Me lo he pasado realmente bien con este capítulo. Otra vez. No ha habido grandes revelaciones, grandes acontecimientos, o momentos inolvidables, pero continúa la tendencia positiva que se marcó desde la temporada anterior, y que parece mantener este año. Vamos con el análisis del tercer episodio.

Decía que no ha habido escenas épicas o trascendentales para la historia y el devenir de la humanidad pero, piedra a piedra, van construyendo todo el desarrollo de la trama de este año, que se antoja bastante más compleja que la que vimos en la entrega anterior, más que nada porque el principal foco de atención fue la presentación de cada personaje nuevo, el desarrollo de Hope como protagonista, y Malivore y todo lo que suponía. Esta vez, parece que tenemos de nuevo los monstruos semanales, luego está la cuestión relativa al nuevo director, Vardemus, la trama de Lizzie con Sebastian y descubrir exactamente qué es, y el supuesto retorno de Malivore, o al menos el contraataque de Clarke. Todo ello, unido al continuo desarrollo de Hope, y la duda de si el resto volverá a recordar quién era y sus conexiones con la joven Mikaelson.

Con ese cóctel, nos vamos hasta la cancha de fútbol americano de la residencia Salvatore (bastante cutre, la verdad, se nota que están a otros temas más interesantes), para ofrecernos una reedición de su particular derbi, enfrentándose en un amistoso a los Timberwolves que, recordemos, fue el instituto donde los protagonistas de The Vampire Diaries estudiaron. Al contrario que el año pasado, cuando vimos a Alaric dándoles instrucciones claras de que no debían usar sus poderes para obtener ventaja durante el partido, aquí tenemos el caso contrario: Vardemus les alienta a que los usen para demostrar que están por encima de los humanos normales y corrientes. Ya con la conversación que mantienen él y Josie al final del capítulo anterior, con esas intenciones de dar unas clases más avanzadas para unos pocos elegidos, ya pudimos intuir que este señor tiene su propia agenda y motivos ulteriores para con la escuela, pero con esta instrucción tan clara, es evidente que algo oculta. Y bueno, yo pensaba que era un brujo simplemente pero, tras la conclusión del episodio, queda claro que es alguna especie de monstruo, que yo juraría haber visto en alguna otra serie o película, pero no soy capaz de recordar en cuál ni de qué clase de criatura se trata. Sea como sea, no me fío ni un pelo de él (ya dije que sonaba a malo de Harry Potter que tiraba para atrás) y menos tras esto y ver que convence a Josie para atacar directamente al chaval del Mystic Falls High.

Otra de las incógnitas que hemos abierto esta semana es Sebastian, o mejor dicho, qué es. Acerté en mi pronóstico de la semana pasada, al menos parcialmente, porque era un vampiro; de momento, no se sabe si está relacionado con Malivore o no. Pero lo más extraño de todo es que solo lo puede ver Lizzie. ¿Es un vampiro fantasma? ¿Qué es? Ya nos dejaban caer algo durante el desarrollo del episodio, que solo lo podía ver ella, pero ya con MG mirando directamente a donde la joven Saltzman besa al aire, literalmente, nos queda claro que solo ella lo puede ver. ¿Puede ser que realmente los problemas mentales de Lizzie estén detrás de esto? Varias incógnitas se abren esta semana, y tengo curiosidad por ver qué nos responden sobre el tema.

¿Os acordáis de Raf? Yo sí, y parece que la serie, tras la Premiere que nos dejó claro que seguía perdido vagando por los bosques de Mystic Falls, recupera la trama del muchacho para que Hope le saque de la maldición que sufría, lo que ha dado pie a conocer a la nueva criatura semanal, Shunka Warakin, o lo que es lo mismo, un pedazo de lobo gigante no muy amigable y bastante peligroso, que solo se alimenta de hombres lobo. Ya lo dije el año pasado con el tema de los efectos especiales, que para ser una serie que no tiene un presupuesto muy elevado les queda bastante apañados los bichos que sacan en cada capítulo. Tras derrotar al monstruo de turno, Rafael ya vuelve con Landon a la escuela Salvatore, pero ya vemos en esa última escena que tiene junto con su amigo que, pese a recuperar su forma humana, los efectos secundarios de pasar tantos meses siendo un lobo son más que patentes, y le va a costar un tiempo volver a ser el mismo. Quizá por ahí tengamos el desarrollo del personaje durante una parte de esta entrega, su reincorporación a la sociedad y la búsqueda de equilibrio con su alter ego lupino.

Última cuestión de la review: temo un triángulo amoroso Josie-Landon-Hope, que claro, tiene trampa, porque Hope y Landon ya estuvieron juntos, pero Malivore mediante, nadie la recuerda. A priori, el chaval está con Josie, y parece quererla, y Hope parece estar más centrada en cazar monstruos, pero la tentación de juntarlos parece que es muy grande, porque ya la semana pasada tuvimos escenita lacrimógena, y esta semana Hope se queda en paños menores, literalmente, junto a Landon. Que sí, que tenía que transformarse, pero esas coñas ya las he visto en muchísimas series, y ahora no hay sentimientos, pero dale unas semanas. Supongo que el encuentro con ella les habrá picado la curiosidad, y falta saber si se enterarán pronto de quién era Hope, o lo alargarán más que con Alaric.

Nos vamos a un mini parón. Ya sabéis, la próxima semana es Halloween y muchas series en Estados Unidos hacen descanso en sus emisiones, y Legacies es una de ellas. Volvemos a partir del viernes 8 de noviembre, fin de semana electoral, por cierto. Hasta entonces.

PD: Podéis ver en nuestro canal de Youtube el programa sobre el universo vampírico de The CW.