como en su paseo previo a la batalla intuye una pira y ve un juguete de Shireen… así que saca sus propias y acertadas conclusiones y mira a Melisandre con la venganza brillando en sus ojos.

Este episodio ha estado dirigido por Miguel Sapochnik, quien ha hecho un trabajo merecedor de ovaciones y aplausos… y de besarles los pies si queréis. Pero aún así, dejó el listón demasiado alto en la dirección del capítulo Hardhome y no podemos decir que The Battle of the Bastards haya sido su mejor trabajo en la serie. Afortunadamente la semana próxima tendrá una oportunidad de 69 minutos para superarse con The Winds of Winter. Un final de temporada de lo más prometedor.

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