Review Arrow: Fundamentals
Recuerdo ver hace unos meses una publicación de Stephen Amell en una de sus redes sociales, en la que contaba que se encontraba en esos momentos en pleno rodaje del episodio que hoy se ha emitido, el 6×18. Me llamó la atención ese mensaje porque mencionaba que hacía tiempo que no tenía tantas escenas en las que intervenir, tal vez desde la primera temporada; incluso daba un porcentaje aproximado, que ahora mismo no sé deciros exactamente cuál era, pero lo cierto es que era abrumador. Hoy ha quedado comprobado que no mentía: Oliver Queen ha monopolizado de cabo a rabo este Fundamentals, en otro muy buen episodio.
En ese mensaje que os he mencionado, Amell le daba vueltas y contaba que quizá en la primera temporada había tenido una cifra similar de escenas en las que participar en un episodio, y desde entonces no había acaparado tanto la atención. Solo tenemos que ver la evolución de la serie y el personaje, algo fundamental en el capítulo de hoy: Oliver comenzó su cruzada solo, sin la ayuda de nadie, buscando honrar el legado de su padre para salvar a una ciudad que estaba en apuros… y seis años después casi os diría que está tan podrida o más que cuando nuestro protagonista comenzó a lanzar flechas a diestro y siniestro por sus calles; pero esa no es la cuestión. Inició su camino por su cuenta, pero poco a poco fue ganando adeptos para la causa: John, Felicity, Sara durante un tiempo, Roy, Thea, Laurel y el que era el equipo hasta hace unos episodios. Algo en lo que se ha incidido durante toda esta temporada es si la misión de Oliver se ha corrompido o echado a perder, en buena parte, por la actitud de éste hacia los suyos, y por la fragmentación de su ser en diferentes personas, padre, marido, alcalde y justiciero. El primer clavo en el ataúd del Team Arrow se produjo en la mid Season Finale, cuando los tres últimos miembros se separan por las diferencias que tuvieron con Oliver tras todo lo ocurrido entonces con el asunto del topo. El segundo clavo lo presenciamos la semana pasada, con la ruptura entre John y él, y el tercero lo ha dado hoy el propio Oliver, tomando la decisión final.
Ha sido un episodio en el que Amell se lo ha guisado y se lo ha comido él solito, y sinceramente, creo que no he echado en falta a nadie. El resto del cast tiene su momento, con mayor presencia de Quentin y Felicity, pero todos los demás quedan en un plano terciario. Vemos a un Oliver ya desde el primer minuto que sabemos que es nuestro Oliver, pero hay algo diferente en él. La primera prueba es que lleva puesto el traje de la primera temporada, por lo que ya tenemos un indicio de que algo no va bien si viste como The Arrow, y no como Green Arrow. La segunda es que en lugar del opening con todos los símbolos representando a cada uno de los miembros del equipo solo sale el clásico Arrow con la punta de la flecha, tal y como veíamos en cada episodio de la primera temporada, porque luego alternaron los diseños de la flecha. Y realmente, el aroma a su año de debut ha estado ahí, y me ha gustado volver a experimentar la sensación de que es Oliver contra el mundo, y parece que va a ser así en el futuro próximo. No me malinterpretéis; para que la serie evolucionara era lógico que fueran incorporándose más miembros al equipo y que le ayudaran con su misión, pero tras todo lo que ha pasado esta temporada, casi podríamos tirar mano del refrán que dice “más vale solo que mal acompañado“. Tal y como están las cosas con todos los que han formado parte de su equipo en los últimos tiempos, creo que la decisión de Oliver de ir por su cuenta me parece correcta… aunque me quedaría con Felicity en los controles por si acaso, que nunca se sabe.
Quizá otra de las grandes cosas que ha tenido este episodio ha sido volver a ver a Adrian Chase, alias Prometheus, el villano de la temporada anterior. Sí, está muerto, pero gracias al Vertigo que le inoculan a Oliver sin que se diera cuenta, hemos podido disfrutar del regreso de Josh Segarra en su papel de este enemigo que puso realmente contra las cuerdas a Green Arrow. Además, me ha recordado mucho al papel de cierto rival de Batman en el juego Arkham Knight, lo cual añade puntos. Como voz maligna de su conciencia, hemos asistido a una sesión de tortura mental que ha padecido Oliver durante este episodio, en la cual ha ido cayendo poco a poco en las alucinaciones producidas por la sustancia, y Chase susurrándole al oído lo que debía hacer, y echando mierda claro. Creo que recuperarle para este episodio en el momento anímico que se encuentra nuestro protagonista me parece un acierto total.
Unos párrafos más arriba hablaba de la fragmentación de Oliver en los diferentes roles que le hemos visto esta temporada. Ya desde el principio quiso centrarse únicamente en la parte familiar, cuidando de William y dejando de lado su parte como justiciero, pero tras la lesión de John y todo lo que aconteció con Cayden James, volvió a asumir el rol de Green Arrow, acaparando todos los frentes abiertos que tenía en los diferentes sectores de su vida. Pero claro, algún lado tenía que ceder. Imaginaos el típico juego del arrastre de cuerda, con una parte tirando de un extremo y otra del contrario, con solo una de ellas ganando. O tiremos de refranero popular: quien mucho abarca, poco aprieta. El lado que ha terminado cayendo ha sido el de la alcaldía, tras su decisión de destituir a la comisaria y al fiscal del distrito, desde el gobierno local han llevado a cabo un impeachment, figura que no tenemos en nuestro Derecho pero sí en el mundo anglosajón, que sirve para imputar cargos contra un alto cargo del Gobierno. Teniendo en cuenta que media ciudad (y buena parte de la otra) está en el bolsillo de Díaz, no ha requerido mucho esfuerzo derrocar a Oliver y quitarle la alcaldía, asumiendo el mando Quentin, dado que era su teniente del alcalde. Era evidente que Díaz poco a poco iría haciéndole mella, contando además con que el Team Arrow ha ido disolviéndose como un azucarillo, aunque quizá la posición más delicada sin duda era la de alcalde, que ha sido la primera en acabar cediendo del todo.
Esta etapa de Arrow puede que sea la más interesante en tiempo. Oliver solo, sin más apoyo que el de Felicity, haciendo frente a Díaz y su infraestructura criminal, y todavía unos cuantos episodios para acabar la temporada. El futuro pinta muy negro para Green Arrow, y yo tengo muchas ganas de explorarlo. Nos leemos la semana que viene.