¿Por qué vemos “The Walking Dead”?
Aviso de Spoilers:
¿Por qué veo “The Walking Dead”?¿Que aporta a mi vida para que los lunes gaste 50 minutos que jamás volveré a recuperar? Y ante todo la más importante ¿Por qué seguiré viéndola cuando vuelva y no aprovechará el noveno parón largo que hace la serie entre finales de temporada y parones invernales? Estas son las preguntas pasan por mi cabeza y por muchos de los que están leyendo estas líneas, nos las hemos hecho muchas veces ya y lo que es peor, estamos casi seguros que seguiremos haciéndolas. Todo esto viene a que ya terminó la 5ª temporada con episodio de 65 minutazos en el que han “hecho un The Walking Dead” y esta frase no suele ser precisamente un halago. Tras el salto de línea habrá spoilers.
En esta segunda mitad de temporada han querido desarrollar una trama centrada en el pueblo de Alexandria, ese oasis de civilización en el que va a parar el grupo de Rick y plantearon un hilo muy interesante, en el que el grupo que fue buscando asilo a Terminus para convertirse en presas, encuentre ese asilo que buscaban convertidos en cazadores, una evolución irónica de “los buenos” de la serie, planeando un golpe de estado progresivo ante unas personas que consideran débiles y sobreprotegidas.
Llegábamos a la Season Finale con Rick reducido por su propia gente, por un ataque de locura en plena plaza del pueblo en el que a la trama del golpe de estado se le podía unir una división dentro del grupo entre los que querían hacerse con Alexandria y los que añoraban una civilización en paz. Una sensación que te llevaba a pensar “¿A lo mejor que dure una hora de reloj el episodio no es tan malo?” Porque la situación en la que se encontraba la temporada deba para muchas cosas. Sin embargo, ha pasado lo siempre y es que por enésima vez han vuelto a fallar en el timming de la temporada convirtiendo todas esas premisas emocionantes que parecía prometer en un espejismo que se desvanece justamente en el momento más inoportuno.
Al final de temporada la vida sigue igual, bueno, no, han dado un paso atrás y los de Alexandria y Rick entierran el hacha de guerra en cuestión de 2 minutos, aunque sabemos que tarde o temprano cualquiera de las cosas que podrían haber explotado en este episodio lo harán la temporada que viene, pero ya no será los mismo, porque el momento era este. Tampoco hay división dentro del grupo, los primeros 40 minutos son un peregrinar de personajes diciéndole a Rick que le apoyan, incluida la que le derriba en el penúltimo episodio cuando gritó a los cuatro vientos sus intenciones.
No todas las cartas estaban en esta trama, había otras y tal vez la que mejor han encarrilado es la de Daryl y Aaron, que no lo sólo nos descubren la existencia de “los lobos”, sino que también meten por fin en la serie a Morgan, el único charco de agua en un desierto de chapuzas y cobardías como son las inútiles y aburridas tramas de Shasha y Gabriel o la pelea de Glenn y su némesis de Alexandria, lamentable fruto del mejor episodio de este tramo final de temporada.
Así estamos, en Abril con la temporada terminada y Octubre lejano, ante un porvenir poco halagüeño que recuerda sospechosamente al que teníamos al finalizar la tercera temporada, haciéndonos esa pregunta a la que todavía no le hemos encontrado una respuesta: ¿Por qué vemos “The Walking Dead”?
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